We love Homin~

lunes, 10 de junio de 2013

Levántame Cap 6



Cap 6: La verdad al desnudo


Mientras yacíamos allí con las secuelas de un alucinante sexo, YunHo comenzó a pensar. Aparentemente su mente no estaba tan estropeada como la mía. Pensar de más es uno de sus vicios, pero eso no me molesta ni un poco. No en ese entonces ni ahora. Cuando tu objetivo es enganchar a alguien, tienes que estar dispuesto a aceptar lo bueno y lo malo. —Sabes. Nunca me molesté en preguntar si estabas viendo a alguien.

Hizo un gran esfuerzo para sonar casual, pero pude ver que realmente esperaba una respuesta a la persistente pregunta no-tan-inocente detrás de esa declaración. Es, después de todo, algo difícil ocultar la tensión en tu cuerpo cuando estás desnudo e íntimamente cerca de la persona a quien deseas ocultarle esa tensión, pero supongo que podemos darle un punto por el esfuerzo.

Levanté mi cabeza para encontrarme con su mirada y contemplarlo silenciosamente por un momento. Varias posibles respuestas corrieron por mi mente, incluyendo respuestas sarcásticas, mentiras, y respuestas honestas, todas amontonadas y luchando por la victoria. Fui a por la respuesta honesta, ignorando mi orgullo masculino y decidiendo desnudarme ante él.
Aquí es cuando ignoro toda respuesta inteligente sobre mí, desnudándome ante él. Estoy hablando emocionalmente, no físicamente. —No. No estoy viéndome con nadie. Para ser honesto, eres la primera persona con la que tengo sexo en dos años. —Fue la mejor decisión que pude haber tomado.
—¿Dos años? —Levantó ambas cejas con incredulidad y miró hacia mi cajón—. Entonces supongo que ese consolador habrá visto mucha acción, para que tengas convenientemente tantos condones alrededor.

Debí haberlo visto venir. Me acerqué directo a él con los ojos muy abiertos y solo me tuve a mí mismo para culparme por la incomodidad que le siguió. Al ver que había entrado al campo minado por mi cuenta, decidí sonreír y soportarlo como un hombre. Está bien, mi sonrisa parecía más una mueca, pero lo intenté. —KyuHyun los dejó aquí.

—¿Quién es KyuHyun? —Y fue allí donde pisó la primera mina del campo de ineptitud social que me llevo años cultivar.

—Un… —Dudé, mi mente corría para definir algo que ya no tenía definición para mí. No estaba seguro de cómo debía proceder. Con todos los conflictos recientes en mi vida, ya no sabía lo que era KyuHyun para mí, pero al menos sabía lo que una vez fue—. Amigo mío, supongo.

En el momento en que termine de hablar, supe que YunHo no se perdió mi vacilación, y si había una cosa que ya sabía y de lo que podía estar seguro, era el hecho de que, más pronto que tarde, esa vacilación me iba a morder el trasero en forma de una pregunta que no estaba listo para responder. YunHo más un misterio igual a persistencia dogmática.

—¿Por qué tú… —su pausa fue un eco de la mía, el ligero cambio de entonación era un claro indicador de que se dio cuenta que había más sobre esta historia de lo que le estaba contado—. Un amigo, trajo una caja de preservativos a tu apartamento?

—Él… eh… él estaba convencido que no había tenido los suficientes polvos y se encomendó en la misión de conseguirme algo de acción. Desafortunadamente, no resulto exactamente como estaba planeado.

—¿Por qué? —Otra mina explotó en mi cara en la forma de una pregunta inofensiva, pero de nuevo debería haberme dado cuenta ya que ninguna pregunta de YunHo es inofensiva. Siempre hay algo más que simple curiosidad detrás de ellas. Tiene una mente afilada y es rápido haciendo suposiciones. Supongo que por eso es abogado.

—Tuvimos un desacuerdo. —Mantuve mi respuesta corta y abrupta. Mis emociones seguían en carne viva por los acontecimientos que condujeron el final de mi amistad con KyuHyun, y no estaba realmente de humor para recordar cosas que no podía cambiar.

YunHo no vio o ignoró completamente mi reticencia y procedió a ir más allá dentro del campo de fatalidad que se extendía entre nosotros. Con su usual y exasperante persistencia, formuló casualmente su próxima pregunta, extrañamente haciendo una conexión que nunca hubiese imaginado que podría ser capaz de lograr con la escasa información que yo le había dado. —¿Esto tiene algo que ver con tu fobia del ascensor?

Me atraganté, me agité, y en general hice de mi un completo tonto, aun así era lo suficiente estúpido para intentar ir por la ruta de la negación. —¡No, no tiene nada que ver con KyuHyun! —Mi respuesta sonó forzada y agresiva y solo mi tono fue suficiente para darme distancia. Asumiendo, por supuesto, que él fuera lo suficientemente estúpido como para haberse perdido la tensión cruzando a través de mi cuerpo, pero viendo que él todavía estaba presionado contra mí en ese momento, dudo mucho que no lo haya notado.

Rápidamente demostró lo inútil que fue mi protesta, extrañamente viéndose como si disfrutara de mi malestar. Acercándose, mordisqueo mi oreja antes de susurrarme como solía hacer. —¿Acaso protestó demasiado, Minnie Mouse…? —La acción envió el usual hilo de lujuria atravesándome, enfatizando que tan impotente era en su contra. Quizás en ese entonces ya estaba perdido por él.

Cedí a la derrota, demasiado cansado y harto de luchar con respuestas inteligentes que al final dejaban escaso o ningún significado. —Sí, supongo que se puede decir eso. —Admitir esto rozo mi orgullo, burlándome con mi propia debilidad, pero elegí ignorarlo. Lo peor estaba por venir, respire hondo, con una respiración vacilante, para poder soportarlo.

—¿Qué pasó? —Vi venir la pregunta, antes de que la dijera, y parte de mí se reveló contra ella, pero extrañamente, algo en su tono me hacía desear contárselo. Estaba cansado de enfrentar mi desilusión solo, y me pregunto si parte de mi simplemente estaba dolida. Pero primero lo primero. Necesito mi espacio. Estar presionado íntimamente contra esa deliciosa carne no me ayudaba exactamente a pensar con la cabeza que tengo sobre mis hombros en vez de la de mi parte baja.

Me senté y me apoyé en mi rodilla, respirando profundo para prepararme antes de lanzarme directamente a mi sórdida excusa de cuento. —¿Alguna vez has leído sobre alguna escena excéntrica de sexo en el ascensor? —No fue la más inteligente línea de apertura, pero no me pude resistirme a usar la táctica de choque tan convenientemente a mi disposición.

—¿Qué? —La satisfacción me recorrió ante la protesta de YunHo, el conocimiento de que lo tenía bien y realmente fuera de balance, me volvía irresistible. Considerando todos mis previos esfuerzos, fue todo un logro, por ello tenía razones para estar orgulloso. Más aun cuando hizo una suposición tan lejos de la realidad que fue divertido—. ¿Tuviste sexo con él en un ascensor? Espera, ¿En el de nuestro apartamento?

Los celos realmente hacen cosas extrañas a nuestra habilidad de razonar. Teniendo en cuenta que acababa de decirle que él fue el primero en dos años, esa no era una conclusión con la que podría haber saltado, pero no importa. Ese fue el primer signo que recibí de que YunHo actualmente espera más de esto que sexo.

—No, no tuve sexo con él en el ascensor, —respondí con una ligera sonrisa, demasiado contento y presumido hasta para aparentar estar ofendido—. Aunque estás saltando hacía adelante. Está bien, asumo que sabes exactamente a que me refiero. ‘¿Entonces, como suelen usualmente comenzar esas escenas?’ —estaba divirtiéndome demasiado como para hacerle fácil esta conversación.

YunHo parpadeó confundido y me miró boquiabierto en silencio durante un buen rato antes de responder. Sospecho que su mente siempre lógica estaba intentando realmente duro encontrarle sentido a la información recibida, y no lograrlo lo dejaba perplejo. Me pregunto ¿cuál era el código de error en su cerebro?  Algo me dice que no era el error ID10T (idiot) tan frecuente y conocido en el campo IT.

—¿Bien? —Pregunté cuando no hubo respuesta.

Levantó una ceja, una aparente pregunta silenciosa, pero decidió que por ahora podía jugar conmigo. —Una pareja entra en el ascensor. El ascensor comienza a moverse y se detiene por alguna razón, usualmente está entre problemas eléctricos, una falla del ascensor mismo, o el botón STOP de emergencia. Escenas típicas de película barata. Los típicos clichés.

—Sip, —Asentí en conformidad, sonriéndole de hecho. Este debería ser un cuento doloroso de contar, pero algo acerca de contárselo a YunHo y jugar con él como estaba haciendo lo hacía gracioso. Olvidé completamente lo dolido que estaba por ello y me perdí en el disfrute de jugar con las hipótesis de YunHo—. Así fue exactamente como paso, y la razón fue un problema eléctrico.

Podía ver el escepticismo y confusión escrito en toda su cara, pero dándole vueltas al tema. Tenía toda la intención de llegar al quid de la cuestión… eventualmente. —KyuHyun y yo éramos las únicas personas en el ascensor en ese momento. —Aparté la vista, algo dentro de mí haciendo que me asustara repentinamente de la posible reacción de YunHo. Aunque, lógicamente, sabía que no tenía razones para temer el mismo tipo de rechazo que de KyuHyun—. Las luces se apagaron y estaba obscuro, me imaginé que era la oportunidad perfecta para contarle mi único secreto para el que aún no había encontrado el coraje para compartir. Verás, éramos los mejores amigos. Compartíamos todo. Entonces pensé que tal vez era el momento para decirle que era gay. —Me quedé en silencio y espere su reacción, a que dijera algo. Asumo que no se lo tomó muy bien.

—Depende de cómo lo mires, supongo. —Miré a la nada, completamente perdido en recuerdos que debería haber dejado marchar. Aún así, algo en ellos realmente me molestaba. La traición de KyuHyun hizo a una parte escondida de mí cuestionarse sobre el núcleo de mi identidad misma. No era algo que estuviera por admitir, pero no obstante estaba ahí—. No hubo violencia ni física ni mental. No me gritó ni me golpeó. Supongo que eso fue parte del problema. Me ignoró completamente, y pasamos la siguiente hora y media en un silencio sepulcral. Una vez que volvió la electricidad y salimos, él caminó pasándome, incluso tropezó conmigo, sin volver siquiera a mirarme.
—¿Eso fue lo que te molesto tanto anoche?

Su pregunta volvió mi atención a él y negué con la cabeza. —Nop. —Subí mi tono de voz mientras hablaba en un esfuerzo por mantener mi respuesta indiferente. Fallé, pero no entraremos en eso—. Anoche realmente hubo sexo en ese ascensor. KyuHyun presiono el botón de emergencia y tuve el privilegio de tener asiento de primera fila de “Sexo en la ciudad15” bajo una luz completamente nueva. No, espera. No eran asientos de primera fila. Era un espectáculo privado. De cualquier manera, tuve que ver a KyuHyun tener sexo con una prostituta en frente mío.”

Aun mientras hablaba, pude ver el shock e incredulidad de YunHo. Supongo que no lo vio venir, pero no lo culpo. Después de todo, no es exactamente algo que ves todos los días. —¿Estás bromeando, no?

—No, —respondí, en tono irónico. Después de todo, no era un tema del cual desease hablar—. ¿Por qué haría bromas sobre tan gran espectáculo?

—Changmin.

—YunHo. —Podía escuchar el suave reproche en su tono pero lo ignoré completamente, copiando su tono en mi respuesta. En mi opinión, el tema había terminado. Fin de la historia.
Supongo que se dio cuenta que no iba a dejarlo ganar, porque no presionó más. En cambio, suspiró, alcanzándome para revolver mi cabello. —Si esto te hace sentir mejor, te desee desde el momento que pose mis ojos en ti.

—¿Entonces, por qué te tomo tanto saltar hacia mí? —Respondí, sintiéndome repentinamente juguetón. Deseaba olvidar a KyuHyun para deshacerme de la tensión que me causaba hablar de él. No valía la pena. No cuando tenía al dueño de maravillosos y sexis ojos penetrantes, recostado totalmente desnudo y glorioso en mi cama. Humm, oh, las infinitas posibilidades.

—Intentaba ser un caballero. —YunHo levanto una ceja, sus rasgos faciales estaban inexpresivos. Desafortunadamente para él, pude ver el brillo de alegría en sus ojos, y eso lo delataba por completo. Estaba jugando conmigo y, oh, como lo amaba por eso. Esa debería haber sido mi segunda pista de hacía donde llevaba todo esto, pero estúpido de mí no estaba preparado para verlo.

—¿Todavía existen? —Me recosté y le aguijoneé en el costado, curioso por ver si tenía cosquillas. Deseaba una ventaja física sobre él, teniendo en cuenta lo bueno que era para dejarme completamente descompensado verbalmente. Por desgracia no fue así. Ni se inmutó.

—Por supuesto, pero somos una raza rara, ya ves. Así que deberías considerarte afortunado por haberme encontrado, —respondió sin pausa, moviéndose para aguijonearme a cambio. Y así es como terminamos revolcándonos en mi cama otra vez. Veras, a diferencia de él, de hecho tengo cosquillas, y acababa de delatarme inadvertidamente. Tal vez debería pensar las cosas antes de actuar en impulsos al azar que simplemente me meten en problemas cuando estoy alrededor de YunHo. Por otra parte, quizás no. En algún lugar en el medio de esta tortura de cosquillas que me infligió, la naturaleza de sus toques cambiaron y pronto me tenía gimiendo en lugar de riendo y ahí es donde pasamos el resto del día. ¿No adoras sencillamente los fines de semana?

domingo, 9 de junio de 2013

Levántame: Cap 5


Nuevamente y como dije -aunque no esperaba hacerlo a esta hora- actu... La mejor parte para muchas (me incluyo) llegó.... espero disfruten este capitulo, que, iba dedicado a Laauu Veeraa en especial (si se lo prometí) y al resto de las que andan leyéndolo también. <3
Seguramente luego subiré otra adaptación, claro que siempre y cuando me guste y resulte divertida y no dramatica xdd Realmente no sirvo para escribir drama por más lo intente...
Gracias por los comentarios, realmente me gusta leerlos ^^ 



Capitulo 5: El arte de la distracción

Esa fue la victoria más dulce que he conseguido. YunHo dejó de luchar y ambos nos rendimos a nuestros deseos. Viendo como mis caderas fueron liberadas, embestí de nuevo contra él, todos mis pensamientos abandonaron mi mente excepto uno. Esto ya no era para distraerlo. La única emoción que quedaba era mi necesidad de conseguir lo que quería, y lo quería a él enterrándose profundamente dentro de mí. —Te deseo, —jadeé en su oído, mi respiración entrecortada me traicionaba, dejando ver qué tan reales eran esas palabras.

En vez de responder, le dio a su boca un mejor uso. Apoyándose, capturo mi pezón y lo chupó, duro. La combinación de calor y humedad arrancó un grito de placer de mi garganta, y agradecí a mi yeso por arruinar mis intentos de salir de la cama lo suficiente como para ponerme de mal humor. Como resultado, no tenía camisa y el fácil acceso a mi piel era un dulce placer que no había previsto cuando me preparaba a decirle a mi inesperado visitante unas cuantas verdades. Parece que a cambio decidí darle un pedazo de mi trasero.

Deslizó su mano sobre mi cuerpo, sobre el elástico que sostenía mi boxer, y se detuvo cuando alcanzo mi piel. Dejé caer mi frente sobre su hombro y jadeé en el momento silencioso que nos envolvió.
YunHo recorrió un camino sobre mi cuerpo con su boca, mordisqueando y besando la piel que encontraba por el camino, y se encaminó directamente a ese endemoniado pequeño punto justo detrás de mi oreja que me derritió al primer contacto. —¿Estás seguro? —El aire de su susurro envió escalofríos de placer a través de mí, todos y cada uno dirigiéndose directamente a mi ingle, creando la necesidad de liberarme. ¿Estaba prácticamente en sus manos y tenía la audacia de preguntar eso?

Alcanzándolo, hundí mis dedos dentro de su cabello y tiré de su rostro hacia mí, presionando mis labios contra su oreja derecha. —Demonios, sí, —gruñí, ya sin paciencia. Liberando algo de su cabello, dejé caer mi mano izquierda y agresivamente la empujé para abajo hacia el bulto de sus pantalones, la acción fue esta vez un intento completamente deliberado, de descifrarlo a él en lugar de a mí.

Podría haber bailado de alegría cuando mi acción sacó un gemido de su garganta, sus caderas se levantaron empujando hacia mi mano, pero eso hubiese requerido dejarlo ir, pero no iba a hacerlo ahora que lo tenía exactamente donde quería.

—Sssiii. —La palabra salió como un siseo y esta vez no era yo quien hacía las imitaciones de animales—. Chang… Chang-Min —Sus manos arañaron las mías, empujando y tirando de mí a la vez, casi como si no pudiese decidir si deseaba que parara o continuara—. ¿Ti… tienes… —jadeó—,¿protección… lubricante? —Finalmente logré reducirlo a palabras simples, su elocuencia increíblemente se fue, y ese hecho fue para mí, un torrente de energía como ningún otro.

Me rendí a lo inevitable y me deslicé de su regazo. Me siguió y usé su agarre en mi caprichosa mano para guiarlo hacia mi dormitorio. O al menos es lo que intenté hacer. Me había olvidado completamente del Sr. Cabeza de Burbuja, y mi tobillo volvió a doler en el momento en que tocó el suelo.

Afortunadamente para mí, YunHo es de lejos más grácil y eficiente que yo. Moviéndose conmigo, usó mi caída para deslizarme de vuelta a mis pies mientras yo continuaba con mi brillante interpretación de la clásica damisela en problemas. Se había convertido en un hábito entre nosotros.

El tiempo parecía haberse detenido, ambos luchábamos para recuperar la compostura en un intento de fingir que nada estaba mal. Desafortunadamente para mí, él  se recupera más rápido.
—Despacio ahí, Minnie Mouse. Sé que estás ansioso, pero seguro que podemos dedicar un momento para llevarte a la cama de una sola pieza. —Su voz era ronca, aún llena de deseo pero de lejos más compuesta que lo que yo deseaba, incluso después de unos momentos incómodos de silencio en los cuales se recuperó.

El tono bromista provocó un rubor de vergüenza en mis mejillas. La absoluta indignación anta toda la situación era una píldora difícil de tragar y mentalmente maldije la mera existencia del Sr. Cabeza de Burbuja. Debería haber sido una seducción perfecta, sin embargo, estaba avergonzado de nuevo mientras mi sueño húmedo se reía de mí, demasiado compuesto para mi gusto.

—Vamos, Minnie Mouse, no te enfades. —Su risa se esfumó cuando notó la expresión de mi cara y me movió a sus brazos. Se tomó un momento para revolver mi cabello y encaminarse hacia mi dormitorio. Sin otra palabra, me cargó con confianza hacia mi propio dormitorio y me dejó sobre mis, aun revueltas, sábanas. Sin pausa para darme tiempo a procesar lo que estaba ocurriendo, bajó y capturó mis labios, esta vez tomando el control del beso para retornar a la exploración a la cual lo había expuesto en el salón. Justo cuando estaba a punto de perderme completamente en la textura sutilmente áspera de su lengua, se reincorporó para quitarse su polo azul. En el momento en que la camiseta salió, fue hacia mi mesa de noche e inmediatamente me dio la mayor lección de vergüenza de mi vida.

Esta es la parte de la que realmente no quiero hablar, pero por el bien de la precisión, supongo que, desafortunadamente, lo haré. Verán, en cuanto YunHo llegó a mi mesa de noche se puso tenso por un momento. Fue cuando recordé que había olvidado algo allí. En el momento en que se recuperó lo suficiente para moverse, se giró hacia mí y levantó una ceja, una diversión maligna brillaba en sus ojos. —¿Tienes un consolador? —lo sostuvo colgando la brillante evidencia verde-fosforescente delante mío.

Estaba absolutamente mortificado, pero aún así podía sacar un comentario sarcástico o dos de mi repertorio. —No es exactamente un pepino, ¿verdad? —No iba a admitir que eso era la única fuente de acción que había tenido en mucho tiempo. Dos años, de hecho. No había dormido con nadie desde que rompí con la única persona que había dejado que me tocara. Taecyeon no era la persona más monógama que existía, y tuve el privilegio de descubrirlo el día que me dijo que había contraído SIDA. Los siguientes seis meses fueron los peores de mi vida, pero no iremos por ahí. Estoy limpio y ese capítulo de mi vida concluyó hace mucho.

No se me ocurrió preguntarle a YunHo si también estaba limpio. Él no me parecía el tipo de persona que pierda el tiempo solo porque sí, y aunque lo hiciese, ya probó que era de lejos demasiado lógico para hacer ese tipo de estupideces. Obsesivo compulsivo y sexo sin protección no van realmente de la mano, ¿no? Además, él quería usar protección.

—No, no es un pepino, —afirmó YunHo, reclinándose para trazar mi labio inferior—. Un pepino no sería ni la mitad de divertido. —Él utilizó la punta del consolador de plástico duro para bajar desde mi pecho a mi estómago, haciendo círculos lentamente cuando llegó a su destino. La visión de otra mano que no era la mía en el juguete, hizo que mi trasero se tensara, mis músculos estaban ansiosos por ser estirados y llenados, pero él no había terminado de burlarse de mí todavía—. Pero primero lo primero… —Palmeó mi erección y volvió a mordisquear mis labios—. Condones y lubricante.

—Arriba… cajón… —Era mi turno de ser reducido a palabras simples y pantalones llenos con el deseo de interrumpir cualquier esfuerzo de hablar con coherencia.

Su murmullo vibraba contra mi piel, testificando lo cerca que estaban nuestros cuerpos, antes de que volviera a separarse, arrancando otro gemido de mi garganta. —Volveré, Minnie Mouse. —Pasó su dulce mano sobre mi pecho. Cuando rozó mis pezones me arqueé hacia su mano, mi piel quemaba por tener más de ese toque. Estaba tan perdido en la sensación de este, que apenas noté cuando su otra mano volvió, ambas tirando hacia abajo para quitar mi pantalón. El sr. Cabeza de Burbuja ni si quiera le dio una pausa, y enseguida me tuvo completamente desnudo.

En el momento en que mis pantalones estuvieron fuera, se sentó sobre mí y presionó su todavía vestida erección contra la mía. Sus manos dejaron mi piel y se movieron a desabotonar sus jeans. Lo hizo, mirándome con cada movimiento, podría haber muerto como un hombre feliz, justo en ese momento. Él encarnaba todas mis fantasías.
Cuando desabotonó y bajó el cierre de sus pantalones, su pene salto libre, la punta ya manchada con humedad. Ese fue el momento en el que decidí atacar. Sentándome, lo tomé y lo empuñé, moviendo mi mano agresivamente arriba y abajo de la dura y pulsante carne.

Obviamente no iba a ser menos, me empujó hacia abajo con un gruñido pero dejó mi mano donde estaba. Presionó sus caderas sobre mis manos y mordió mi hombro, el dolor me hizo arquearme contra él una vez más. Mientras todavía estaba perdido en la extraña sensación de placer que siguió rápidamente al dolor, él deslizó sus dos rápidos dedos profundamente dentro mí, matando con eficacia cualquier esperanza de un pensamiento lógico que pudiera tener.

La invasión no dolió. Mi cuerpo absorbió sus dedos dentro con facilidad y empujé hacia abajo contra ellos, seguido por ese placer elusivo que sabía que vendría. Él, sin embargo, tenía otros planes. Al llegar abajo, sujetó mis caderas y tomó el control del movimiento, flexionando y moviendo velozmente sus dedos como una tijera. Era puro éxtasis y tormento, todo en uno, porque lo quería y quería más.

Justo cuando estaba a punto de rozar de nuevo mi próstata, sacó sus dedos, dejándome vacío. Frustración y desilusión cruzaron a través de mí como si fuese negado otra vez. Incapaz de soportar más, levanté mis manos, estirándolas, y las bajé de nuevo contra la cama, y un gruñido escapó agresivamente de mis labios. No lo voy a negar. No después de todo el tormento.

Me moví, con la intención de devolver la marca que había dejado en mi hombro, pero no pude llegar tan lejos. En el momento en que me moví para morderlo, deslizó mi consolador dentro de mí y la repentina invasión de ese frío y duro objeto me sobrecogió. Caí de nuevo en mi cama gritando y arqueándome una vez más, el ángulo de la penetración era enteramente una nueva experiencia ahora que no era mi propia mano la que empujaba.

En otro golpe a mi orgullo masculino, le tomó solo unos momentos para tenerme rogando por más. Sus empujes eran firmes y seguros, y cada entrada del consolador profundamente dentro de mí golpeaba mi próstata. El plástico duro me llenó una y otra vez, calentándose rápidamente por la fricción y por mi piel, y demasiado pronto sentí el principio del fin. Comencé a sentir un hormigueo en mis testículos y pude notar que mi orgasmo aumentaba, solo para descubrir que todavía no había terminado conmigo.

—No todavía, mi ratoncito, —susurró, su caliente respiración una vez más cosquilleaba mi oreja—. No así. —Sacó el consolador, y mis testículos palpitaron en protesta. Quería llorar por la pérdida, pero al mismo tiempo, quería más, al igual que él. Mi cuerpo estaba caliente y húmedo, cubierto de sudor, semen y lubricante, y yo quería ser reclamado de la forma más intima posible.

Abrió un preservativo y se lo puso a sí mismo antes de agarrar el lubricante, aplicando una generosa cantidad en su mano. Tirando el lubricante a un lado, se apuró a esparcir la sustancia resbaladiza sobre el preservativo con un profundo gemido, el simple sonido estaba teñido de lujuria y hambre.

En cuanto terminó, tomó mis piernas y las empujó hacia mi cabeza, exponiéndome completamente para la penetración. Mi ano se agitó en anticipación, y deslicé mis manos hacia esa parte para abrirme aun más, tirando de las nalgas de mi trasero separándolas lo más que pude doblado casi por la mitad sobre mi propia cama. Otro gemido escapó de su garganta y me penetró profundamente, cada estocada era tan agresiva como cuando usó el consolador.
Grité y dejé caer mis manos. Apreté las sabanas cuando el dolor ardió esta vez a través de mí en venganza. A pesar de que estaba preparado y listo, era más grande de lo que esperaba, y la repentina penetración causó que mis músculos quemaran y se cerraran, olas de tensión atravesaron mi cuerpo.

—Relájate, Minnie Mouse. —Mi extraño sobrenombre quitó algo de tensión de mi cuerpo—. Yo me ocuparé de ti. —Lamió la parte sensitiva debajo de mi oreja, distrayéndome exitosamente del dolor de ser repentinamente llenado por un objeto considerablemente más grande de lo que estaba acostumbrado, y balanceó gentilmente sus caderas hacia mí.

Su movimiento aliviaba el dolor y mi cuerpo comenzó a abrirse, ajustándose a su circunferencia, sintiéndome relajado. Lentamente incrementó la velocidad y profundidad de sus estocadas, y la fricción del movimiento logró convertir el dolor en placer. En el momento en que encontró y rozó mi próstata, olvidé completamente mi malestar y empujé para encontrar su movimiento.

Eso parecía ser que era lo que estaba esperando. En el momento en que lo hice se relajó y se dejó ir, penetrando fuerte y profundo dentro de mi cuerpo. Consiguiendo un extraño ritmo, encontré y contrarresté todos sus movimientos y saboreé la forma en que mi cuerpo se estiraba y quemaba para acomodar cada una de sus agresivas invasiones, llenándome una y otra vez.

Me gustaría decir que fue una larga experiencia erótica, pero estaba muy cerca y había pasado demasiado tiempo como para tener expectativas razonables. Mi inminente orgasmo se levantó con la velocidad de un tsunami y me vine en un agudo grito de liberación, torciendo mi cuerpo en la sábana del placer que me provocaba. Él continúo deslizándose dentro de mí, y la tensión causada por mi orgasmo incrementó la fricción una vez más, la quemadura una dulce adición, hundiéndome en el mar de placer en el cual ya me estaba ahogando. Él me siguió no mucho después, y pude sentir cada pulso de su liberación mientras llenaba el preservativo de látex dentro de mi cuerpo.

Y ese es el motivo por el qué normalmente describo mi primera experiencia sexual con él usando solo una palabra: ¡Alucinante!

sábado, 8 de junio de 2013

Levántame Cap 4


Bueno, verán que no miento, en lo que va del día de hoy he subido los capítulos 2-3 y ahora 4.
Creo que lo dije, me emocioné mucho con este relato.
Nuevamente aclaro, esta historia pertenece a una novela "Lift me up" de Raine Auster. Esto es solo una adaptación hacia mi couple favorita. <3



Cap 4: Despiértame antes de que tu…

Me desperté con una estampida de elefantes corriendo por el pasillo. Vale, en realidad eran golpes firmes en mi puerta, pero para mí, en ese momento sonaban como una estampida. Tal vez, el hecho de que estaba perdido en un extraño sueño donde cierta persona estaba de lejos demasiado bien dotada para ser humano, tenía algo que ver. O quizás fue el vodka, haciéndome demasiado sensible para mi propio bien. De todas formas, se reduce a lo mismo: demasiado fuerte para mi gusto.

Girándome hacia un lado, me moví para salir de la cama solo para atraparme a mí mismo un segundo antes de caer dramáticamente contra el suelo. Parece que tener un tobillo enyesado dificulta el movimiento de alguna forma. Recordando que no debía apoyarme en dicho tobillo, fui por las muletas que estaban a un lado de mi cama, y arrastré de forma bastante literal mi trasero por ella.

Más molesto de lo inimaginable, me encaminé hacia la puerta de mi departamento vistiendo nada más que pantalones deportivos. No esperaba invitados y no estaba dispuesto a incentivar a las personas a que desearan quedarse más de lo absolutamente necesario. Se podría decir que me levanté con el pie izquierdo…

Cuando abrí la puerta, estuve a punto de gruñir un saludo, solo que la vista que recibí me dejó sin palabras. Aquí es donde necesito retroceder un poco. Después de nuestro caliente debate sobre el ascensor, YunHo me permitió subir por las escaleras. Él obviamente no estaba impresionado, pero al menos decidió dejar de discutir conmigo. Sip, es otro punto para mí, aunque tengo la sensación que estaba del lado perdedor en ese momento. Después de doce pisos por escalera, estaba realmente listo para caer dormido de pie. Como resultado, no invité a YunHo y puse en espera mis intentos de meterme en sus pantalones.

Para hacer corta la larga historia, prácticamente me ordenó que me fuera a la cama, esperó a que entrara a mi departamento, y se fue, por lo que verlo frente a mí un par de horas más tarde fue inesperado. Creí que, siendo tan lógico como venía siendo, al menos me dejaría dormir más de siete horas después de la noche que había pasado.

—Almuerzo. —Levantó la bolsa que llevaba con una sonrisa y procedió a pasar por mi lado, dentro de mi dominio privado, sin permiso. Me quedé mirando fijamente el pasillo vacío como si el aire delante de mí pudiese explicar el comportamiento de mi vecino.

Rindiéndome ante lo inevitable, cerré la puerta y cojeé dentro de mi apartamento en busca de las hordas invasoras. Sé que un solo hombre usualmente no se califica como horda, pero ese hombre era YunHo… supongo que me entienden. —¿Por qué estás aquí?, —pregunté, sentándome a su lado en el salón. Soy un minimalista en lo que tiene que ver con muebles y solo tengo un sofá. ¿La razón? Tengo tanta vida social como vida amorosa, que con la excepción de YunHo, es ¡nada! Supongo que por eso las acciones de KyuHyun me impactaron tanto. Él era uno de los pocos amigos que tenía.

—Te traje el almuerzo. —buscó en la bolsa para sacar los palillos.

—¿Por qué?, —pregunté, mirándole descaradamente los dientes a caballo regalado.

—Imaginé que estarías hambriento. —sacó una caja de comida China y la dejó en mi regazo, sin siquiera parar a mirarme mientras que hurgaba en la bolsa—. Ahora deja de interrogarme y come. —Rescatando lo que obviamente era su parte, tiró la bolsa y me tendió un par de palillos con una sonrisa—. No sé qué te gusta, por eso te traje carne de ternera. —Explicó, sacudiendo su caja abierta.

Bajé la mirada a la cálida caja situada en mi falda y siguiendo su ejemplo, la abrí para ver los fideos al vapor que contenía. Un repentino impulso de molestarlo murmuró en mis sentidos y no pude evitar dejarme caer en la tentación. —¿Y si soy vegetariano?, —volví a mirarlo de reojo, esforzándome para no ser demasiado obvio.

Fue como mirar una película en cámara lenta. Su mano se encontraba, a mitad de camino hacia su boca, con la carne de ternera y los fideos colgando de sus palillos. El trozo de ternera se deslizó y cayó de regreso a su caja y sus brazos lo siguieron, descendiendo poco a poco. —¿Lo eres? —Me miró con una expresión de incredulidad y un incómodo shock en su cara.

—Nop, —tomé una gran porción de fideos, y la metí en mi boca con una gran sonrisa—. Solo quería ver si eras tan obsesivo como pareces. Un buen obsesivo compulsivo habría planeado todo con anticipación y hubiese traído una de cada una, pollo, ternera y vegetales, solo por si acaso. —No sé qué me poseyó para ser tan directo, pero lo disfruté. La expresión en la cara de YunHo no tenía precio.

—¿Obsesivo compulsivo?, —clavó los palillos en los fideos pero no se movió para comer—. ¿Qué quieres decir con eso? —Su tono era suave.
—Te gustan las cosas como son. Todo necesita estar ordenado, estructurado y debe tener un perfecto sentido en tu mundo. Algo así como tener la vida envuelta dentro de una caja muy bonita. —Puse un poco más de comida en mi boca, saboreando el rico sabor. Era la mejor comida china que había comido. Extraño, ¿cierto? ¿Cómo puede saber mejor la comida cuando la compartes con alguien?

—Humm. —Tarareó, pareciendo perderse en sus pensamientos por un momento. Sorprendentemente, realmente consideró mis palabras. Moviendo sus palillos, agarró algunos fideos y los puso en su boca. Sus labios envolvieron los palillos muy suavemente y mi mente se zambulló una vez más en su lugar favorito de residencia: la zanja. Según mi opinión había mejores cosas a las que esos labios podrían estar envolviendo, y casi me ahogo con un fideo perdido por el pensamiento.

—Mientras estamos en el tema de conducta obsesivo compulsiva… —Se giró a mirarme directamente y tuve que tragarme un gemido mientras veía los palillos deslizándose de su boca. Lo juro, el bastardo manipulador lo hizo a propósito, dibujando deliberadamente el movimiento hacia afuera mientras me miraba con un espectacular brillo en sus increíbles y predadores ojo. Algún día, se lo devolveré.

—Me gustaría regresar a la conversación de anoche. Nunca llegamos a discutir qué hacías. —Puso sus palillos en su caja con una sonrisa. Entonces se movió, oh tan casualmente, para continuar torturándome. Dejando la caja todavía llena de comida en mi mesa de café, procedió a lavar salsa imaginaria de sus dedos con la lengua. Tenía que ser imaginaria; no había comido lo suficiente para tener tanta salsa en su piel.

Conteniendo el gemido que surgió ante la vista, me alejé de él y aclaré mi garganta. Traté realmente duro de enfocarme en la pregunta que me hacía, en vez de ver qué tan sexy era cuando su rosada lengua lamía su suave piel. —Soy técnico en análisis empresarial. —Cómo logré ser coherente nunca lo sabré, pero debo decir que estoy bastante orgulloso de la suavidad con la que logré responder su pregunta.
—¿Técnico en análisis empresarial?, —respondió repitiendo mis palabras por segunda vez en el día, haciéndome preguntar si tal vez no era algún tipo de técnica secreta de interrogación diseñada para desarmar a alguien antes de que comiencen las verdaderas preguntas. —¿Qué es lo que hace exactamente un analista empresarial? —Se apoyó más cerca y pude sentir la, ahora del todo familiar, esencia de vainilla. El movimiento fue completamente deliberado y logró exitosamente desequilibrarme aún más.

Lamí repentinamente mis labios secos en un intento de esconder la prominente carpa de mis pantalones. Permítanme aprovechar este momento para dar a conocer un aleatorio hecho algo interesante: la mayoría de los hombres necesitan alrededor de 10 segundos para poder estar totalmente duros. Apuesto a que no sabían eso. Yo por otro lado, ni siquiera necesité esos 10 segundos ese día. Supongo que YunHo tiene ese efecto en mí. Aclarando mi garganta de nuevo, luché con mi mente, lidiando con mis pensamientos en un intento de mantener suficiente coherencia para ocultar los efectos que la presencia de YunHo causaba en mi cuerpo. Era una causa perdida, pero en ese entonces todavía no lo sabía. —Bien… uh… es difícil de explicar.

—Inténtalo. —Respiró en mi oído, atravesándome con un pinchazo de placer. Fue ahí cuando me di cuenta de que él tenía una vena sádica de una milla de largo. Tenía que saber que esa era una de mis zonas erógenas. Él me respiraba en ese oído demasiado a menudo como para no notarlo.

Tragué el repentino nudo en mi garganta, y regresé a nuestra conversación, tratando de determinar exactamente de qué estábamos hablando realmente. —Creo que… eso depende de donde trabajas. —Lamí mis labios una vez más, más que eso, era un toque fuera de mi elemento ahora que él estaba tan cerca físicamente—. Yo… uh… usualmente un técnico en análisis empresarial escribe especificaciones funcionales… um… documentos que especifican cómo va a ser implementada una pieza de software con el fin de alcanzar un determinado objetivo definido por las empresas.

—¿Usualmente? —Tuve un momento de respiro cuando se echó hacia atrás, alejándose de mí—. Eso significaría que no es eso lo que haces. ¿Entonces en qué difiere tu trabajo?

YunHo puede tener muchos defectos, pero la falta de raciocinio no es uno de ellos. Inmediatamente vio a dónde iba, por extraño que parezca, era genuina curiosidad. Sacudí mi cabeza en aprobación, inclinándome hacia delante para dejar mi caja de comida china a su lado. Hacía tiempo que me había olvidado de su contenido.

—Escribo especificaciones, pero a menudo me llaman para hacer cosas que no son exactamente parte de la descripción oficial de mi trabajo. Pruebo el sistema, ayudo con los entrenamientos y los manuales de instalación, y ocasionalmente estoy a cargo del entrenamiento en sí mismo. Supongo que eso pasa cuando trabajas para una compañía pequeña. —Viendo que el olor de vainilla ya no estaba a mi lado, pude razonar lo suficientemente bien para darle una casi decente explicación, y sin una pausa, para arrancar. Por supuesto, ignoramos el hecho de que mis palabras salieron rápido y desordenadas, varias frases construidas coordinadas para formar un párrafo ininteligible.

Él ni se inmutó por mi balbuceo. Como de costumbre, le hizo gracia, y de hecho se tomó el tiempo para revolver mi pelo por segunda vez en estos días. Sentía que me estaba tratando como a un niño. —Para mí suena como si fueras una completa súper estrella.

Ese comentario fue tan ridículo que realmente tuve que poner los ojos en blanco, mientras ignoraba el cosquilleo que había dejado su toque en mi cuero cabelludo. —Hago lo que tengo que hacer. Eso paga mis facturas. ¿Qué más puedo pedir?, —respondí secamente, tratando de ignorar la decepción que tiraba de mis sentidos. El juego del gato y el ratón, o quizás debo decir gato y la “ratona” (Minnie mouse), que estábamos jugando, realmente me comenzaba a degastar, y para variar, ya no tenía la energía necesaria para coquetear con la esperanza de tener relaciones sexuales.

—Oh, no sé. Satisfacción laboral. Crecimiento. Tú sabes, las usuales cosas aburridas que la gente busca cuando dedican su vida a cualquier vocación. —Se recostó sobre el apoyabrazos de mi sofá y estiró las piernas, llevando mi atención hacia su cuerpo trabajado. Completamente deliberado, fíjense.

Volví a humedecer mis labios, entrando de nuevo en el juego sin notarlo. No podía evitarlo. Saber que estaba jugando conmigo, no fue suficiente para liberarme de la tentación de hacer algo más que mirar al sexy, y bien envuelto paquete delante de mí. Humedecí la carne de mis labios con saliva y lo miré completamente en silencio. A mi mente ya no le importaba lo suficiente seguir el hilo de la conversación que parecía no llevarme a ningún lado.
—Entonces… —rompió el silencio que se formó entre nosotros, su naturaleza dogmática lo hizo regresar al territorio prohibido—. ¿Qué pasa con tu fobia al ascensor?

Y así es como volvimos a la pregunta que no quería responder. Lo sé, sin embargo, YunHo era demasiado persistente para dejar pasar el tema, y eso sólo me dejó una alternativa. Dejarme caer al deseo que me invadía desde que posé mis ojos en él, me arrastré hacia él, la proximidad del cálido aroma a vainilla completó mi actuación en ese instante. Me incliné y agarré su cara entre mis manos así podía presionar mis labios contra él y lo besé tan fuerte que pude sentir sus dientes a través de su carne.

Su piel era cálida y firme bajo mis labios por mi agresivo ataque. Desesperadamente por ingresar al calor húmedo de su boca mordí la tierna carne, tratando de darle un mensaje sin palabras. Él, sin embargo, no se unió al juego, y mantuvo su boca cerrada. En cambio, hundió sus dedos en mi pelo y tiró, el movimiento arrancó mis labios alejándolos de él. Clavó su mirada en mi rostro, el claro brillo calculador en sus ojos era un fuerte contraste con mi sentimiento de culpa. ¿Ya mencioné que YunHo piensa mucho?

—¿Estás intentando distraerme? —Su voz sonó ronca, y el mismo sonido era un claro indicativo de que no era tan inmune a mis tácticas como quería hacerme creer. Aquí es donde llegamos a El Arte de Distracción Lección Dos.

Con la promesa de la victoria ante mis ojos, no iba a rendirme. Cambié mi táctica y giré mis piernas sobre la suya, montándome eficientemente en su regazo. No fue el más agraciado movimiento, ya que me vi obstaculizado con el peso extra alrededor de mi tobillo, pero no me importaba. Una vez en posición, empujé agresivamente mi erección directamente a su entrepierna. ¿Recuerdan el pequeño e interesante hecho de los diez segundos que ya comenté? Parece que puede haber cierta validez en el mismo. Él estaba tan duro como yo.

Su aliento se escapó con un silbido. Gimió e instintivamente me tomó de las caderas (pienso que intentó alejarme, pero no funcionó de esa forma). Sus manos me mantuvieron en el lugar y sus ojos se pusieron vidriosos. Entonces él se alzó hacia mí, frotando su erección contra la mía. —Chang.. Min —No tomé ofensivo el énfasis que puso en mi nombre en ese momento. De hecho, me gustó el sonido del mismo en su voz ronca—. Debemos terminar de hablar primero.

—El momento para hablar terminó. —Giré mis caderas en sus brazos y me froté contra él, volviendo a los irregulares empujones hacia su entrepierna. Metí la mano en su pelo, agarrándome de su cuero cabelludo y me incliné hacia él—. Ahora es el momento de actuar. —Dejé que mi aliento persistiera en sus labios para volver a reclamarlos en un agresivo beso. Después de todo, estaba cansado de esperar que él hiciera un movimiento.

Succioné su labio inferior dentro de mi boca y sorprendentemente sus labios se separaron, garantizando la entrada que antes buscaba. Deslicé mi lengua en la calidez de su boca y degusté el sabor a vainilla de su interior. Me dejó explorar su boca, su lengua rozando la mía para fomentar el abrazo, y tomé ventaja de esto. Incursioné en todos los rincones que pude alcanzar: sus dientes con la peculiar perfección que poseían, su paladar, la mucosa de sus mejillas. No dejé piedra sin mover, o más específicamente, nervio sin rozar, la sensación de poder que me atravesó era adictiva.

Demasiado pronto, sentí la necesidad de respirar. De mala gana me alejé del alucinante beso y apoyé la frente en su hombro, un hambriento suspiro se escapó de mis labios. Empujé de nuevo contra él y gemí, casi desenredándose por la áspera textura de sus jeans. El simple movimiento no era suficiente, entonces lo repetí, presionando más fuerte con cada empujón solo para gritar cuando sus manos sobre mis caderas detuvieron de nuevo mi movimiento.

—Insistente culito, ¿no?, —Su aliento estaba tan pesado y desaliñado como el mío, y la calidez de su caricia en mi cabello. Nunca habría pensado que el aire cálido colándose a través de mi pelo podría ser sensual, pero lo era. Todo sobre YunHo era sensual, y no podía dejar de anhelarlo.

Me levanté en un intento de escapar de su dominio sobre mis caderas, de nuevo, y el movimiento me dejó a la altura de su oreja. —¿Quién dice que soy pasivo? —Respiré directamente en ella, incapaz de resistir la tentación de robar su táctica de seducción.


—Yo lo digo. —Dicho esto, deslizó sus manos hacia abajo y palmeó mi trasero. Jaque mate. Gané.

Levántame Cap 3


Como dije al comienzo, esta historia es una adaptacion del libro "Lift me up" de Raine Auster~
Bueno, la idea es mañana terminar con todo el fic~ :3 Ando de buen humor, eso sucede, sumado a que no quiero sentarme a escribir memorias de un gay.
Me di cuenta que disfruto escribir/leer cosas tan raras y de un modo graciosas con respecto a esta couple. Creo que la imagen que ellos dan es así, algo rara y divertida y esa es una de las razones por que me gustan como couple.
Ademas de que se ven tan lindos juntos ;w; 
Amo la foto que elegí para este fic, esa y otra de ambos tirados en el suelo del programa Running Man.
En fin, disfruten. Quizás en unas horas esté subiendo el cuarto capitulo.

¿Se viene el lemon?

jejeje




Cap 3: Marcha Suave.

De hecho, conseguimos llegar a su automóvil esa mañana. Créanlo o no, tomó solo un par de minutos. No es como que se vaya a repetir, YunHo tomó una silla de ruedas aparcada convenientemente, me levantó, y rápidamente me sentó en ella, dejando caer sin miramientos las muletas en mi regazo. Esa es la segunda característica distintiva que le descubrí, es eficiente.

Me guiñó un ojo y se colocó detrás de mí antes de empujar la silla hacia la puerta. A mitad de camino, grité. No era mi mejor momento, lo admito, pero mis excusas eran válidas. YunHo pensó que sería gracioso aumentar la velocidad, encaminándose hacia la puerta casi como en una carrera. Eso no fue, de todas formas, lo que logró sacar ese sonido de mi garganta. Me gusta creer que soy más digno. La aceleración de la velocidad fue solo un adelanto de lo que pasó. YunHo tiró el asiento hacia atrás, dándome la impresión de que íbamos a agregar una conmoción cerebral a mi actual lista de heridas.

Quedándome sin palabras para protestar, simplemente me agarré de los apoyabrazos hasta que mis nudillos estuvieron blancos, él se rió entre dientes directamente en mi oído. —No te preocupes tanto, amor. —Su tono de broma fue directamente a mi ingle, su aliento cálido cosquilleó un punto erótico que se encuentra justo detrás de mi oreja—. No dejaré que te caigas. Ese es tu trabajo, ¿Recuerdas?

Ahora, ese comentario logró mi regreso. —No es como si realmente planease darte una vuelta, —le susurré, entrecerrando los ojos en un intento de dirigirle una mirada penetrante. Aunque el intento fue valiente, fue en vano. No puedo lograr enfadarme muy bien con esa esencia de vainilla envolviéndome como a un amante perdido hace mucho.

Se encogió de hombros, volviendo a incorporarse para empujar la silla de ruedas, más tranquilamente esta vez. —Premeditado o no, el final es el mismo. Me hiciste tropezar y romper mi mejor juego de porcelana china.

—Lo justo es sucio y lo sucio es justo, —respondí, un repentino momento Shakesperiano se apropió de mí—. Hiciste que me rompiera un tobillo. Yo diría que estamos a mano. —Tiré mi cabeza a un lado, fijando mi mirada en sus rasgos. Es realmente espectacular. Tiene una fuerte línea de mandíbula, labios gruesos, una nariz aguileña, y distintivos pómulos masculinos. Eso y un asombroso y sedoso pelo color castaño lo suficientemente largo para contemplar las ondas que tan bien le sentaban. Irónicamente, exactamente del mismo color que el de KyuHyun. Interprétalo como quieras.

—Buen punto. —lo miré con la boca abierta. Realmente no esperaba que me diera esa victoria, por eso no sabía cómo responderle. Afortunadamente, no necesité hacerlo. Rodeándome, calmadamente abrió la puerta de pasajeros de su Audi A4 color carbón vegetal. Un clásico, pero realmente no lo noté hasta mucho más tarde. Después de todo, tenía algo mejor para ver. Verán, estar sentado en una silla de ruedas me dejaba con la vista al nivel de una interesante parte de su anatomía. Para su suerte, yo estaba demasiado aturdido para actuar en mi impulso de participar en una, ciertamente repentina y pública, muestra de afecto.

Mi perfecto panorama fue arruinado por mi necesidad de entrar al automóvil. En el momento en que abrió la puerta, YunHo me levantó de la silla de ruedas y casi inmediatamente me depositó en el asiento del acompañante. Cerrando la puerta, rodeó el automóvil y se deslizó en el asiento del conductor con una gracia felina, dándome una grata satisfacción. Yo más YunHo, más un espacio pequeño, menos el resto del mundo, igual, digan conmigo, ÑAM. Ahora, si tan solo él no estuviese ocupado manejando el dichoso espacio pequeño…

Puedo pensar muchas cosas mejores que podría estar haciendo con sus manos. En vez de estar agarrando una fría y dura pieza de plástico, moviéndola de un lado al otro, con delicados y hábiles movimientos. Estaba debatiendo mis contemplaciones y todas las posibilidades cuando me hizo una pregunta personal. —Entonces, ¿dónde vives?

Para su reproche, reaccioné rompiendo a reír. Fue una situación divertida e irónica. YunHo no había notado que era su vecino, aunque se estaba esforzando mucho en ayudarme. Eso me recuerda lo primero que me dijo después de tropezar. Tal vez pensó que era algún borracho aleatorio desmayado en el pasillo. Ya había desmentido esa suposición, pero aún no le había explicado que estaba haciendo ahí, por lo que podía perdonar su falta de atención. —Justo en donde me encontraste, —le respondí a la ligera, esperando su sorpresa.

Para mi desilusión, simplemente levantó una ceja y giró a la derecha, volviendo hacia nuestro edificio. Su reacción fue de lejos demasiado tranquila para mi gusto. Tenía la esperanza de sorprenderlo con esa pequeña pizca de información, y me decepcioné al darme cuenta que no le perturbó en lo más mínimo. —¿Puedo preguntar porque estabas tirado en el suelo en frente de tu apartamento y no dentro?

—Puedes preguntar lo que quieras, —le respondí cortante, alejándome de él—. Si elijo responder o no es otro tema. —Su pregunta trajo cosas de las cuales realmente no estaba listo para hablar y decidí no responder, al menos no en ese momento.

—Cierto. —Asintió en aprobación, ignorando completamente mi ruda respuesta—. Aunque creo que este sería un buen momento para darte una advertencia. Tengo toda la intención de obtener esa respuesta algún día. Eso es, después de todo, de lo que vivo.

No me di cuenta del impacto de esa declaración y permanecí completamente ciego a lo que intentaba decirme. Llamad a eso una característica indocumentada de mi terca mente. Su respuesta realmente apeló al gato que hay en mí, haciendo despegar mi curiosidad. —¿Qué es lo que haces para vivir?, —pregunté, volviendo mi vista hacia él.

Me miró, y pude ver una sonrisa jugando en el borde de sus labios. —¿Es aquí donde repito tu respuesta?, —Su tono fue ligeramente burlón, pero aún así se las arregló para avergonzarme—. Soy abogado. —Y ahí, mi querida audiencia, es cuando debí haber escapado muy, muy lejos. Aunque analizándolo, como él dijo, es siempre veinte-veinte, y si tuviese que decir la verdad, tendría que reconocer que no lamento no haber huido.

—¿En serio?, —paseé mis ojos sobre el cuello blanco, del adherido Polo y los ajustados jeans Denim que llevaba puestos, en ese momento levanté mi ceja preguntándole—. Nunca me hubiese imaginado que tenías un trabajo tan absorbente como ese. ¿Qué paso con el traje? ¿Esta temporalmente fuera de servicio?

—Aparentemente no más fuera de servicio que la llave de tu departamento, apuesto. —Su respuesta fue rápida, segura e incisiva. No fue exactamente educada, pero tengo que admitir, que me lo merecía.
—¿Qué puedo decir? Sé que soy delgado pero no había notado que era invisible. Tal vez hubiese ayudado si mirases por donde caminas. —Le respondí, repentinamente enfadado, a pesar del hecho que no parecía tener una razón lógica para estarlo.

—¿Seguro que no deseas hablar de lo que pasó anoche? —YunHo ignoró mi enfado, efectivamente desvaneciéndolo a la luz de su preocupación. Se giró hacia mí, quebrando temporalmente la ley más básica que el hombre conoce: Mira por dónde vas.

—¿Por qué desearía hacerlo? —alejé mi vista, apoyándome en mi mano, y mirando fijamente a través de la ventana. Mi mal genio alcanzó para traicionar la herida que intentaba ocultar, y no es necesario decir que mis ojos me traicionaron aún más. No suelo detenerme en las cosas malas de la vida, y me odio a mí mismo por dejar que Kyuhyun me afecte de esta forma.

—Ayuda… algunas veces. —Su tomo fue suave y no insistió más con el asunto. Estuve agradecido por ello.

El resto del viaje transcurrió en silencio, aunque no puedo decir si era inadecuado o no. Definitivamente había tensión en el aire, pero la razón de esta era tan multifacética como el corte de un diamante. Había algo en YunHo que me atraía, y ni siquiera una conversación incómoda seguida de silencios era suficiente para disuadirme. Lo deseaba, y decidí en ese momento que lo tendría, aunque tuviera que humillarme para lograrlo.

—Gracias por el viaje. Estaré bien desde aquí. —Salí apenas estacionó el automóvil. No sabía si planeaba ayudarme a salir o no, pero no quería averiguarlo. La larga noche y el alcohol comenzaban a hacerme efecto y no deseaba enfrentar mi inherente atracción hacia él. Temía hacer algo estúpido en ese estado y, como resultado, alejarlo. Y no por un corto período. Así que imaginé que una retirada a tiempo sería la opción más segura. A veces, después de todo, es mejor retroceder y reagruparse para asegurar un ataque efectivo más adelante. Lo único que deseaba en ese momento era escapar de su presencia para poder pensar.

Desafortunadamente, su contestador automático mental estaba activado y su mente no entendió el mensaje. Apenas logré dar dos pasos y él ya estaba a mi lado, su brazo izquierdo dando soporte a mi derecho para aliviar mi cansado bamboleo hacia la entrada. Su toque se sentía caliente en mi piel y mi aliento se aceleró por la excitación que me atravesaba una vez más.

—¿Ya intentas escapar de mí? —el aliento de su susurro hizo cosquillas en mi oreja, enviando escalofríos a mi espina dorsal. Sonrió y noté que sabía exactamente lo que el cosquilleo de su aliento en mi oreja conseguía. Debería haber visto las señales de advertencia entonces, pero supongo que estaba pensando con una cabeza muy diferente en ese momento.

—Se puede decir. —Mi respuesta fue entrecortada, traicionándome y llenando con pensamientos sucios mi mente. ¿Qué puedo decir? Soy un hombre y mi mente vive prácticamente en el desagüe.

—¿Por qué? —Bajó su tono aproximadamente una octava, y tuve que morder mi labio para no gemir ante la pura sensualidad de su voz—. Fuiste tú quien me besó.

Otra vez me dejó sin palabras y fue solo cuando dio un paso adelante, llevándonos al edificio, cuando noté que estaba jugando conmigo. Debería haberme enfurecido pero no podía encontrar el valor para protestar por algo, que en parte, estaba disfrutando. Entrando al edificio se giró hacia el elevador llevándome con él. Fue allí donde el verdadero impacto de lo que había ocurrido con Kyuhyun se desplomó sobre mí como una tonelada de ladrillos.

La simple visión de esas plateadas puertas electrónicas era suficiente para ahogar mi corazón en temor. Ya había tenido dos experiencias negativas con ese particular espacio reducido y no deseaba enfrentar una potencial tercera. Lógicamente sé que estaba siendo ridículo, después de todo, las oportunidades de ello eran prácticamente inexistentes, pero ya establecimos que la razón y emoción no están necesariamente ligadas. Además, si lo piensan bien, notarán que las oportunidades de dos malas experiencias en un ascensor en la misma semana son ridículas. Y a pesar de esa probabilidad, me pasó. Llamémoslo, Karma Changmin.

Es así como llegué a la conclusión de que ese particular ascensor no era para mí. Clavé mis muletas en el suelo, parando en seco, deteniendo nuestro progreso abruptamente. YunHo se detuvo a mi lado, con expresión de desconcierto en su rostro. —Subiré por las escaleras. —Esa fue la única explicación que ofrecí antes de alejarme del temido cubículo hacia las escaleras que se encontraban a su lado.

—¿Qué quieres decir con que subirás por las escaleras? —preguntó, tomando mi brazo para detenerme. Estaba confundido por mi decisión y decidido a llegar al fondo de todo esto. Sin embargo, yo no estaba dispuesto a ceder a su presencia por segunda vez y me negué a darle la respuesta que estaba buscando.

—Quiero decir, —dije poniendo énfasis en cada palabra, la ira y la agresividad se escapaban de mi tono a pesar del esfuerzo por mantenerme en calma—, que no voy a entrar ahí. —Hice un gesto con la muleta, usándolo para señalar el ascensor, casi castrando al objeto de mi deseo en el proceso. Eso sí sería una tragedia fuera de mi comprensión, agradezcamos que es rápido con sus pies.

YunHo, casualmente, esquivó la muleta y soltó mi brazo. El movimiento fue de lejos más fino de lo que tenía derecho, pero de nuevo, supongo que había agotado su cuota de torpeza la noche anterior, cuando tropezó y rompió mi tobillo. Supongo que, como yo, no hace las cosas a medias.

Usé a mi favor el hecho de que tuvo que soltarme y fui capaz de dar unos pasos hacia la escalera antes que su voz ingresara en mi refugio perfecto. —¿Eres claustrofóbico?

Realmente debería hacerlo visto venir, especialmente teniendo en cuenta la mente lógica de YunHo, pero la pregunta vino de la nada. —¿Claustrofobia? ¿Por qué crees eso? —me giré a mirarlo, mi mente, tristemente en ese momento, demasiado aturdida para hacer las conexiones necesarias para entender su razonamiento.

Levantó una ceja de incredulidad. —Bien, estas intentando evitar un espacio cerrado, por eso realmente no lo veo como una posibilidad muy lejana, aunque ahora pensándolo bien, me doy cuenta que sí fue una suposición estúpida. No tuviste problemas en usar el ascensor en el camino hacia el hospital y tampoco tuviste problemas en el auto, entonces ¿cuál es realmente el problema?

—Yo tenía otras cosas en mi mente, —murmuré oscuramente debajo de mi respiración. Realmente no sabía cómo responder. Es verdad que usaron el ascensor para llevarme al hospital anoche, pero estaba demasiado distraído para registrar lo que esto implicaba. A pesar de eso, no deseaba entrar en el ascensor. No con la imagen de KyuHyun y la prostituta todavía fresca en mi mente.

YunHo continuó mirándome en silencio, la respuesta que murmuré obviamente no fue suficiente. O tal vez no la escuchó, pero no estaba de humor para ser lógico. Al darme cuenta de que no me iba a dejar irme hasta que le diera algún tipo de respuesta, respiré profundamente y reuní el poco ingenio que mi mente todavía podía alcanzar en su agotado y drenado estado. —Mira. No soy claustrofóbico y antes de que preguntes, no tengo ningún problema en estar en un espacio cerrado contigo. —Sí, estaba orgulloso de ese tono. Logré darme cuenta de que después de la claustrofobia, no desear estar solo en un lugar cerrado con él era la próxima conclusión lógica.

La intensidad de la forma en que me miraba, envió más de esos predecibles escalofríos a través de mi cuerpo y dejó que el silencio entre nosotros se extendiera durante un momento más antes de hablar. —No muerdo a menos que lo quieran y no tengo la intención de seducirte en estos momentos. Por sorprendente que pueda sonar, en realidad me gusta que mi compañero esté despierto para la ocasión, y luces como si estuvieras a punto de caer tieso en donde estas parado.

Sus palabras e implicaciones, literalmente, sacaron un gemido desde el fondo de mi garganta. Toda mi sangre se agolpó en la cabeza de mi ingle. Oh, las posibilidades eran infinitas, y estuve casi tentado de tomarle la palabra y aceptar la oferta escondida en sus palabras. Él quería acostarse conmigo tanto como yo con él, y la mismísima idea de que estaba considerando la seducción fue suficiente para que me dieran muchas ganas de ir.
Tuve que pelear realmente fuerte para resistir la necesidad de tirarme a sus brazos y rogarle que me reclamase. Declaró que no iba a hacerlo porque me veía como si tuviese la muerte cerca, y dudo que un poco de pasión dramática fuera suficiente para cambiar su forma de pensar. Él, maldita sea, es demasiado lógico para ello. —Realmente no tiene nada que ver contigo. —Mi voz sonó ronca y tuve que detener mi explicación para aclarar mi garganta—. Es solo que no tengo buenas asociaciones con ese ascensor. —La mirada que le dirigí a las demasiado inocentes puertas plateadas debería haberlas roto, pero no soy un super héroe así que supongo que tan solo la fuerza de mi mirada no es suficiente para conseguir un efecto de rayos láser—. No voy a entrar y no lograrás que lo haga.

El suspiró y sacudió su cabeza, y en ese momento fue cuando gané. —Está bien, Minnie Mouselo haremos a tu manera. —Y así fue como gané mi sobrenombre. Fin. Esperen. No me miren así. ¿De qué pensaban que trataba la historia? ¿De cómo conocí al hombre de mis sueños? Están bromeando, ¿cierto? ¿Realmente no pensarán que contaré los sórdidos detalles de mi prácticamente inexistente vida amorosa a un puñado de extraños, verdad? Trabajo en IT, ¿recuerdan? Se supone que no debería tener una vida amorosa. Oh esperen, ya llegué muy lejos. Supongo que no hay remedio, entonces… sigamos con mi historia.

Levántame Cap 2


Bueno, vengo a dejar el segundo capitulo, son algo cortos. Solo quedan 6 más. Quizás y de acuerdo a los comentarios suba al rato uno.. o dos más. kkkk~
Est

Cap 2: Primero vodka, salud después

Al día de hoy, no creo poder olvidar el horror y la incredulidad que cruzaron a través de mí con esas últimas e inocentes palabras. No podía creer haber logrado quebrar mi tobillo, pero lo peor de esto era, haberlo hecho sentado. De acuerdo, tuve un poco de ayuda, pero aun así, no lo podía imaginar sin importar como lo mirase. Siwon saco un par de férulas (tablilla flexible y resistente que se emplea en el tratamiento de fracturas) de su pequeño bolso mágico de la misma manera que un mago saca conejos de su sombrero. Procedió a vendar mi tobillo hasta dejarlo ajustado y sólido. Eso fue seguido por mí siendo elevado otra vez, aunque no estoy seguro si importa, mis pies no tocaban la tierra en ese momento.

YunHo me cargó hasta el automóvil y Siwon se deslizó en el asiento del conductor. No del todo romántico, ¿pero quién soy yo para quejarme? Saliendo del estacionamiento, procedió a llevarme al hospital más cercano. Yo estaba en el asiento trasero con YunHo dándome apoyo. Tengo la impresión que quiso apoyar mi tobillo físicamente o algo, pero el calor de su cuerpo contra el mío fue un apoyo de un tipo totalmente diferente. Extrañamente eficaz, su cálido toque me distraía lo suficiente para mantener mi mente al borde del pánico, así que felicitaciones por conseguir eficientemente lo que Siwon le pidió.

A mitad de camino a nuestro destino final, si, quise hacer que la referencia suene un poco tétrica, me aleje del apoyo de YunHo y toque el hombro de Siwon para llamar su atención. —Hay una licorería a la vuelta de la esquina del hospital. ¿Te molestaría hacer un breve desvió para comprar algo de vodka?

Está bien, tal vez esa no era la forma más brillante de expresar lo que intentaba decir, pero realmente no esperaba esa reacción. YunHo abrió la boca como un pez fuera del agua y Siwon perdió el control del auto por un momento, saliéndose a un lado antes de poder recuperar el control. —Estas bromeando, ¿cierto? —Siwon realmente intento ocultar su incredulidad por debajo de una fachada calma, pero supongo que lo conmocioné demasiado para que pudiese lograrlo.

—¿Luzco como si estuviera bromeando? —respondí, inexpresivamente. Lo sé, podría haberlo sacado de su miseria y decirle realmente porque deseaba el alcohol, pero estaba divirtiéndome demasiado para arruinar el momento con la verdad.

— ¿Estás loco? —YunHo finalmente encontró su voz. Estaba tentado a hacerlo regresar a su anterior estado pero no creo que el apreciase la broma.

Lo miré levantando la ceja, o al menos eso creí, y entonces él se giro hacia Siwon, quien parecía intentar ganar un concurso de ceños fruncidos. Siwon negó con la cabeza, sus blancos nudillos tensos se apropiaron de la dirección. —Ni te molestes en discutir con él, YunHo. La respuesta es no, fin de la discusión.

Me reí. Sí, estoy así de loco, pero para decir verdad, pienso que fue mas por histeria que por diversión. Fue allí cuando realmente deje caer la bomba. —Mira, tengo HM, mi hermano gemelo murió mientras le hacían una operación para extraer sus amígdalas a pesar que fue correctamente diagnosticado y le dieron Dantrolen. Ahora sé que hay otros agentes anestésicos que pueden usarse, pero los más seguros son locales y no trabajan demasiado bien en mi, entonces, o paras por algo de vodka o voluntariamente te vas a unir en mi experiencia. Si tengo que masticar cuero para soportar el dolor, entonces vas a sufrir conmigo. Tú eliges. Aunque déjame advertirte, que no desearas elegir la segunda opción. Soy un muy mal paciente.

Estaba un poco más que satisfecho con mi victoria cuando Siwon silenciosamente cambio el rumbo y se dirigió a la licorería. YunHo me miraba como si repentinamente me hubiesen crecido dos cabezas. Nos mantuvimos en silencio mientras Siwon estacionaba. Salió, cerró la puerta sin siquiera mirarme, y fue directo. En el momento en que Siwon se fue, YunHo se me abalanzó. No, no de esa forma, aunque hubiera sido bueno que el ataque hubiese sido sexual. —¿Qué demonios está pasando? —demandó, con tono brusco—. ¿Cómo hiciste para convencer a Siwon para que compre tu vodka, cuando yo no pude lograr que me permita darte agua porque probablemente necesitabas ser sometido a un bisturí?

Hice una mueca. No puedo decir que lo haya dicho de la manera más delicada, y el simple pensamiento de objetos plateados y filosos sobre mi carne mientras me sentaba y miraba incómodo, pero realmente no tenía tiempo para pensar en ello. YunHo, él, bien, ¿cómo puedo ponerlo sin sonar aún más masoquista de cómo ya sueno? Qué demonios, todos sabemos que tengo una mente unilateral. YunHo se veía increíblemente enojado, el fuego de la pasión ardía en esos ojos penetrantes que me derribaban con una mirada calculadora. Si no hubiese estado tan excitado por ella, creo que abría corrido en la dirección opuesta. Un hombre inteligente lo hubiese hecho, pero de nuevo, ya establecimos que tener un alto IQ no te hace necesariamente inteligente.

Presten atención, mis estudiantes: El arte de la distracción, Lección uno. Inclinándome hacia delante, deslicé mis dedos dentro de las hebras del suave y sedoso cabello y me tiré a reclamar su boca sin parar a pensar o considerar la gran teoría de causa y consecuencia. Su reacción inicial fue tensa, la sorpresa lo mantuvo momentáneamente en su lugar, y entonces sus labios se separaron, garantizando mi entrada a la cálida y suave caverna de su boca. Sabia como vainilla, fresca y sedosamente suave, a pesar que tal vez fue solo mi fetiche con el helado de vainilla, en mi cabeza.

Golpeé mi lengua sobre sus dientes y paladar, haciendo pequeñas burlas, animándolo.

Afortunadamente, cedió rápido, y en seguida me encontré completamente sobrepasado cuando él tomó el control del beso, penetrando agresivamente mi boca con su lengua, sin darme tregua. Me beso justo de la forma en que me gustaba. Me hundí en el absoluto placer que su posesión me concedió, mis sentidos se perdieron en la fuerte presión de sus labios sobre los míos, su lengua barrió cada rincón de mi boca. Suaves gemidos entrecortados salieron de atrás de mi garganta, fue solo cuando el placer fue interrumpido por el punzante dolor que mi voz me traiciono de la peor forma posible.

Él se apartó, yo estaba tan ocupado viendo pequeñas estrellas como para tranquilizarlo. En cuanto pude volver a ver, me gire y mire con furia hacia el objeto de mi descontento. ¡Sr. Cabeza de Burbuja! Cualquier cosa que pueda arruinar mis esfuerzos de preparar un beso y concretarlo merece un nombre.

YunHo me saco de mi reflexión en el mérito de nombrar partes del cuerpo regresando a lo que estábamos haciendo.

Desafortunadamente para mí, el regreso a lo que estábamos haciendo antes del beso y no al beso en sí. — Está bien, dejando de lado las tácticas de distracción. ¿Porque está Siwon, mi perfeccionista paramédico amigo, comprando tu vodka cuándo es posible que necesites una operación para reparar el tobillo roto? ¿Eso no interfiere con la anestesia?

Ese fue mi primer encuentro con su naturaleza tenaz. Él enfrentaba un problema que no entendía y fue inflexible hasta obtener una solución. Fue una conclusión inevitable que yo cayese bajo la presión de su determinación. —No del todo, —respondí, una racha traviesa me llevo a prolongar el momento y como consecuencia la confusión de YunHo—. No puede interferir con algo que no van a suministrarme.

—Odio haberte quebrado, Changmin-ah —el énfasis que puso en mi nombre fue totalmente deliberado y para que ciertamente no me lo perdiera— No, espera, en realidad no me molesta habértelo quebrado. En el momento que pose mis ojos en ti por primera vez, le distes la vuelta a toda mi tarde, así que supongo que es el momento de devolverte el favor. Te rompiste el tobillo. La probabilidad de que no necesites cirugía para repararlo es pequeña. Tú, más cirugía, igual a anestésicos.

—HM más anestésicos, igual a mi muerte, —le respondí, no iba a ser menos. Puedo jugar a las matemáticas de la vida con el mejor. Todavía puedo.

O mi tono o la velocidad con la que respondí le dieron una pausa. Actualmente logre contar hasta diecisiete antes de que él se restableciera lo suficiente para hacer la pregunta que yo debería haber respondido antes que todo esto comenzara, ¿Pero para que hacer las cosas fáciles? — ¿Qué es HM?

—Hipertermia Maligna. —Si hay dos palabras que se me hacen difíciles de pronunciar, son estas. No tengo exactamente memorias felices asociadas a ellas. La primera vez que las escuche, mi vida cambio para siempre—Significa que soy alérgico a la mayoría de los anestésicos. Hay medicamentos que contrarrestan la alergia, pero las oportunidades de que funcionen en mí son escasas cuando tienes en cuenta mi historia clínica. Después de todo, no salvaron a Rain. Por eso generalmente, los doctores no desean correr el riesgo. En cambio usan anestesias superficiales, porque esta no agrava el HM, pero por alguna razón, no funciona del todo bien en mí. La sustracción de mi muela del juicio no fue nada graciosa, te lo juro. De ahí mi solución actual a mi problema: vodka. ¿Soy un genio no?
—No lo diría de esa forma, pero sí, no es una mala idea. —Tengo que darle crédito. Ni siquiera parpadeó cuando tiré toda esa información; la manejó tranquilo como un profesional. Esto hace difícil odiarlo, ¿No es así?— Lamento lo de tu hermano. —Sus palabras fueron suaves y algo en ellas tiro de mí, dejando un hilo de vulnerabilidad en primer plano.

Rápidamente aparte el impuso de recordar cosas ya hace mucho olvidadas y enterradas. —No sé, fue hace mucho tiempo atrás. Teníamos doce en ese entonces.

Su suave tacto en mi pelo me sorprendió, dejándome sin palabras. No era un gran logro esa noche, pero generalmente, lo es. Puedo ser muy charlatán cuando me dan la mitad de las oportunidades. —Eso no significa que ya no duela. —Sus suaves palabras se apoderaron de mí, y mi cerebro se volvió sentimental. Estaba tan distraído que no note cuando Siwon volvió. Supongo que se podría decir que estaba inmerso en el momento.

El resto del viaje pasó, sorprendentemente, sin incidentes. Logramos llegar a nuestro destino, y obtuve lo que siempre quise: un viaje gratis en una silla de ruedas. Desafortunadamente, Siwon y YunHo tenían razón. Era una quebradura e iba a requerir una sencilla cirugía para repararla. No voy a entrar en más detalles que esos, pero puedo prometerles que la botella de vodka que Siwon compro tuvo un buen uso. Querían tenerme en observación por un tiempo, pero una botella de vodka no es suficiente para emborracharme o idiotizarme lo necesario para acceder a eso.

Me había pasado la mayor parte de la noche mirando las impresionantes paredes blancas con la esperanza de descubrir el significado de la existencia mientras ahogaba mis penas en una botella de líquido transparente, por lo que realmente no esperaba que hubiera alguien alrededor cuando finalmente saliera. Imaginen mi sorpresa cuando me di cuenta que tenía público solo para presenciar lo bajo que había caído.

Mientras caminaba raro, posiblemente como el pato Donald, lo vi, viendo casualmente una revista mientras esperaba por mí.

Él me sintió mientras me acercaba, levantando su mirada justo cuando me moví intentando la Operación: Colarse entre el Sexy Vecino. Habría sido una operación exitosa de no ser por el hecho de que fue saboteada antes de comenzar. Juro que el doctor me dio el más ruidoso par de muletas que pudo encontrar, y en el momento en el que me moví hicieron ruido contra el suelo. YunHo cerró la revista con un chasquido y la arrojó sobre la mesa, sin dejar de mirarme ni por un instante. —Estaba empezando a preguntarme si te habías rendido y dejado que te internaran, —comentó mientras se acercaba.

—¿Internarme?, —respondí con una extra dramática inclinación de mi cabeza— Mas bien darme el alta, demándenme, apesto en las reacciones exageradas.

Otro punto para mí. Estaba siendo otra vez el receptor de su rico sentido del humor cuando se rió de mi comentario. —No paras, ¿verdad?

—¿Por qué iba a querer hacer algo así?, —Le di el aspecto más inocente que pude, el cual no era inocente del todo ya que no podía resistir la tentación de echarle una mirada intencional. Lo hice para demostrar mi punto, por supuesto. Que me gustara lo que veía era solo un bono adicional— ¿Por qué sigues aquí? —le pregunté, inclinando mi cabeza hacia un lado por la curiosidad.

—Me imaginé que ibas a necesitar que te llevaran a casa, viendo que te trajimos y ya que estamos saliendo y todo, me imaginé que necesitaba jugar la parte de tu amante. Dejé a Siwon en su casa y volví, solo por ti. —La mueca en sus labios cuando dijo esto era prácticamente sádica y aunque fue claramente evidente que estaba incitándome no podía dejar de entrar directamente.

—¿Estamos qué?, —escupí. No quiero ni pensar en la expresión de mi cara en ese momento, sospecho que le dio a YunHo una venganza de su previa expresión de pescado.

—¿No lo recuerdas? Eso duele. —YunHo levantó una ceja y con demasiada calma pronunció las palabras que me tiraron por completo al caos. Se ve que puede jugar mi juego tan bien como yo—. —Después de todo el esfuerzo que te tomó pedirme salir. Fue tan romántico. Prácticamente caí por ti en el momento en que te vi. Sellando todo eso con un beso. No puedo decir que he tenido alguna vez a alguien que se enfoque tanto en mí, y viendo que eres tan creativo, en cortesía a tu determinación he decidido llegar a un acuerdo. Vamos, amor. Vamos a casa.
Muy bien, mi cara de pez supero con creces la suya. Soy un poco perfeccionista, a veces, pero generalmente no suelo apreciar hacer bien las cosas malas. No es que importe. YunHo permaneció inmutable por mi mudez de incredulidad. El silencio no le molestaba ni un poco, en realidad le daba tiempo para pagarme con creces por mi anterior acción. Él recorrió la mirada sobre mi cuerpo, el movimiento era deliberadamente agresivo y sensual. Cada sencillo nervio dentro de mí se despertó, prácticamente hirviendo de tensión.

Él notó mi excitación, aunque no es como para darle puntos por la hazaña. El bulto en mi pantalón no era precisamente fácil de evitar. Sus ojos se posaron en mi entrepierna, y mi humillación aumentó diez veces cuando mi cuerpo reacciono más, la absoluta intensidad de mi reacción física actualmente bordeaba el dolor. Podría haber acabado solo con su mirada. Afortunadamente, cuando sentí que mi control comenzaba a ceder, su mirada se movió a la deriva hasta el yeso que ahora encerraba mi tobillo.

—¿Cómo está el tobillo?, —La mundana pregunta me sorprendió y me costó un momento ganar el suficiente ingenio para responderle

—Aparentemente es una fractura limpia, entonces es fácil de arreglar. Tengo suerte. No necesitaron poner ninguna pieza de metal para mantenerme unido, y dijeron que seré capaz de volver a usarlo en seis meses. —Moví mi muleta mientras hablaba. Probablemente se vio ridículo, pero realmente no me importa. Soy una persona expresiva y me gusta usar mis manos cuando hablo. Una pequeña cosa como tales accesorios no me va a detener.

Como era de esperar, perdí mi equilibrio y estuve a punto de caerme cuando YunHo me alcanzo para sostenerme. La dulce esencia de cálida vainilla me envolvió, y su naturaleza erótica saco un gemido del fondo de mi garganta.

YunHo malentendió completamente la razón de mi angustia. Sin darme tiempo para alejarme de la tentación, me levanto en sus brazos una vez más. Este pudo haber sido otro momento romántico; sin embargo, debido al carácter inesperado de su acción, no funcioné como estaba previsto. En vez de aterrizar a salvo en sus brazos terminé torpemente deslizándome sobre su cuerpo, luchando desesperadamente para mantener mi tobillo roto sin golpear el suelo.

Verán, cuando se movió para levantarme, instintivamente levante mi brazo, la reacción de una arraigada maniobra defensiva que ni siquiera sabía que existía en mi repertorio. YunHo terminó con una muleta en la cara. Aquí algo más de matemáticas de la vida para ustedes: Cara más muleta, igual dolor. Dolor repentino más reacción instintiva, es igual a Changmin tirado por el suelo por segunda vez en el lapso de menos de veinticuatro horas. ¿No es asombroso?

YunHo se arrodilló delante de mí con una expresión en su cara llena de culpa y remordimiento. —Lo siento. No quería tirarte. ¿Estás bien?

Le hubiese dado con una respuesta inteligente o algo, de no ser por el hecho que su tono tenía un matiz de desprecio a sí mismo. No deseaba que se culpara por algo que en esencia fue mi culpa. Si no hubiese tratado de noquearlo con mi demoníaca muleta, él hubiese tenido éxito, por lo que me hubiese cargado fuera del hospital de la misma forma en la que me trajo: como una novia. Las posibilidades eran infinitas pero el momento había pasado.