We love Homin~

viernes, 18 de diciembre de 2015

Dont Say Goodbye - HoMin


Titulo: Dont Say Goodbye
Tipo: Yaoi, Lemon, Romance, Drama, Songfic
Canción elegida: Aisenai Aishitai - Tohoshinki


Notas: bueno, este es el primer fanfic que me atreví a escribir y lo hice porque me molestaron mucho para que lo hiciera -Quizás un mes.- También es el primer Songfic que hice y el primer intento de lemon que narré. Así que no se como me quedo. Pero tarde como 2 semanas en terminarlo. Es que lo hice bien largo... Demasiado diría yo.
La canción la elegí, por que un día estaba buscando la romanización, y me apareció la traducción también, y me encanto, si, ya se, nada que ver con el titulo del fic no? 

Aclaro, lo escribí por ahí por abril del 2010. Muuucho tiempo.

COMENTEN. Los comentarios hacen que uno tenga ganas de escribir. 





Dont' say goodbye.

Tu rostro seguía un grabado en mi mente, aquellos delicados y penetrantes ojos que intimidaban cada vez que me miraban, tus labios carnosos de un tono rojizo que llamaban al pecado, tu pequeña nariz y aquel cabello castaño que caía sobre tu frente… un año exactamente había pasado desde la última vez, me arregle lo mas que pude para que me vieses lindo, quería sobresalir solo para ti.

Tantas noches habían pasado donde soñaba que te hacia mío, donde te volvía a tener frente a mí, que te amaba… pero de aquellos lindos sueños siempre despertaba con una gran culpa…tenias dueño… y aquella persona no era yo, era mi mejor amigo.

¿Sabes?, no puedo dejar de enamorarme de tí. 
Perdiendo el control... 
Pero... tengo miedo de perder a mi mejor amigo.

Pasaron 3 meses y la hora de tu regreso había llegado, pero no venias solo, claro que no, venias de la mano con él, con Siwon, ambos se veían felices, comprendí que mi amor por ti era inútil, tu lo amabas, de la misma forma que yo lo hacía contigo, tus ojos brillaban más que la última vez que nos vimos, cuando tomamos caminos distintos. Me miraste y me regalaste una linda sonrisa, y aunque yo no era capaz de hacer que me miraras como lo hacías con él, con ver en tus labios aquella expresión que te hacia tan inocente aunque no lo fueses tanto me sentía más que conforme, sentía como mariposas revoloteaban en mi estomago.

-Yunho. – Me dijiste con aquella voz tan dulce de la que solo tú eres dueño y me abrazaste. Sentir el calor de tu cuerpo junto al mío era el mejor regalo que podría haber recibido, y mis brazos correspondieron a tu gesto rodeando tu cuello, como aquellos amigos que una vez fuimos. –Te extrañe.

-ChangMin-ah... – Te nombre mientras mi hombro descubierto sentía tu respiración chocar contra mi piel haciendo que me estremeciera.

Luego de saludar a los otros dos, KyuHyun y Siwon, entramos a la casa que alguna vez compartimos todos mientras estudiábamos. MinHo y yo los ayudamos con sus valijas, bueno, yo solo llevaba las tuyas, que por cierto eran muchas. Subimos las escaleras y paramos frente a las puertas que conducían a las dos habitaciones que tenia la casa, me dirigí a la habitación de enfrente a la mía – ¿Qué haces? – me preguntaste como si yo no entendiese lo que estaba haciendo

-Ambos son pareja y querrán dormir juntos. – Pronuncié aquellas palabras con dolor, el solo saber lo que ambos harían por la noche me mataba. Pero quién era yo para reclamar algo, yo estaba de mas ahí, o mejor dicho nunca entre…

- ¿Estás loco? – reíste.- Quiero que todo sea como antes,Siwon, KyuHyun y MinHo en su habitación, y tu... – Me indicaste con la única mano que tenias libre. – Y yo volveremos a compartir la habitación como siempre fue ¿Si? – Mi corazón latió, como nunca antes, no podía reaccionar a sus palabras, solo asentí con la cabeza, y entramos al que alguna vez fue nuestro dormitorio. – Extrañaba esto. – dijiste y te tiraste sobre tu cama. Una imagen tuya luego de las practicas de basketball vino a mí y sonreí. – ¿De que te ríes? – Me miraste un poco extrañado, pero riendo también.

- No, de nada. – Asenté las valijas en el suelo, levantaste una de tus cejas entendí que tu no me creías.

Estas mintiendo. – Te levantaste y te acercaste a mí, comencé a correr por toda la habitación mientras tú me seguías. Llegue al borde de una de las camas, donde ya no tenía salida, y comenzaste a hacerme cosquillas, no lo soporte mas y tome tus manos, alzándolas así no tocaban mis puntos débiles en ese juego, pero mi fuerza fue tal y tu no estabas tan firme como pensé…Y caímos a la cama, tu corazón comenzó a latir con fuerza, dando golpes en mi pecho acompañados de tu respiración, tus manos temblaban y tus ojos y los míos se encontraron en un trance hipnótico, creí leer tu mente, mientras nuestros labios se encontraban a escasos centímetros, y aunque deseaba con todas mis fuerzas rosarlos, no lo hice, solo me dedique a contemplarte, contemplarte como hace mucho no lo hacía.

-Changminnie yo… - Dije con la voz baja y media entrecortada, es que eso me provocabas, nerviosismo, como si se tratara de un amor de niños.

-Iré a ver si Siwon necesita ayuda.– Cortaste mi oración, y saliste de la habitación dejándome solo.

-Te amo- le dije a la puerta por donde segundos antes habías salido.

"Quiero ver el océano" es lo que dijiste. 

¿Estás tratando de retarme?
 Te eché un vistazo, bebí mi café, 

me pregunto si no puedes oírme...

El desayuno pasó casi en silencio para mí, mientras todos conversaban sobre lo que había sido en sus vidas, yo solo me perdía mirándote, y tímidamente te diste cuenta de lo que hacía, escondiendo tu rostro ruborizado detrás de aquella taza de café caliente. Me echaste un vistazo de reojo rápido y pensaste que no te vi, si supieras que no eres nada disimulado para hacerlo, pero no dije nada, solo te hice creer que no me di cuenta. Sin darme cuenta reí, y todos se quedaron viéndome, bueno, casi todos, tu hundiste mas tu rostro tomando un gran sorbo de la taza. Volteaste hacia tu derecha, y tu rostro y el de tu amor se encontraron, el te guiño su ojo, y tu solo respondiste con una tímida sonrisa.

Me levante de mi silla y silenciosamente me marche de la sala, dejando caer mi cuerpo sobre la cama fría, cerré mis ojos haber si así, aunque sea solo por una vez no te pensaba, pero era inútil, tú me habías hechizado, y yo no era capaz de encontrar la cura a semejante maltrato. – Imbécil, si supieses que te amo, pero que te odio por eso – me repetí a mí mismo.

¿A quien odias?- Pregunto tu voz dulce un tanto intrigada por mi confesión.

¿Ah? – voltee y ahí te vi un tanto apagado, ¿Será que escuchaste todo lo que murmuraba?

-A alguien a quien amo. – Te confesé y volví a girar para quedar en la posición en la que estaba. Sentí tus pasos dirigirse hasta mi. –Quiero estar solo. – Te detuve sabiendo que si te tenía cerca mis lagrimas comenzarían a caer y no seria capaz de detenerlas mientras tu eras feliz con otro, tal vez era medio egoísta de mi parte, pero prefería ser yo quien sufría en silencio a verte a ti en mi lugar.

Si... entendieras mi sentimiento Él...


 tú y yo perderíamos una vez más.

Luego de que me calmase baje, y los encontré a los cuatro riendo, los contemple mientras tu risa se grababa en mis oídos. Cerré mis ojos, solo quería escucharte. – Yunho-Hyung - pronuncio MinHo sacándome de mi trance, los abrí y me encontré con los tuyos, pero rápidamente los desviaste hacia algo que parecía ser un álbum de fotos. El más pequeño del grupo se acerco a mí y me tomo de la mano, como indicándome el camino. – Ven estamos viendo las fotos de todos.- Me sonrió contagiándome la misma. El pequeño me causaba tal ternura que por un segundo logre no pensar en ti.

-Choi ve a buscar un poco de jugo. – Le ordenaste y nuevamente mis pensamientos volvían a girar en torno tuyo. Me miraste seriamente como buscando algo, pero me fui detrás de MinHo, ya que sabía que no podría con todos los vasos. En todo el tiempo que no habías estado a mi lado me dedique a controlar mis sentimientos, a guardar profundamente las ganas de oír tu voz nuevamente, de llamarte, de decirte quiero verte o un simple te extraño.

-Hyung – pronuncio MinHo al verme parado en el marco de la puerta de la cocina.

-Vengo a ayudarte, te conozco demasiado como para saber que seguramente romperás algo.- Reímos ambos.

-Sabes que debes decirle ¿Verdad?

- ¿De que hablas? – Pregunte mientras me dirigía a la heladera en busca de agua fría, su mano se poso en mi brazo deteniendo mi actividad, lo miré, parecía muy decidido.

- Ya sabes de que hablo.- Me soltó. – Tu lo amas, ¿Por qué simplemente no te quitas ese peso de encima?

- ¿Qué quieres que le diga? Te amo, pienso en ti las 24 horas del día, cuando te tengo cerca te extraño, por qué tenerte al lado y que no seas mío es peor que tenerte a miles de kilómetros y saber que no sientes lo mismo. – Dije frustrado, suspire tratando de buscar fuerzas dentro mío. Puse mi mejor cara y partimos a la sala donde te encontrabas tu, con el resto.

- ¿Y el jugo? – Pregunto animadamente KyuHyun mientras contenía su risa al igual que Siwon, pero tú te encontrabas muy concentrado en la hoja que mirabas como para prenderte a las risas de los otros dos.

Un tirón me dejo sentado junto a mi mejor amigo, me encontré mirando sus fotos, en ellas salían tu y el muy juntos. Sentí celos, las mire detenidamente, te vi con él, pero en su lugar imaginaba mi rostro, era yo el que estaba junto a ti en aquellas fotografías, lo que hacía estaba mal, pero no podía evitarlo, en cuestiones del corazón nadie manda, si hubiese sido lo contrario tu serias la última persona a la que hubiese querido amar como lo hago. Te beso sin jamás haberlo hecho, si sueño hasta despierto contigo, es que deseo saber a que saben, quiero sentir aquello que tú sientes, aunque sea una vez, solo por un segundo, desearía que me correspondieses.

No puedo amarte, 

aún estoy soñando contigo en este momento.

 Me estoy fundiendo en un b-e-s-o, en el cual no puedo sumergirme aún.

Nuevamente en la habitación, solo tú y yo en ella, con un silencio que se hace insostenible y casi en penumbras, solo con la débil luz del velador, mirando para lados opuestos, para no encontrarnos.

- ¿Te gusta MinHo? – Siento que me preguntas en voz muy baja. Pero simplemente decido no contestarte. El que tú pienses eso, me pone peor que si no supieses nada. Pero aunque no quiera hacerlo mi subconsciente me traiciona y ya me encuentro respondiéndote con un simple no –KyuHyun dice lo contrario. – Siento el sonido de las sabanas y no me equivoco, volteo y te encuentro mirándome, pero esta vez es diferente, tu no la desvías.

-Lo que dice o crea Kyu o cualquiera… No me importa. – Te digo, pero aun te noto un poco tenso.

-Y lo que pienso yo… ¿Tampoco importa? – Me dices dándote cuenta tarde del error que acabas de cometer.

-Mi Changminnie – Te llamo como hace mucho no hacía. – cla…

-Hace mucho que no me llamas así. – Me cortas las palabras que por segunda vez trato de repetir, pero te perdono al ver una sonrisa marcada en tus cálidos labios. – Promete que me volverás a decir igual.

-Te lo prometo. – Te respondo instantáneamente mientras ambos nos contemplamos nuevamente en silencio.

-Yo – Dijimos ambos a la vez y reímos. – Quería decirte. – Repetimos nuevamente, como si ambos quisiésemos decir lo mismo. – Tu primero. – Me adelanto, tomando así la iniciativa.

- ¿Eh? – Te pones nervioso, es que siempre fuiste así en la privacidad de la casa, eres tan cambiante para el resto, pero conmigo no puedes, te conozco mejor que a mí mismo, creo que solo vivo para redescubrirte – Nada, yo… Quería saber si estabas bien. – Tan preocupado por los demás como siempre, me pregunto si alguna vez piensas en ti... – Quiero hacerte compañía. – Dijiste mirando hacia la persiana, la cual se encontraba cerrada, mientras la poca luz de la lámpara marcaba la sombra de tu perfil débilmente contra la pared, haciéndome llegar a la conclusión de que la perfección existía, y llevaba tu nombre. No te respondí, pero no te diste cuenta de ello, te perdiste con la mirada fija en aquella ventana. – Sabes… Si te gusta MinHo… Yo me alegro por ustedes. – Comentaste aun absorto en tus pensamientos.


-Que no me gusta MinHo. – Te respondí un poco irritado, si tan solo supieses que no tengo ojos para nadie más que no seas tú. – Nunca me gustara, porque a mí me gusta otro. – Volteaste a verme, ahí me di cuenta que había hablado de mas, estaba a punto de arruinar mi amistad contigo y Siwon por este maldito amor que llevaba conmigo. Detuve mis palabras.

El tiempo en el amor es tan cruel,


 ¿Por qué no pude conocerte antes?

-¿Quién te gusta? – Preguntaste un poco curioso, y avergonzado por formular semejante pregunta. Tal vez soy un tonto, pero no me resisto a no contestar tus interrogantes, solo para ti tengo el si fácil, ante tu presencia soy una caja abierta, mostrándote mi verdadero yo. Pero trate de ser sincero contigo y a la vez no serlo.

- Yo… a mi me... – Dije ya que no sabía por dónde comenzar.

-Saldremos. – escuche la voz de quien ahora era tu novio. – me voy con Kyu a recorrer la ciudad y a ver a nuestras familias, tal vez no durmamos aquí. – Dijo del otro lado de la puerta mientras su voz se hacía más inaudible debido a que se alejaba de nosotros.

-¡Espérame! – Grito MinHo dando un portazo. – tengo que… ir a ver a mi abuela – Dijo, lo cual me hizo reír, e hizo que tú me mirases nuevamente desconfiando, pero no dije nada, sabía lo que MinHo hacia, su abuela nunca había venido del interior del país, el, había hecho todo aquello para dejarme solo contigo. Sentí como a lo lejos se marchaba el auto, me levante de la cama y muy a pesar comence a caminar hacia la salida de la que era nuestra habitación, Realmente era un estúpido, yo… no quería perder a mi mejor amigo, y mucho menos perder o dividir todo un grupo. Por lo que nuevamente guarde para mí la mochila de sentimientos desencontrados.

Siempre te daré una mano...


 Pero no la tomes, ahora estamos separados.

Pose mi mano sobre aquel frió picaporte y suspire “eres un tonto YunHo” me dije a mi mismo, y aquel frió fue abrigado por una corriente de calor, vi tu blanca  mano cubrir parcialmente la mía. Mis ojos recorrieron todo tu brazo hasta llegar a tu rostro. – Aun no me dijiste lo que te pregunte. – Respondiste a mi pregunta jamás formulada, como si pudieses leerme la mente, como si algo nos conectase.

-No pienso hacerlo. – Hice fuerza para abrir aquella puerta, pero tu mano apretó la mía, impidiendo movimiento alguno. – No seas niño y Déjame salir. – Sabía que si la situación seguía así, por más que lo desease, no sería capaz de decir no, era masoquista en algún punto tal vez, ¿A caso necesitaba sufrir más de lo que lo hacía? ¿Decirle te quiero y obtener como respuesta un “yo amo a Siwon?”, Si, entonces debo serlo. – Te extrañe – Fueron las únicas palabras que salieron de mi boca. – Volví a cerrar mis ojos y nuevamente suspire, sentí como el aire enfriaba mi mano, la que segundos antes recibía el calor de la tuya. “Soy un idiota, uno muy grande” me volví a recriminar. Abrí la puerta y di un paso hacia la salida de lo que ahora era mi infierno. Un tirón me llevo nuevamente a la habitación, más exactamente a tu cuerpo, el cual se encontraba junto al mío sin centímetro alguno que nos separase. Acomodaste tu cabeza y uniste aquella carnosa boca con la mía, llevándome al pecado. Tus manos subieron despacio por mi espalda, provocándome un leve cosquilleo y deteniéndose en mi nuca, la cual abrazaron mientras mis manos se encontraban agarrando tu fina cintura. Diste unos pasos hacia atrás sin dejar de besarme y me llevaste contigo, cayendo ambos en mi cama.

Levantaste mi remera y avergonzado como solo tu podías estarlo me la sacaste y volviste a besarme mientras tus manos dibujaban círculos en mi estomago. Quité tus manos de allí y las tire a ambos lados y de un solo tirón rompí todos los botones de tu camisa, quedando así en iguales condiciones. Ahí ambos nos dimos cuenta que la ropa estaba de mas y la fuimos esparciendo por todo el suelo como si se tratase de un tonto juego. Uno que recién comenzaba.

Mis labios recorrieron y saborearon cada parte de tu cuerpo, hasta penetrar en lo profundo de tu ser, mientras tu acaricias suavemente mi espalda y mi cabello despeinado, como invitándome a que siguiese en lo que hacía, alcé mi cabeza para verte una vez más, su parpados cerrados y aquella sonrisa que traías contigo me hicieron amarte más de lo que ya lo hacía, tanto que lo había deseado, y ahora era yo el causante de tu felicidad. Abriste lentamente los ojos como un niño y te ruborizaste al darte cuenta que te observada, si supieses que me gusta verte así, me acerque hasta quedar a la altura de tu cabeza y jugué con tu nariz, esquivando el beso, quería que me desearas de la misma forma en la que yo lo hacía contigo, nuevamente acerque mis labios a los tuyos pero fui directo a tu oído, dejándote sentir mi respiración agitada, y lo conseguí, sentí como tus pequeñas y delicadas manos tomaron con fuerza mi rostro y lo condujeron nuevamente hasta el tuyo, me miraste y sin tiempo siquiera a pestañear sentí tus cálidos labios posarse junto a los míos, me dedicaste nuevamente una mirada cómplice y te abrí paso, dejando entrar tu lengua deseosa de jugar con la mía. Tantas veces te había soñado de la forma en que te tenía en este momento, pero no se comparaba, mirarte y sentir lo que solo tú me provocabas era mejor que cualquier fantasía. No importo la falta de aire, importaba el momento, sentir el calor de tu pequeño y frágil cuerpo junto al mío, las contracciones de cada fibra de tu ser, tu pulso, tu respiración, la forma en que tus manos acariciaban mi rostro mientras bebía de aquel néctar que tus besos me proporcionaban.

Alejaste mi rostro y tu mirada brillosa detuvo el tiempo, y nos envolvimos en un tranquilizante silencio. –Te amo. – Pronunciaste un tanto agitado y mi corazón sintió aquello que nunca había experimentado, aquella cálida sensación de saber que yo podía y te hacia feliz, que solo existíamos nosotros dos, desdibujándose lo que a nuestro alrededor había, aquel sentimiento de omnipotencia que alguna vez había sentido desapareció, siendo reemplazado por una fuerza capaz de sobreponerse a lo que se me pusiera en frente, sabiendo que tu mano tomaba la mía, me sentía capaz de incluso luchar hasta con la muerte. Te sonreí.

-Mi ChangMinnie, yo… te amo, siempre lo hice.– Te besé, esta vez fui yo quien lo inicio, y tu respondiste aquel beso como si pidieses mas de mi. Cambiándome de lugar y quedando tú arriba mío.

-Hazme aquello con lo que siempre sueñas. - Dijiste en mi oído débilmente cuando tomabas aire debido a la agitación que poseías. Sentí como tus labios encontraron mi lóbulo guiando tus dientes los cuales no dudaron ni un segundo en morder aquello que siempre te había pertenecido. Tu Seguiste bajando tu boca por todo mi pecho hasta llegar a mi obligo el cual delineaste con pequeños besos para volver a posarte en mi oído. – Hazme el amor Yunho – pronunciaste y en un abrir y cerrar de ojos ahora era yo quien te tenia atrapado debajo de mí. Me abriste paso y entre, descubriéndonos ambos, conociendo aquello que nadie había explorado antes, me sentí el hombre más afortunado del mundo, te volví a besar, diciéndote con mis labios las cosas que siempre quise decirte, dándome cuenta que a veces las palabras parecen sobrar cuando se está al lado de la persona que se ama.

No puedo amarte... 

Por ti, tengo que curar mi propio corazón. 

Mi instinto p-a-t-e-a, me doy vuelta a mirarte...

Desperté al notar como el sol se filtraba por unos pequeños agujeros de la ventana, impactando directamente en tu rostro, el cual se veía más blanco y angelical que de costumbre. Mi mano no se contuvo y fue directo a acariciarte, pero vi aquella foto en tu mesita de luz, y mi mano se detuvo, ¿Qué había hecho? Había puesto mi amor por ti antes que mi amigo, el no merecía todo lo que había pasado, me sentía sucio, sentía como si hubiese jugado contigo y con él, mientras las imágenes de lo ocurrido pasaban en mi cabeza y se repetían una y otra y otra vez. Agarre mi cabeza y me ahogue en un grito silencioso, uno que ni tu pudiste oír, acompañado de dolorosas lagrimas. Tome mis cosas, y sin hacer mayor ruido me fui, contemplándote por última vez, prometiendo olvidarte y dejar mi amor por ti en aquel mismo cuarto donde por una noche había sido feliz.

Las sabanas se mezclaban con el blanco de tu piel, mientras una sonrisa se marcaba en tus labios, pero por una vez debía ser fuerte, no podía caer ante ti, menos ahora “piensa en Siwon” me repetía a cada segundo que pasaba.


Parecía arte de magia cuando mire a mí alrededor y me vi, en lo que parecía ser una pequeña playa abandonada. Entendí lo que sucedía, me había alejado de ti, dándote tu espacio y dejándote ser feliz junto a la persona que amabas.

¿Qué camino debo seguir? 


No tengo objetivo... (¿Que debo hacer?)

Paso un año más, y sigo en el mismo lugar en el que desperté aquella mañana, todas las tardes me asomo a la ventana de la pequeña cabaña que compre para mí, la cual aun siento grande. Admito que conocí gente nueva, pero no podía llegar a mas de eso, conocer, aun todavía tu rondas en mi mente, aun sin saber de ti o de alguno de los chicos, la última vez que hable con Changmin fue hace 5 meses tal vez, pero él sabe que no quiero ni escuchar tu nombre, si, lo sé tal vez lo hago más difícil de lo que parece, si por dentro me muero de las ganas de saber que estas bien. Pero es por eso mismo, no quiero ser partícipe de tu felicidad y mi desdicha.
 Ya ni siquiera escucho la radio o la televisión, ni revistas leo, todo eso me lleva a ti… Me pregunto qué hubiese pasado si ambos nos hubiésemos conocido antes ¿Podrías haberme llegado a amar? ¿O las cosas serian como ahora?

Tomo una de las tantas cartas que se encuentran sobre mi mesa, cartas que tienen más de 6 meses algunas, el miedo por encontrar algo tuyo me aleja, y entonces prefiero no tocarlas, pero veo una que nunca había abierto y tendría que haberlo hecho… Leo el remitente y veo que es del más pequeño, MinHo, tomo la carta en mis manos y comienzo a leer. Mi cuerpo comienza a experimentar cambios con solo leer las cosas que en ella están plasmadas. Mi corazón se oprime, y mi pulso baja considerablemente mientras llanto de culpabilidad comienza a apoderarse de mí. – No es posible. – Me digo a mi mismo aun sin salir del asombro. – Es mi culpa – Me recrimino. Miro a mi alrededor, como si me sintiese atrapado comienzo a tirar las cosas al suelo, rompiendo cuanta cosa se me cruce delante, ahora mis lagrimas se tiñen de bronca acompañados de gritos desgarradores, tratando así de sacar el dolor que ahora cargo conmigo.

Salgo corriendo de aquel lugar, solo el cambiante color del atardecer me observa, me encuentro en mi peor momento, siento como si estuviese muerto en vida, ¿De que servía todo ese oxigeno que respiraba si tu ya no estabas? La gente que en la playa se encuentra comienza a mirarme extrañado mientras murmullos entre ellos llegan a confundirme, haciendo que mi cabeza de miles de vueltas mientras caigo sobre aquella arena media caliente media fría y vuelvo a acercar aquel trozo de papel y releo tratando de engañarme a mí mismo de que todo aquello es mentira "Changmin, el ah estado realmente débil últimamente, ah bajado de peso considerablemente, ya no come ni pronuncia palabra alguna, y su mirada se haya perdida en vaya saber qué lugar, parece como si él no estuviese aquí con nosotros, fue internado hace un par de días, debido a la desnutrición que cargaba, llego a pronunciar tu nombre antes de caer dormido debido a todos los calmantes que le dieron ese día…hay muchas más…” Trate de seguir leyendo pero mi vista estaba empapada de tanto que me contenía, millones de rostros desconocidos se acercaron a mirarme, nuevamente me sentí ahogado, saque fuerzas de donde no tenia y comencé a correr, corrí y corrí hasta llegar a un desolado lugar. y me quede ahí, tirado como un vagabundo, mientras las lagrimas terminaban de consumirme, si el destino te había llevado tendría que llevarme a mi también, era lo justo, que sentido tenia vivir si tu ya no pertenecías a este mundo.

No puedo amarte... 

por tí, sigo teniendo fe en mí. 

Algún día, podre decirte A-m-o-r.

Tome las pocas fuerzas que me quedaban, quería irme contigo, arrastrando mis pies sobre la arena llegue al filo de un montón de rocas, me concentre, tratando de recordar cada momento que viví contigo, el tesoro más grande de mi existencia. La única cosa que me daba fuerza día a día con solo pensarlo bien. Me persigne, mire por última vez aquel horizonte ya más oscuro e hice mi último pedido, encontrarme nuevamente contigo, cerré mis ojos, y mi cuerpo comenzó a hacer lo suyo – no me dejes. – pronunciaste en mi mente.

-No lo haré – extendí mis brazos, pero una mano me impidió continuar.

-No lo hagas – Dijo tu voz, volteé y allí estabas, con lágrimas que recorrían tu hermoso rostro, nublando el brillo único que solo tus ojos tienen.

-Tú no eres real. -Trate de negarte, haciéndome creer que eras una ilusión mas, como todas aquellas que me habían asechado desde que me había ido. – ¡Vete! – le grite a tu sombra.

-No me iré. – Me dijiste mientras más lágrimas brotaban de tus ojos, tiraste de lo que quedaba de mí, llevando mi cuerpo hacia el tuyo, mientras tus brazos me rodeaban en un abrazo que no correspondí, y tu llanto mojaba mi ropa.

No puedo amarte...
No puedo detener mi amor.

 No puedo detener mi amor.
 No puedo esperar más.

 No puedo detener mi amor.

-¡Dejame! – Te reclame con la poca voz que me quedaba. – ¡Déjame morir en paz! Al menos una cosa quiero hacer bien en toda mi vida.

-No quiero. – Dijiste entre lagrimas. – si tu mueres yo… moriré contigo. – Apretaste con más fuerza mi cuerpo. – ¿Que no lo entiendes? Mi ser te pertenece, si te vas, nos iremos los dos.

-Mi Changminnie, tu no serias capas. – Dije aun en esa posición, el no sentía lo mismo, yo lo amaba, el me quería como un hermano, que sentido tenia eso. – No quiero que hagas algo por culpa, bastante tengo con verte en este estado, mírate, no eres el mismo. – Tus manos me tomaron de los brazos y me alejaste lo suficiente como para poder vernos.

-Yunho – Dijiste secando las lagrimas que no paraban de salir. – Estar sin ti, es como estar muerto en vida. – Me dedicaste una pequeña sonrisa, mientras tu vista seguía fija en la mía. – Yo te amo. – pronunciaste y tus labios buscaron los míos, haciendo que mi corazón volviese a latir como hacía meses no lo hacía, pues mi pulso había quedado en la cama donde una vez te había hecho mío, los había olvidado, pero en su lugar había latente algo más poderoso, mi amor por ti, Mi Changminnie.

Quiero amarte... 

No puedo detener mi amor
No puedo detener mi amor 

No puedo detener mi amor

~Fin~

jueves, 17 de diciembre de 2015

Deep Under you Skin - By: Qian JaeJoong

 


Autor:  HERO  QJJ  @QianJaeJoong

(N/a: Este es un sueño que tube hace un buen tiempo XD espero les guste hahahahaha)

Nota mía -Agus-: Este fanfic me lo permitió publicar alguien que en algún momento fue parte de mi círculo de amigos. Esos que conocí en el raro pero maravilloso mundo del rol. Fue una de esas personas que aunque no logras conocerlas del todo, tiene ese poder de hacer que sientas lo mismo. Aún recuerdo las cosas que solía decir para levantar el ánimo. Incluso hasta hace poco entraba a su muro, por el simple hecho de no olvidar. 
Espero que donde sea que te encuentres, hayas dejado atrás esos dolores que te aquejaban, y a cambio hayas encontradola felicidad. <3


* * * * *
El día del partido del mundial de South África, ChangMin me había dicho que no podía perdérmelo. Comenzaría pasada la media noche, justo antes de que comenzara, golpeaste la puerta de mi departamento. Traías ropa de abrigo, una capucha y tus lentes oscuros  para que nadie te reconociera, te veías agitado, supuse que viniste lo más rápido que pudiste, tú siempre escondiéndote de las fans psicópatas.
Entraste alegre pero con tu fascinante toque de timidez, nos sentamos en mi sofá, veíamos el partido mientras lo comentábamos y tomábamos cerveza, era divertido verte reclamándoles a los jugadores cuando fallaban en los tiros con tanta energía.
El partido termino y tu seguías sentado a mi lado en el sofá de cuero que me aumentaba la temperatura, ya estábamos aburridos de revisar todos los canales, no daban nada bueno a esa hora. Con “esa hora” me refiero a pasadas las dos de la mañana.
-YunHo ya debería irme. -Me dijiste con tu tono más suave, mientras te ibas dirigiendo hacia la puerta.

Yo no quería que te vayas, me encantaba verte cerca mío así que prácticamente rogué para que te quedes en mi casa al menos esa noche,
-No seria bueno que te vean caminando tan tarde, mejor te quedas conmigo.
Tu cara se volvió roja, yo me acerque lentamente, tome tu delgada cintura entre mis brazos y acerque mi rostro al tuyo, tus labios temblaban y tu respiración daba de golpe en mis labios que se morían por comerse los tuyos.
-YunHo..
Volteaste la cara y trataste de safarte de mis brazos, sin conseguirlo, sabia que no era yo a quien deseabas en ese momento, sabia que tu amabas en secreto a KyuHyun, pero yo podía y quería darte lo que el no puede.
-¿Qué pasa? ¿Estas pensando en el?
Volviste a ignorarme agachando la mirada.
-Yo no te pido que me ames, se que no puedes, pero me conformo con que tu me dejes hacerlo, me conformo… con lo que tu me permitas tomar.
Pose suavemente mis labios sobre los tuyos, manteniendo el control en lo que hacia para no obligarte a nada, lentamente fuiste respondiendo a mis besos y a mis caricias, apoyaste tu cuerpo en la pared, tome una de tus muñecas y la levante tratando de inmovilizarte y apegarme mas a tu cuerpo, podía notar tu miedo, lentamente colé una de mis manos bajo tu camiseta, te paralizaste y tomaste mi mano deteniéndola.
-Hyung, aquí no…
Capte el mensaje, te envolví en mis brazos llenándote de besos mientras te guiaba a mi cuarto, te recosté en mi cama y volví a lo mío.
Mis manos comenzaron a recorrer tu abdomen, levante tu camiseta hasta que te la quite, deleitándome con la belleza de tu piel y la forma en que tus músculos se insinuaban ante algo tan simple como respirar. Tu tomaste la mía e hiciste lo mismo, me sentí complacido al ver que ya estabas decidido a hacerlo, pero de todas formas tenia que ser gentil, sabia perfectamente que nada de lo que estaba tocando me pertenecía, que nada de lo pasara esta noche, no volvería a pasar por eso quería disfrutarlo.
te recostaste mientras me aleje de ti para quitarme los zapatos, de paso comencé a quitarte tus botas, te veías tan relajado, te giraste entregándome tu espalda, por donde subí llenándola de besos, llegando a tu hombro donde me aferre mientras comencé a quitarte los pantalones, cuando los baje por completo parecías un bebé, estíraste tus brazos y te aferraste de mi cuello avergonzado por que yo no podía apartar la vista de tu cuerpo, cuando mi mano llego a tu entrepierna me dijiste al oído.
-No seas tan pervertido…

 Como podía no serlo si te acercabas a mi de esa forma, si me susurrabas de esa forma sensual, casi rozando mi oído con tus labios húmedos.
Comencé a recorrer tu cuerpo mientras te estimulaba, jugamos un buen rato mientras te comía la boca a besos, tu piel estaba ardiendo, aun mas que la mía, y aunque nos quedaba toda la noche por delante apure las cosas, te senté sobre mis piernas y con mi miembro busque tu entrada, estábamos incómodos pero ya ni podíamos pensar, cuando comencé a entrar lentamente largaste un gemido ahogado, tratabas de contenerte mientras hundías tus uñas en mi espalda y hundías tu cabeza en mi cuello, cuando ya estaba adentro me quede quieto un rato, levantaste la cabeza y me miraste con una expresión de dolor.
-¿Quieres que continúe?...
-Ya no hay vuelta atrás…
Comencé a moverme lentamente, comenzaste a besar mis fuertes brazos de manera sensual, dando pequeños mordiscos, logrando hacer que mi piel se erice, mantuve mi ritmo cuando de pronto comenzaste a mover tus caderas, acelerándolo, buscando mas contacto, largando gemidos apenas audibles, aferrándote a mi cuello, besándolo intensamente, dejando la huella de tu respiración, todo era perfecto, cada vez mas rápido, cada vez podía sentir con mas fuerza la enorme pasión, el calor, la lujuria.
Tu cuerpo encendido rozaba el mío, el sudor en tu frente y esa expresión de placer me hacia enloquecer y penetrarte sin control, cada vez se sentía mejor, tu entrada se contraía presionando mi miembro, dándome mas trabajo y aun mas placer, asta que sentí que estaba llegando al clímax tome tu miembro y comencé a masturbarlo mientras ya se acercaba mi limite, cuando de pronto sentí que todo dentro de mi salía con fuerza, doblaste tu espalda hacia atrás y gemiste lo mas fuerte que pudiste, nos liberamos.
Mantuvimos la misma posición por un buen rato, te desplomaste en mis brazos mientras tus piernas aun temblaban por los espasmos, no quería salir de adentro tuyo, quería quedarme en lo mas profundo de tu ser para siempre si es que eso era posible. De pronto toda esa atmósfera había desaparecido, salí lentamente de tu interior, te recosté en la cama mientras mantenías tus ojos cerrados, observe tu hermosura, tu cabello humedecido y alborotado. Y volví a la realidad recordé que tu no me perteneces, que lo que paso quedara oculto y pronto será un misero recuerdo, pero te deje una marca bajo tu piel, una marca que nunca podrás borrar, por que fui yo el que te hizo vibrar de esa manera, con eso me basta por ahora, me recosté a tu lado, no podía dormir… me acerque lentamente a sus labios y justo cundo estaba punto de besarlos, desperté.


P/D: Cuando desperté en mi apartamento envuelto en mis sabanas blancas, sentía mi cuerpo a full, todo fue tan real, lo único que pensé y pronuncie en palabras fue…
-Espero volver a soñar contigo….



                                                            FIN


Qian JaeJoong

miércoles, 20 de mayo de 2015

Drabble: Qué pasaría?

Esa ha sido mi gran pregunta desde que lo conozco. Qué pasaría si él no fuese quién es y yo no fuese quien soy. ¿Qué pasaría?


-¿Te imaginas si las posiciones se invirtieran, hyung? -Preguntó desde su cama, conocía demasiado su rostro como voltear si quiera a verlo. Incluso podía asegurar lo que dirá "Bueno, Changminnie...". 

Un largo silencio de parte del mayor, incluso desde donde se encontraba, el otro percibió lo pesado de su respiración. Un suspiro nasal, que solo se dedicaba a indicar que su mente estaba pensando, ¿Qué era tan complicado? A veces Changmin se preguntaba qué cosas pasan por su cabeza, y luego se enrollaba al punto de perturbarse y terminar por enojarse consigo  mismo, ¿Por qué era tan complicado? -¿Hyung? ¿Estás ahí? -Llamó molesto, y es que sus silencios tenían el poder de ponerlo nervioso, deseando internamente que su cabeza procesara más rápido las cosas.

-Si, Min. Sigo aquí. - Otro silencio, peor que el anterior. ¿Como es que algo tan sencillo terminaba en algo tan incómodo? Impulsivo como solía ser algunas veces, el más alto terminó por sentarse, y en un simple pestañeo enfocar, con esos enormes ojos, la relajada figura de su mayor. -Creo que... Tendrías más paciencia.

¿Era broma? Si, sabía que sufría de ansiedad algunas veces, pero ¿Paciencia? Quizás esperaba más que aquella corta respuesta. - Estoy hablando con seriedad, ¿Te estas burlando a caso? -Expresó su frustración, levantándose como si nada, incorporándose sin importarle que sus descalzos pies hicieran contacto directo con el frío de la losa en dirección a su aún armada valija.

Escasas maldiciones salieron de sus cerezos, sutiles, entre inentendibles murmullos. mientras enfrascado en sus pensamientos tiraba la ropa sobre su propia cama,  sin importarle nada de lo que a su alrededor sucedía . Gracia, eso había provocado dicha imagen en el mayor. ¿Por qué tenía  Changmin que ser tan adorable cuando se encontraba molesto? Intentó ser sigiloso, aunque esa palabra y él nunca se relacionaban. Aún pese a ello, la suerte estuvo de su lado, por primera vez en mucho tiempo quizás, cuando el más alto no se percató de que ahora él se encontraba justo detrás suyo, arrodillado al igual que él.

YunHo no pudo evitar recorrerlo con la vista, mientras su sonrisa se acentuaba cada vez más con cada centímetro que sus retinas absorbían. Incluso desde allí podía notar ese pequeño lunar que en el arco de su oreja poseía y que quizás el más joven aún no sabía que existía. -ChangMin, ahora que lo pienso. -Pronunció, logrando que el aludido voltease con rapidez hacia donde el bailarín, más sus movimientos no fueron lo suficientemente rápidos, puesto que apenas recobró la noción, los carnosos cerezos ajenos ya se encontraban sobre los propios, presionándolos de una forma tan sutil y dulce que sabía que solo podía venir de él, de su hyung.

-Creo que si yo fuese tu, habría hecho eso hace bastante tiempo. -Murmuró, recibiendo un golpe, uno que sabe a queja y también a que comparte aquello que el mayor expresa y que a él tanto le cuesta hacer o decir.

-Eres un idiota. -Formula el más joven, con un nuevo golpe de por medio antes de envolver el cuello de su mayor con ambos brazos y hacerlo caer, ahora soportando su peso encima.

-También me gustas Changmin. -Ironiza, y es que lo conoce tanto que lejos de molestarle esa forma de ser que el más joven posee, es lo que más le atrae de él.

Fin.

sábado, 23 de agosto de 2014

Drabble: Quiero un hijo -Homin fanfic-


Drabble: Quiero un hijo [Homin]


—"Quiero un hijo."

Con esa odiosa frase habían comenzado los días de Changmin desde hacía aproximadamente un mes.. Y es que de todos los años que había compartido junto a su pareja, y pese a saber del amor que profesaba el mayor por los niños, el nunca espero escuchar aquello, al menos no tan temprano y es que el más joven no creía tener cualidades paternales como para afrontar tal situación.

—Quiero un hijo, Changdollie... —Repite el mayor en la cama apenas notó como el bulto que el menor era comienza a moverse bajo las blancas sábanas. El aludido cierra los ojos, una mueca de exasperación se dibuja en sus facciones. ¿Por qué de todos los hombres que existen en el mundo, se fue a fijar en alguien que tiene complejo de conejo? 

—Tal vez eres muy iluso... —susurra olvidando por unos momentos que el de cabellos negros aún continúa junto a él.

—¿Por qué? —pregunta, y es que realmente desea formar una familia. Pronto a cumplir sus 30 años, lo único que desea es poder disfrutar de sus hijos en lo que aún conserva su salud. Con lentitud su cuerpo se acomoda sobre el del más joven y todas las alarmas que en este existen se activan y es que comienza a despertar, a darse cuenta qué, desde hace un par de semanas que su esposo no se cuida para con él. ¡Mierda! ¿Cómo es que había caído en su juego?

Quizás en otras circunstancias, y luego de pelear un par de minutos -en esa especie de juego sexual previo al hecho en sí- habría accedido a ese espectacular sexo que solo Yunho podía darle. Pero ahora, ¿Cómo no sentirse una chica? —Eres injusto. —Pronuncia el menor, abultando sus labios en lo que el líder entiende que es una mueca de enojo, pese a realmente verse adorable así. Tal vez por eso y lejos de enojarse, el mayor prefiere reír y luego simplemente atrapar sus labios. —No eres tu quién lo llevaría.


—No soy yo quién se verá adorable todo gordo... —Comenta Yunho, dejando que sus labios se instalen en esa porción larga del cuello ajeno, besando con lentitud cada parte de su dulce piel. Él sabe como nadie, como romper con las defensas contrarias, así como también hacer cambiar al menor de parecer. Después de todo, sabe que la debilidad de Changmin, es él.

domingo, 6 de julio de 2014

OneShot: Dolores



Fanfic: Dolores.
Clasificación: one shot.
Couple: Homin -como siempre-
Sinopsis: Changmin está adolorido, Yunho no ayuda mucho.



—Yunho... —le llama en la oscuridad de la noche, sabiendo que el mayor se encuentra detrás de él. Incluso puede escuchar su respiración desde donde está. —Yunho.

Sabe que su voz suena más baja de lo que realmente es y quizás por eso el mayor no ha reaccionado. Voltea, y allí lo ve. Quizás en otras condiciones se habría horrorizado al ver como la poca claridad que entra por la ventana se refleja en la extraña mueca con la que su hyung duerme por las noches. —Hyung... —murmura, tomando uno de sus brazos, moviendolo, para que despierte. Duele mucho.—¡Qué te despiertes, joder! —Termina por golpearlo, y es que el mayor despierta la poca paciencia que tiene.

—¿Qué? ¿Qué sucede? —pregunta con la voz rasposa, sin poder enfocar con claridad la silueta junto a si, por lo que con rapidez, su mano viaja a la mesita de noche, intentando así encender las luces, y así encontrarlo, más pálido de lo normal, con ojeras, y sujetando su propio estómago, —¿Minnie? ¿Estás... Bien? —Si, sabe que es una pregunta estúpida, pero su mente aún duerme. Siempre fue así, de distraído, más sin embargo y pese a todo, su cara expresa la preocupación que siente al ver al más joven de los dos en aquellas condiciones. Y lo sabe, el menor no es alguien que despierte porque si.

—Duele... Mucho... —pronuncia, acercando lo más que puede sus rodillas a su propio estómago, adoptando una posición prácticamente fetal. —Necesito.. algo que tomar... No lo se... —Entreabre los ojos apenas, encontrándose con el mayor allí, observándolo. "Tan lento". Piensa y nuevamente le golpea, esperando así reaccione para algo.

—Ya, ya entendí... —Se levanta con rapidez, y así, descalzo como se encuentra, se dirige al baño, donde el botiquín se encuentra. De memoria sabe las cosas que allí hay, quizás porque el menor, y esa obsesión por ser precavido lo han obligado a memorizar en que compartimiento hay cada cosa. Ahora entiende que de algo sirvieron todas esas clases que el más alto pareció darle, indirectamente mientras ambos veían televisión. Busca un poco de agua, y vuelve con esta a donde el cuarto, encontrando a su pareja con los ojos cerrados. Parece tranquilo, pese a soltar quejidos cada tanto.—Changdollie... Bebé... —Musita contra su oreja, a diferencia del otro, sus tácticas parecen ser más dulces, en donde las palabras van acompañadas de caricias, por sobre su frente y cabellos, y finalmente por su cuello, porque sabe que ese es el punto débil del otro. —Gordito.

—No estoy gordo —Se defiende, con ainco, clavando los ojos en las orbes del mayor, y posa ambas manos sobre su pecho, empujándolo hacia atrás, al darse cuenta de la cercanía que ahora entre ambos existe.— Haz lugar, necesito espacio para respirar. —Le quita el vaso y luego las pastillas, en silencio, llevando estas con rapidez a su boca, como si de aquella forma todo pasase más rápido de lo que realmente será. —No me mires, me incomodas.

Yunho sonríe, pese al dolor el menor parece mantener ese "humor", como el le ha llamado a la personalidad directa y pensante que su pareja parece tener.—¿Necesitas algo más? —Pregunta, recibiendo una negativa por parte del otro. —¿Quieres que llame al médico? ¿A tu madre? Si quieres vamos al hospital aquí cerca. —Propone tomando lugar en la punta de la cama que ambos comparten por las noches.

—¿No crees que exageras? —Cuestiona el más joven, cubriéndose nuevamente, esta vez incluso su cabeza, dejando solo a la vista sus oscuras y grandes orbes color café.— Es un simple dolor de estómago. La diestra del mayor viaja a donde se encuentra el estómago contrario, y comienza a frotar su panza, por encima de las telas que cubren el enorme bulto que ahora su donsaeng es. —Que...¿Qué haces? —su voz suena desesperada, y aun que intenta removerse, su dolor es tal que simplemente se queda quieto, pese a encontrar estúpido lo que el mayor hace.

—Sh... Es mágico, mamá lo hacía con JiHye y conmigo cuando nos dolía —Comenta, con tranquilidad, rememorando aquellos dulces recuerdos que tiene de su infancia. Changmin se pregunta si es verdad lo que está viviendo, también si el mayor realmente tiene la edad que dice tener.

—¿Es broma? —pestañea, incrédulo, y en cambio recibe una simple negativa. Definitivamente, el otro es inocente cuando quiere. Ríe, y sus ojos se vuelven asimétricos solo por eso, y el simple hecho de que su mejilla se encuentre aplastada contra la almohada hace que aquel simple detalle de sus ojos se vuelva más obvio que en otras circunstancias.

—Es verdad, realmente dejaba de dolerme luego de sus mimos. —Le sonríe, conforme su mano continúa moviéndose por aquel abdomen, con calma, creyendo que así le está haciendo un bien. —Sana, sana colita de rana... Si no sana hoy, sanará mañana. —Canturrea por lo bajo, con esa dulzura que su voz expresa, y el menor sabe que su novio realmente cree que eso es así y sin embargo no le sorprende, teniendo en cuenta que no fue hasta los 13 que se enteró que Santa Claus no existía realmente. 

Changmin suspira, relajado, dejándose hacer.—Yunho.. —Musita, sediendole su lugar en la cama, para él pasar a ocupar el que normalmente ocupa el otro, y así le da a entender que solo quiere continuar durmiendo.—Ya pasó. —Informa esperando por su hyung.

Y Yunho es obediente para con Changmin en ese sentido, acomodándose boca arriba sobre el colchón, estirando su brazo para buscar el cálido cuerpo del más alto, notando como este silenciosamente llega hasta él, y acomoda su cabeza sobre su pecho, y su respiración comienza a morir contra su piel. —Te lo dije... —Comenta con gracia, rodeando con ambos brazos a su compañero, su voz connota emoción.— Es mágico.

El menor ríe, más prefiere quedarse en silencio, pues pese a todo, es la inocencia del mayor lo que más le hace quererle. Prefiere pegarle, con suavidad ahora, y siente como bajo la palma de su mano, los músculos ajenos se contraen. Quizás no fue tan dulce como esperó aquel golpe. —Mejor duerme, hyung. —Comenta, moviendo su cabeza, y cierra los ojos, estirando su mano para apagar la luz que el mayor prendió minutos atrás. 

—¡Lo sabía! Funciona. —Continúa el más grande, recibiendo nuevamente un golpe, sabiendo que el otro solo quiere dormir. —Ya, ya... buenas noches gordo.

—¡Que no estoy gordo! Y yah, duérmete si no quieres te mande al sillón.—amenazá, sabiendo que eso bastará para que el otro se calle...al menos por un par de horas.

FIN.


lunes, 30 de junio de 2014

Drabble: Las 5 cosas de Changmin



Fanfic: Las 5 cosas de Changmin
Couple: HoMin
Clasificación: Drabble, One Shot.
Terminado: Si.
Sinopsis: Yunho y un diálogo bastante raro.


03.08.2011
Querida libreta.
Amiga mía.
¿Libreta?
Hola Yunho, soy yo, Yunho.

—No —murmura a medida que escribe, concentrado, con el ceño sumamente arrugado, pero lejos de denotar enojo, tan solo busca expresar concentración. Nuevamente comienza.

¡Hola! Soy yo de nuevo.

—Un poco mejor. —pronuncia expresando cierta felicidad. Si alguien lo viese pensaría que está loco, pero se encuentra solo, disfrutando de que él menor ha salido a comprar víveres para él, pues luego de un largo sermón en donde le explicó lo bueno que es hacer las compras diarias, ha decidido que Yunho debe abastecer la heladera. La heladera de ambos.

Creo que hoy me sinceraré un poco. La esposa de Mickey, como he decidido llamarle, por si alguna vez esto cae en sus manos, hace que tenga sentimientos encontrados. ¿Crees que se de cuenta de quién hablo? Kkkk yo creo que no, no hay forma de que lo haga.
Siempre he pensado que la primera dama de Disney es perfecta, pero, ¿realmente lo es? No lo se. He intentado enumerar un par de ellos.

1- Minnie mousse está obsesionada con la limpieza.
¿Es normal eso? Digo, entiendo que no soy el sujeto más ordenado del todo, pero creo que ella exagera. "YunHo has esto", "YunHo no mojes el piso del baño", "Yunho no tires tu ropa", "Yunho la pasta de dientes". 
Me pregunto cuantas veces al día dice mi nombre. ¿Será que está obsesionado conmigo? Tampoco es que siempre sea yo así, lo juro, estoy siendo objetivo con esto.
Aún no entiendo como con tanto orden que lo rodea, su cabello suele ser un completo desastre.
Punto para Yunho.

2- Desarrolla un apego emocional hacia ropa que ya le queda chica.
No se si esto es realmente algo malo, pero debo quejarme. Muchas veces me lo he preguntado. ¿Es que a caso no se da cuenta que esa camisa ya no le cierra? Kkk no creo que sea porque engordó, él nunca engorda, por mucho que coma. (Luego hablaré de ello.) Muchas veces le dije que la ropa que le queda pequeña debería de donarla si es que aún está en buenas condiciones.Pero la esposa de Mickey no parece querer desprenderse de esas cosas que, hace más de 3 o 4 años no le entran. Kkk Ah, aún así es bueno ver como se las ingenia para usar sin que alguien note el porqué su camisa no cierra. Me pregunto si sus fans se habrán dado cuenta ya.

3- Me hace pagar por sus cosas.
¿Es normal esto? Muchas veces me he preguntado que hace con su dinero. Siwon dice que ella me invita para que yo pague, pero dudo mucho que eso sea así, aun que es verdad que yo he pagado, pero ¿Qué culpa tengo yo de que ella olvide su billetera? Claramente esas cosas le suceden a cualquier persona, y ella es humana también. 
Sin embargo, el escuchar sus "Hyung paga", "Hyung dame dinero", "hyung compra eso por mi" en el freeshopp, me hacen replantear en qué gasta su sueldo. ¿Será que tiene deudas?
Algún día olvidaré yo la billetera.

Ríe de solo pensar en esa situación, definitivamente se convence de hacerlo alguna vez. Su mano abandona el bolígrafo y busca en sus bolsillos, sin encontrar aquel contenedor de dinero. —Changmin-ah... —Se queja sin poder creer que nuevamente el menor le ha quitado la billetera.

4- Me controla.
"¿hyung a donde vas?" "¿Con quién vas?" "¿A que hora vuelves?" "¿Aun no vuelves?" "Tenías que estar aquí hace 2 minutos, ¿qué haces que aún no llegas?" "Yunho responde." "Maldito infeliz contesta". Eso sin sumar las 103 llamadas perdidas que puede hacerme en cuestión de pocos minutos.
Ella dice que la ignoro si hay más personas. Cree que si le hablo y hay alguien más estoy mirando hacia otro lado que no es en su dirección, me golpea por eso, luego arruga su ceño y abulta sus labios, recriminándome cosas imaginarias. Yo nunca le daría mi atención a nadie más, pero a veces, debo saludar a mis superiores.
Minnie Mouse me golpea si le sonrío a alguien, yo no logro entenderle, no se si quiero hacerlo.

5- Todos sus defectos son sus mayores virtudes.
Al menos para mi es así. Eso es la cosa que más me molesta de ella, que me enamoró en base a sus defectos y por eso, las cosas que nombré, no terminan siendo si no, más que lo que me gusta de ella. ¿Entonces qué debería decir de Minnie Mouse? No tiene defectos. Tan solo tiene ese algo que a mi me ciega, en donde incluso sus golpes me saben a amor.
Estoy loco.
Chang... ella me vuelve loco.
Ella hace que no quiera mirar más allá de donde se encuentra.
Ella hace que le ame.


Deja de escribir, se estira en su lugar. Suelta un pequeño quejido, sinónimo de cansancio.

Se levanta, prefiere ir hacia el balcón del departamento que ambos comparten, su sonrisa aún es grande, sus pensamientos sobre el menor lo hacen perderse en la nada misma, tan solo importa Changminnie.

Suspira, la noche parece calma. Se sobresalta, adolorido cuando un golpe lo sorprende por la espalda. Sabe de quién se trata, más no entiende por qué. —¿Así que soy un ella? ¿Un ELLA? —Sonríe notando lo inteligente que es el menor para darse cuenta de quién hablaba. Un nuevo golpe. —Y esto por decirme histérico y posesivo. —Nota como el menor se da por vencido con rapidez, parece cansado. —En fin, ¿qué cenaremos?

Ahora Yunho sabe, que tiene más motivos para amarlo que para encontrar cosas negativas de él. sus comisuras nuevamente se curvan, ya sabe sobre lo que escribirá.

domingo, 29 de junio de 2014

Drabble: No me beses.


Título: No me beses.
Clasificación: OneShot, Drabble, Yaoi PLZ
Couple: HoMin
Sinopsis: Yunho quería un beso, Changmin solo lo quería lejos de él.

—Changmin-ah, dame un beso.

—No.

En eso se habían basado las conversaciones de ese día.  Donde un Yunho carente de afecto reclamaba por aquello que su "dulce" novio a diario le negaba. Su relación no era normal, quizás jamás lo había sido, ni si quiera cuando intentaban ambos hacer el amor, y eso a Yunho, le gustaba.

—Mi beso —Pidió Yunho con esa sonrisa que, inconscientemente hacía que una de sus comisuras se alzara más que la otra. ¿Cuantas veces lo había pedido ya? Daba igual, parecía nunca cansarse de las negativas que el menor tenía para consigo, ni siquiera le molestaban los golpes que tan cargados de afecto venían por parte del otro cuando intentaba acercarse, o simplemente tocarlo. Estaba tan acostumbrado a todo lo que el estar con Changmin conllevaba, que para él, aquello, era un mundo color rosa.

Lo observó por el espejo que ambos compartían en aquellos momentos, y a diferencia de lo que su rostro expresaba, el menor solo demostraba lo cansado que se encontraba, o mejor dicho, lo perturbado que ya se sentía a esas horas del día. —¿Por qué coño sigues insistiendo, hyung? —Cuestionó aún cuando intuía lo que el mayor podía decirle. El mayor se movió por el camerino hasta la puerta, y el más alto tan solo lo siguió, con la mirada por aquel enorme cristal que cubría de punta a punta la pared frente a la cual se hallaba parado.

—Es obvio ¿no?  —Colocó traba a la puerta, y desde donde se encontraba pudo percibir el pánico que eso provocaba en el más joven y que, parecía incrementarse a medida que sus pies lo acercaban a él, por detrás, hasta encontrarse abrazándolo por la espalda, compartiendo distintas miradas a través del reflejo que frente a ellos se proyectaban.

Sus formas de amarse eran tan distintas, que simplemente encajaban la una con la otra, porque ambos sabían, que pese a ser opuestas se complementaban, haciendo que uno encontrase en el otro, aquello que les faltaba.

 —No, a no ser que yo lea tu mente. Explícame. —Pidió el menor, cruzando sus brazos por delante de su propio cuerpo, mientras una de sus cejas se alzaba, nerviosamente, debido a la poca paciencia que con el mayor tenía.

—Me gusta que me niegues las cosas. —Comunicó un tranquilo líder, ignorando como siempre, aquellos síntomas nerviosos que el menor comenzaba a mostrarle, como la forma en que sus labios se movía pese a no decir nada, o el ruido de su pie golpetear contra el piso donde ambos se hallaban. Yunho se había vuelto con los años, un maestro para ignorar aquellas cosas que Changmin a veces parecía mostrar, y que eran las mismas que al menor le molestaban, sabiendo que eso justamente, era lo que el mayor adoraba de él.—Mientras más me dices que no, más las quiero, se vuelven una necesidad —finalizó por lo bajo, debido a lo cerca que sus labios se encontraban de aquella oreja.

—¿Entonces si te doy ese maldito beso dejarás de molestarme? —Sus pelos estaban de punta, joder, ¿Cómo alguien podía sacarlo tanto de quicio? El mayor debía ser alguna especie de enfermo para ver justamente sus cosas malas y aún así amar aquello de él. Se volteó con rapidez y tomó su rostro, depositando eso que el mayor tanto había querido —Ya está. No molestes más. —Finalizó, intentando apartarlo de él, más sin embargo el mayor afirmó más aquellos brazos que le rodeaban, dejando que sus pechos y cada parte de su cuerpo se encontrasen, incluso sus propias bocas, de la forma más suave y dulce posible. Cada roce, cada pequeño movimiento, le quitaban no solo el aire, también las fuerzas de luchar contra él.

Sus brazos rodearon el cuello del mayor, y fueron sus labios quienes aceptaron la iniciativa del mayor. Definitivamente Yunho era un gran besador. Su lengua se acoplaba tan bien a la suya, y el calor de su vaho tan solo lo hacían volver loco, mandando a la mierda cada negativa que podría haberle seguido dando durante lo que quedaba de aquel día. Definitivamente, cada "No" era positivo si así lograba que Yunho lo besara de esa forma.


Y eso le gustaba también a él, la insistencia del mayor para con él, el saber que no se rendiría ante lo que él podía decir. Porque sabía que él jamás sería capaz de llevar a la práctica con YunHo, aquellos impulsos que al otro solían dominarlo. Porque pese a Yunho expresar abiertamente que lo amaba, Changmin tan solo prefería aquellos roces que podía darle, a escondidas, donde la timidez que escondía bajo sus acciones no importaban.

—Estúpido.—musitó algo agitado contra la boca del mayor, debido a la falta de aire. El mayor río, con ese timbre infantil que tan solo provocaba que sus ojos se volvieran dos finas líneas.

—También te amo, Changminnie.

Fin.