Cap 7: Tiempo nada, el tiempo no sirve.
¿Qué el tiempo cura heridas? ¿Qué ayuda a pensar y ordenar ideas? Por dios, esas son tonterías que la gente que no se tiene la autoconfianza suficiente cree. De ser así entonces yo no me habría encontrado donde me encontraba parado, y eso era estar más confundido que nunca.
Me había mudado, y eso ayudó a que yo pasase un mes y medio de esa forma, uno esquivándolo, donde sus visitas a mi casa no pasaban más allá del sonido del timbre o de uno que otro mensaje de texto que de su parte recibía. En parte no lo culpo, su obligación después de todo era el cuidar de mi ¿cierto? Aunque la mayoría del tiempo ocurría lo contrario. Quizás por eso me gané el apodo de esposa suya. Ahora, ¿En qué cabeza cabe? Yo no tengo pecho, y tengo lo mío entre piernas. ¿Sigo siendo esposa entonces? Tsk…
Las últimas dos semanas directamente no nos veíamos, el podríamos decir estaba de “vacaciones” y yo simplemente perdía mi tiempo entrenando y grabando. Quizás si me notan más tolerable ahora es por eso, mi humor ha mejorado considerablemente, pero no, no se ilusionen, mi humor mejoró para todos menos para una persona que a estar alturas daré a llamar “el pixelado”. Y se preguntaran porque, fácil, si me tomé un tiempo lejos de él fue por eso, ordenar ideas… Si claro. Y aunque ahora no era él quien invadía mi espacio, esta vez era yo mismo quien se torturaba pensando en él y en porque mierda no me escribía.
-Deja de mirar ese móvil – Pronunció Kyu arrebatándome el aparato de entre manos con rapidez, misma que no me dio tiempo a reaccionar- Que ¿tanto miras? –me dio una mirada de reojo, misma que respondí sin mostrar sobresalto o desesperación alguna, agradeciendo en cambio, mi alto grado de coeficiente intelectual y adelantarme en el tiempo lo suficiente como para llenar el celular con contraseñas. - ¿Tienes novia a caso?
-No -me adelante apenas su pregunta finalizó, estirando mi brazo lo suficiente como para arrebatárselo y volver a ver si había algo nuevo, sin embargo nada. ¿Mi móvil andaba mal? ¿O él habría perdido su móvil? – Ya vuelvo –me levante de donde me encontraba una vez que miles de teorías sobre porque no me escribían llegaban a mi mente.
Tomé un poco de aire, y quizás la gran cantidad de cerveza que ingerí ese día ayudo, y apreté la opción llamar. No debía dudar, no debía, hasta que corté. Quizás a esas horas se encontraba durmiendo, o eso era lo que quería pensar. Sin embargo, y como el karma, y los cielos y nada me quiere, mi mano comenzó a vibrar, o mejor dicho, el móvil avisaba que alguien, claramente rogué aunque sabía que la vida no estaba de mi lado, y efectivamente divisé su nombre en la pantalla - YunHo -murmuré, tomando mi tiempo sin saber realmente si debía atenderle o no. ¿Que debía hacer? -Mh.. ¿Qué pasó? -pregunté tratando de sonar lo más normal posible, y quizás exageré, dado que con el sonido que del bar salía, el otro idiota me hacía repetir las cosas dos veces porque según él yo, hablaba demasiado bajo. -Estoy bien, solo.. Debo haber tocado algo sin querer... -respondí a su pregunta, cruzando (como nunca) los dedos para que YunHo se creyera mi hábil mentira.
-¿Estas borracho? -murmuró con ese tono de voz ronco, mismo que indicaba que quizás, se encontraba durmiendo. -¿Donde estas? Iré a buscarte.. -se ofreció, haciendo que todo mi cuerpo se tensara.
Era absurdo, me alejaba de él para no verlo, y sin embargo todo mi cuerpo exteriorizaba en palabras el sitio en el cual me encontraba. Mi estómago tuvo un vuelco, y a pesar de echarle la culpa al frío, sabía que mis mejillas habían adquirido ese color carmesí por culpa de lo tonto que me sentía, o mejor dicho, por cómo me hacía sentir el. -Maldito YunHo -murmuré.
A veces pienso que el cuerpo no responde a las órdenes que de mi cabeza salen. Muchos pensarán que estoy loco, incluso mis amigos lo pensaron. ¡Dije que no lo haría! y sin embargo de un momento a otro me veo despidiéndome de ellos, saliendo casi con prisa hacia la calle, allí donde ese audi negro me esperaba. Un nuevo retorcijo, y lo primero que hago es, agradecer el hecho de andar con el estómago pseudo vacío, si no, la historia habría sido otra, algo patética de solo imaginar a mi hyung sobando mi espalda mientras yo... bueno, ustedes entienden.
Mis pasos son lentos, y es que en cada uno de ellos intento buscar esa seguridad que hace.. ¿15 minutos? tenía cuando como estúpido decidí llamarlo. Nota mental: dejar de ser tan impulsivo. Tomó aire una vez junto a la puerta y me meto al interior con rapidez, con la vista al frente, tratando de creer que no me está observando, a pesar de sentirme demasiado visto. Gracias a Dios las miradas no matan, si no, debería sacarle los ojos.
-¿que ves tanto? -pregunté con neutralidad en el rostro, y con la voz tan fría que era difícil de imaginar que pensaba. Parecía enojado, aun que lejos de eso, el nerviosismo se había apoderado de mi. No obtuve más respuesta que el silencio y supuse que tampoco obtendría alguna cuando el auto comenzó a circular, y fui consciente del frío, jodido loco ¿para qué mierda tenía un auto como aquel si ni la calefacción iba a prender? Arrugué el ceño, cruzando infantilmente los brazos por delante de mi cuerpo. Debo de haberme visto gracioso ya que escuché una risa provenir de aquellos labios. Bufé por lo bajo, enserio, si las personas llevaran un contador de cuanto tiempo de vida tenían, entonces el de YunHo habría marcado segundos.
La casa era un asco, eso se pudo ver reflejado en mi rostro, cuando un pequeño tic inconsciente apareció en uno de mis bellos ojos, o como leí por allí que los llaman "el ojo feliz". Joder que el día que encuentre a quien le puso así, lo o la mataré, para que vean que hombres o mujeres, me da igual, soy igualitario en cuanto a las normas... Claro que primero morirá YunHo.
-Toma lugar -ofreció, mismo que no dudé en hacer, de ser dos hermanos, ahora éramos dos completos desconocidos, o al menos yo lo era, y es que me sentía incómodo, ¡y no era para menos! El era un hombre, yo era un hombre, y sumado a que era YunHo... ¿quién podía con eso? Mis pensamientos me hicieron tropezar, y por lo que supuse, YunHo pensaba era producto de mi supuesta borrachera, ¿y es que a caso nunca me dejaría aclarar? Sus manos se posaron sobre mis caderas, y pude sentir su respiración rozar parte de mi cuello y nuca. Mis mejillas nuevamente me jugaban una mala pasada, sin embargo y por algún motivo que desconocía no me vi capaz de empujarlo, como en otros tiempos habría sucedido.
-Estoy bien, estoy bien -le observé de reojo, acomodando con mis dígitos esos mechones que, debido al corte que llevaba, caían molestamente por mi rostro. ¿Qué esperaban? ¿Que lo besará? Oigan, yo soy yo el que come flores y monta ponies como para relatar una historia de amor.. a pesar de que tenga cierta afinidad por ese tipo de películas.
-¿seguro?
Rodé los ojos, enserio, algún día me sacaría canas este tipo, por lo que en un intento por cambiar el tema, mi lengua se soltó por sí sola, en un extraño intento de sinceridad, misma que había sido dada sin mi permiso- ¿por qué fuiste a buscarme? -solté, cruzando mis brazos, sin embargo, a pesar de mostrarme algo calmo un nerviosismo me recorrió, ni yo sabía por qué, era algo parecido a la ilusión de escuchar palabras ajenas, sin embargo se me quedó viendo, sin saber que decir, el, quien siempre tenía respuestas para todo.
-No lo sé.. -comentó, tan despreocupado, y vamos que no era el mejor actor del mundo, por eso lo supe- quizás.. Hacía mucho no te veía... una excusa supongo - encogió sus hombros, genial, me sentía el hombre más.. Quizás solo soy su fan, si, debe ser eso, me mentí.
-¿Excusa para qué? Digo.. Nos vemos prácticamente todos los putos días... -volteé a verlo, por primera vez en lo que aquella conversación había iniciado, ¿cómo podía mantenerse tan...siendo él? Mi corazón latía, era lo único que sabía en esos momentos, incluso su voz se acalló, tan solo se movían, y por primera vez fui consciente de mi anhelo, de la necesidad que representaban para mí aquel par de cerezos que tan seductoramente -según mi imaginación- pronunciaban mi nombre.
-¿Changmin? -movió su gran y estilizada mano por delante de mis ojos, pero me negaba a cooperar ante semejante descubrimiento, sin embargo decir que me encontraba nervioso era estúpido, cuando el estar al lado de Yunho siempre terminaba causando eso.
-Cállate. -ordené, con firmeza, y sin temblor alguno en la voz, el me vio sorprendido, aun que quizás, muy en el fondo esperaba algún tipo de reacción así de mi parte, por eso prefirió no molestarme con estúpidos juegos. -¿porqué me dejaste ir? digo... recuerdo que no me retuviste -me quejé, bien, quizás parecía una novia reclamándole al novio el porqué llegaba a esas horas, lo raro era que, YunHo y yo no éramos eso.
-Lo necesitabas... -sonrió, acomodándose un poco en su lugar. Cerré los ojos, solo unos breves momentos, y dejé ir mi cabeza contra su hombro, se sentía tan confortante, que por unos minutos comencé a odiar el hecho de haber salido de esa casa de la forma en que lo había hecho. -De otra forma, no habrías venido a mi ¿cierto? -murmuró, y pude sentir una de sus manos recorrer mi mejilla expuesta, esa que se encontraba lejos de tocarlo pero que recibía esas simples atenciones. Quise observarlo, pero tuve miedo de que se arrepintiera. Bien, quizás hay una probabilidad de que Kyu le haya puesto algo a mi bebida.
-¡¿Como que venir?! -me sobresalté, mi lado melodramático, por no querer decir histérico me hizo reaccionar, sin embargo fue su tacto sobre mi muñeca, la que impidió que me alejara y en cambio ahora me encontraba sentado sobre su regazo. Mierda, esto ya parecía una novela de esas que pasan en la televisión internacional de habla hispana. Su risa resonó sobre todo el recinto y yo, de ser el poderoso y manipulador de situaciones, Shim Changmin, pasé a ser el sujeto más pequeño de la tierra, no tanto como para perderme, como en esos momentos me hubiese gustado, sin embargo el se veía grande a mi lado, debido a esa personalidad que él poseía.
-¿Puedes calmarte? Dios, a veces siento que debo cuidarme o podrías golpearme en uno de tus arrebatos- se quejó, sin mostrar emoción alguna más allá de esa odiosa pero perfecta sonrisa que siempre le había envidiado.
Me dediqué a observarlo, y vi que un corto bostezó inundó el espacio entre ambos, ¿qué hacía yo ahí cuando él quería irse a dormir? Uno de sus brazos me tomó por las piernas y el otro sujetó mi espalda, llevándome contra mi voluntad, misma que era lo suficientemente fingida, a su cuarto. Quise protestar, porque vamos, mi cuarto aún se encontraba en esa casa, pero luego recordé que la cama había volado conmigo, y en ese momento yo, dormiría con YunHo.
-¡¿QUE HACES?! ¡CÚBRETE! -ordené y debo admitir que tal vez uno que otro vecino despertó debido a mis gritos. Mi vista se fijó en alguna cosa que jamás nunca en mi vida habría mirado, como esa asquerosa alfombra que ambos lados de la cama. No me mal interpreten, pero hay que estar cegado para no ser consciente del pésimo gusto de hyung para todo lo referente a moda, artículos para el hogar... etc., etc. Junté mis rodillas, apretando nerviosamente mis dedos sobre dichas articulaciones y reí, reí de mi mismo, de lo idiota que me encontraba, del nerviosismo que nunca había sentido y ahora me atacaba.
Mi espalda se tensionó, cuando sentí el colchón mullirse detrás mío, y una mano ajena a la propia se posó sobre mi hombro- Chang.. -musitó con esa dulzura que o tenía o que yo mismo le estaba atribuyendo, tiró de mi hombro, despacio y en un intento por zafarme caí, y el encima mío, aprisionando mi cuerpo con el suyo, sintiendo el peso de su pecho sobre el mío, y el calor de su respiración recorrer de esa forma tan endemoniada mi rostro, haciendo que, como nunca, mi miembro comenzara a despertarse -...Min.
¿Qué el tiempo cura heridas? ¿Qué ayuda a pensar y ordenar ideas? Por dios, esas son tonterías que la gente que no se tiene la autoconfianza suficiente cree. De ser así entonces yo no me habría encontrado donde me encontraba parado, y eso era estar más confundido que nunca.
Me había mudado, y eso ayudó a que yo pasase un mes y medio de esa forma, uno esquivándolo, donde sus visitas a mi casa no pasaban más allá del sonido del timbre o de uno que otro mensaje de texto que de su parte recibía. En parte no lo culpo, su obligación después de todo era el cuidar de mi ¿cierto? Aunque la mayoría del tiempo ocurría lo contrario. Quizás por eso me gané el apodo de esposa suya. Ahora, ¿En qué cabeza cabe? Yo no tengo pecho, y tengo lo mío entre piernas. ¿Sigo siendo esposa entonces? Tsk…
Las últimas dos semanas directamente no nos veíamos, el podríamos decir estaba de “vacaciones” y yo simplemente perdía mi tiempo entrenando y grabando. Quizás si me notan más tolerable ahora es por eso, mi humor ha mejorado considerablemente, pero no, no se ilusionen, mi humor mejoró para todos menos para una persona que a estar alturas daré a llamar “el pixelado”. Y se preguntaran porque, fácil, si me tomé un tiempo lejos de él fue por eso, ordenar ideas… Si claro. Y aunque ahora no era él quien invadía mi espacio, esta vez era yo mismo quien se torturaba pensando en él y en porque mierda no me escribía.
-Deja de mirar ese móvil – Pronunció Kyu arrebatándome el aparato de entre manos con rapidez, misma que no me dio tiempo a reaccionar- Que ¿tanto miras? –me dio una mirada de reojo, misma que respondí sin mostrar sobresalto o desesperación alguna, agradeciendo en cambio, mi alto grado de coeficiente intelectual y adelantarme en el tiempo lo suficiente como para llenar el celular con contraseñas. - ¿Tienes novia a caso?
-No -me adelante apenas su pregunta finalizó, estirando mi brazo lo suficiente como para arrebatárselo y volver a ver si había algo nuevo, sin embargo nada. ¿Mi móvil andaba mal? ¿O él habría perdido su móvil? – Ya vuelvo –me levante de donde me encontraba una vez que miles de teorías sobre porque no me escribían llegaban a mi mente.
Tomé un poco de aire, y quizás la gran cantidad de cerveza que ingerí ese día ayudo, y apreté la opción llamar. No debía dudar, no debía, hasta que corté. Quizás a esas horas se encontraba durmiendo, o eso era lo que quería pensar. Sin embargo, y como el karma, y los cielos y nada me quiere, mi mano comenzó a vibrar, o mejor dicho, el móvil avisaba que alguien, claramente rogué aunque sabía que la vida no estaba de mi lado, y efectivamente divisé su nombre en la pantalla - YunHo -murmuré, tomando mi tiempo sin saber realmente si debía atenderle o no. ¿Que debía hacer? -Mh.. ¿Qué pasó? -pregunté tratando de sonar lo más normal posible, y quizás exageré, dado que con el sonido que del bar salía, el otro idiota me hacía repetir las cosas dos veces porque según él yo, hablaba demasiado bajo. -Estoy bien, solo.. Debo haber tocado algo sin querer... -respondí a su pregunta, cruzando (como nunca) los dedos para que YunHo se creyera mi hábil mentira.
-¿Estas borracho? -murmuró con ese tono de voz ronco, mismo que indicaba que quizás, se encontraba durmiendo. -¿Donde estas? Iré a buscarte.. -se ofreció, haciendo que todo mi cuerpo se tensara.
Era absurdo, me alejaba de él para no verlo, y sin embargo todo mi cuerpo exteriorizaba en palabras el sitio en el cual me encontraba. Mi estómago tuvo un vuelco, y a pesar de echarle la culpa al frío, sabía que mis mejillas habían adquirido ese color carmesí por culpa de lo tonto que me sentía, o mejor dicho, por cómo me hacía sentir el. -Maldito YunHo -murmuré.
A veces pienso que el cuerpo no responde a las órdenes que de mi cabeza salen. Muchos pensarán que estoy loco, incluso mis amigos lo pensaron. ¡Dije que no lo haría! y sin embargo de un momento a otro me veo despidiéndome de ellos, saliendo casi con prisa hacia la calle, allí donde ese audi negro me esperaba. Un nuevo retorcijo, y lo primero que hago es, agradecer el hecho de andar con el estómago pseudo vacío, si no, la historia habría sido otra, algo patética de solo imaginar a mi hyung sobando mi espalda mientras yo... bueno, ustedes entienden.
Mis pasos son lentos, y es que en cada uno de ellos intento buscar esa seguridad que hace.. ¿15 minutos? tenía cuando como estúpido decidí llamarlo. Nota mental: dejar de ser tan impulsivo. Tomó aire una vez junto a la puerta y me meto al interior con rapidez, con la vista al frente, tratando de creer que no me está observando, a pesar de sentirme demasiado visto. Gracias a Dios las miradas no matan, si no, debería sacarle los ojos.
-¿que ves tanto? -pregunté con neutralidad en el rostro, y con la voz tan fría que era difícil de imaginar que pensaba. Parecía enojado, aun que lejos de eso, el nerviosismo se había apoderado de mi. No obtuve más respuesta que el silencio y supuse que tampoco obtendría alguna cuando el auto comenzó a circular, y fui consciente del frío, jodido loco ¿para qué mierda tenía un auto como aquel si ni la calefacción iba a prender? Arrugué el ceño, cruzando infantilmente los brazos por delante de mi cuerpo. Debo de haberme visto gracioso ya que escuché una risa provenir de aquellos labios. Bufé por lo bajo, enserio, si las personas llevaran un contador de cuanto tiempo de vida tenían, entonces el de YunHo habría marcado segundos.
La casa era un asco, eso se pudo ver reflejado en mi rostro, cuando un pequeño tic inconsciente apareció en uno de mis bellos ojos, o como leí por allí que los llaman "el ojo feliz". Joder que el día que encuentre a quien le puso así, lo o la mataré, para que vean que hombres o mujeres, me da igual, soy igualitario en cuanto a las normas... Claro que primero morirá YunHo.
-Toma lugar -ofreció, mismo que no dudé en hacer, de ser dos hermanos, ahora éramos dos completos desconocidos, o al menos yo lo era, y es que me sentía incómodo, ¡y no era para menos! El era un hombre, yo era un hombre, y sumado a que era YunHo... ¿quién podía con eso? Mis pensamientos me hicieron tropezar, y por lo que supuse, YunHo pensaba era producto de mi supuesta borrachera, ¿y es que a caso nunca me dejaría aclarar? Sus manos se posaron sobre mis caderas, y pude sentir su respiración rozar parte de mi cuello y nuca. Mis mejillas nuevamente me jugaban una mala pasada, sin embargo y por algún motivo que desconocía no me vi capaz de empujarlo, como en otros tiempos habría sucedido.
-Estoy bien, estoy bien -le observé de reojo, acomodando con mis dígitos esos mechones que, debido al corte que llevaba, caían molestamente por mi rostro. ¿Qué esperaban? ¿Que lo besará? Oigan, yo soy yo el que come flores y monta ponies como para relatar una historia de amor.. a pesar de que tenga cierta afinidad por ese tipo de películas.
-¿seguro?
Rodé los ojos, enserio, algún día me sacaría canas este tipo, por lo que en un intento por cambiar el tema, mi lengua se soltó por sí sola, en un extraño intento de sinceridad, misma que había sido dada sin mi permiso- ¿por qué fuiste a buscarme? -solté, cruzando mis brazos, sin embargo, a pesar de mostrarme algo calmo un nerviosismo me recorrió, ni yo sabía por qué, era algo parecido a la ilusión de escuchar palabras ajenas, sin embargo se me quedó viendo, sin saber que decir, el, quien siempre tenía respuestas para todo.
-No lo sé.. -comentó, tan despreocupado, y vamos que no era el mejor actor del mundo, por eso lo supe- quizás.. Hacía mucho no te veía... una excusa supongo - encogió sus hombros, genial, me sentía el hombre más.. Quizás solo soy su fan, si, debe ser eso, me mentí.
-¿Excusa para qué? Digo.. Nos vemos prácticamente todos los putos días... -volteé a verlo, por primera vez en lo que aquella conversación había iniciado, ¿cómo podía mantenerse tan...siendo él? Mi corazón latía, era lo único que sabía en esos momentos, incluso su voz se acalló, tan solo se movían, y por primera vez fui consciente de mi anhelo, de la necesidad que representaban para mí aquel par de cerezos que tan seductoramente -según mi imaginación- pronunciaban mi nombre.
-¿Changmin? -movió su gran y estilizada mano por delante de mis ojos, pero me negaba a cooperar ante semejante descubrimiento, sin embargo decir que me encontraba nervioso era estúpido, cuando el estar al lado de Yunho siempre terminaba causando eso.
-Cállate. -ordené, con firmeza, y sin temblor alguno en la voz, el me vio sorprendido, aun que quizás, muy en el fondo esperaba algún tipo de reacción así de mi parte, por eso prefirió no molestarme con estúpidos juegos. -¿porqué me dejaste ir? digo... recuerdo que no me retuviste -me quejé, bien, quizás parecía una novia reclamándole al novio el porqué llegaba a esas horas, lo raro era que, YunHo y yo no éramos eso.
-Lo necesitabas... -sonrió, acomodándose un poco en su lugar. Cerré los ojos, solo unos breves momentos, y dejé ir mi cabeza contra su hombro, se sentía tan confortante, que por unos minutos comencé a odiar el hecho de haber salido de esa casa de la forma en que lo había hecho. -De otra forma, no habrías venido a mi ¿cierto? -murmuró, y pude sentir una de sus manos recorrer mi mejilla expuesta, esa que se encontraba lejos de tocarlo pero que recibía esas simples atenciones. Quise observarlo, pero tuve miedo de que se arrepintiera. Bien, quizás hay una probabilidad de que Kyu le haya puesto algo a mi bebida.
-¡¿Como que venir?! -me sobresalté, mi lado melodramático, por no querer decir histérico me hizo reaccionar, sin embargo fue su tacto sobre mi muñeca, la que impidió que me alejara y en cambio ahora me encontraba sentado sobre su regazo. Mierda, esto ya parecía una novela de esas que pasan en la televisión internacional de habla hispana. Su risa resonó sobre todo el recinto y yo, de ser el poderoso y manipulador de situaciones, Shim Changmin, pasé a ser el sujeto más pequeño de la tierra, no tanto como para perderme, como en esos momentos me hubiese gustado, sin embargo el se veía grande a mi lado, debido a esa personalidad que él poseía.
-¿Puedes calmarte? Dios, a veces siento que debo cuidarme o podrías golpearme en uno de tus arrebatos- se quejó, sin mostrar emoción alguna más allá de esa odiosa pero perfecta sonrisa que siempre le había envidiado.
Me dediqué a observarlo, y vi que un corto bostezó inundó el espacio entre ambos, ¿qué hacía yo ahí cuando él quería irse a dormir? Uno de sus brazos me tomó por las piernas y el otro sujetó mi espalda, llevándome contra mi voluntad, misma que era lo suficientemente fingida, a su cuarto. Quise protestar, porque vamos, mi cuarto aún se encontraba en esa casa, pero luego recordé que la cama había volado conmigo, y en ese momento yo, dormiría con YunHo.
-¡¿QUE HACES?! ¡CÚBRETE! -ordené y debo admitir que tal vez uno que otro vecino despertó debido a mis gritos. Mi vista se fijó en alguna cosa que jamás nunca en mi vida habría mirado, como esa asquerosa alfombra que ambos lados de la cama. No me mal interpreten, pero hay que estar cegado para no ser consciente del pésimo gusto de hyung para todo lo referente a moda, artículos para el hogar... etc., etc. Junté mis rodillas, apretando nerviosamente mis dedos sobre dichas articulaciones y reí, reí de mi mismo, de lo idiota que me encontraba, del nerviosismo que nunca había sentido y ahora me atacaba.
Mi espalda se tensionó, cuando sentí el colchón mullirse detrás mío, y una mano ajena a la propia se posó sobre mi hombro- Chang.. -musitó con esa dulzura que o tenía o que yo mismo le estaba atribuyendo, tiró de mi hombro, despacio y en un intento por zafarme caí, y el encima mío, aprisionando mi cuerpo con el suyo, sintiendo el peso de su pecho sobre el mío, y el calor de su respiración recorrer de esa forma tan endemoniada mi rostro, haciendo que, como nunca, mi miembro comenzara a despertarse -...Min.

OMG por favor, por favor....... el siguiente cap.......... i iii tu tu tulooooo. Esta EXELENTE!!!!!???!
ResponderEliminarPrometo seguirlo T_T <3 es que este lo escribo cuando me pasa algo loco xD
Eliminar