Esta novela no me pertenece,
solo tomé su historia y simplemente la adapté para que se acoplara a YunHo y a
Changmin.
Adaptación del libro "El ladrón de la boda", de Derek Adams
Traducción del libro al español: Idahoffman
Corrección: Zamorita28
Edición y formato:Gaby
En fin, disfruten de esta interesante novela homoerótica~
Sinopsis:
Changmin siente el corazón roto ante la idea de ver a su manipuladora hermana casada con el hombre que ama. Él siempre ha admirado a Yunho desde la distancia, pero a medida que se van conociendo, se forma un fuerte lazo entre ellos. Después de la despedida de soltero del mayor, los dos hombres están solos en la orilla de un lago iluminado por la luna y los sentimientos entre ellos ya no pueden ser ignorados. ¿Será un momento de pasión, seguida de toda una vida de arrepentimiento, o Changmin logrará arrebatar el premio de las manos de su hermana para poder disfrutar de una vida de felicidad?
El ladrón de la Boda [HoMin]
-¡ChangMin!- La áspera voz de mi hermana cortó el agradable ensueño que estaba disfrutando, haciéndolo polvo -¿No hay algún otro sitio donde debas estar? Preferiblemente en algún lugar lejos de aquí.
-¡ChangMin!- La áspera voz de mi hermana cortó el agradable ensueño que estaba disfrutando, haciéndolo polvo -¿No hay algún otro sitio donde debas estar? Preferiblemente en algún lugar lejos de aquí.
Miré alrededor de la sala de estar. Mi hermana estaba al acecho en un sillón cerca de la chimenea, sentada sobre un pie, el otro lo arrastraba muy lentamente sobre la alfombra. Era obvio que no estaba de buen humor. Tiffany nunca me había gustado, por lo que su chiste sobre que me perdiera no fue una gran sorpresa. Sin embargo, a fin de cuentas, no podía comprender la causa de su mal humor. En menos de una semana, iba a casarse con el soltero más codiciado de Seoul. A mi modo de ver, la perra tonta debería haber estado dando volteretas en el jardín delantero, pero por alguna extraña razón, ella no parecía estar disfrutando de su buena fortuna. Créanme, yo nunca hubiera cometido el mismo error.
-Acabo de regresar de algún lugar, Tiffany. He
estado corriendo.
-Oh, bueno, entonces, ve a tomar una ducha y aséate.
Te ves terrible, todo sudoroso y repugnante. Y apestas.
-No hay nada de repugnante acerca del sudor limpio,
bueno, ¿no es cierto, Min? -Reconocí la voz de YunHo y mi corazón comenzó a
latir un poco más rápido. Oí sus pasos al cruzar el hall de entrada, entonces
él estaba de pie, justo detrás de mí. Cuando sus manos grandes me tocaron los
hombros, podía sentir la sangre corriendo por mis mejillas. Me froto la espalda
brevemente, y luego me golpeó juguetonamente en el culo. Pude haber muerto en
ese mismo momento, siendo un hombre feliz.
-Yo... yo estaba en el parque, corriendo. Un
hombre... un hombre tiene que mantenerse en forma- tartamudeé, deseando como el
infierno que YunHo me tocara de nuevo. No hubo suerte. Tiffany saltó de la
silla como si alguien le hubiera pinchado el culo con un palo afilado y chilló
a través de la habitación como un maldito gato en celo. Ella se acercó al lado
de YunHo y sonrió de repente, toda dulce y con ligereza. Era tan increíblemente
falsa que en realidad no podía creer cómo YunHo cayó en su mierda. Por otra
parte, él le había pedido que se casara con él. Pobre bastardo sufrido.
YunHo le dio un beso en la frente antes de volver su atención hacia mí. Tiffany seguía sonriendo, pero el esfuerzo de mantener la fachada era evidente. Sus ojos se encontraron con los míos y pude sentir su malevolencia escupiendo en mi camino como ácido de batería.
YunHo era ajeno a nuestro drama entre hermanos. -Bueno, sea lo que sea que estés haciéndole a ese cuerpo tuyo, seguro que está funcionando.- Me miró apreciativamente. - Tengo que tener cuidado o me vas a dejar en el polvo.- Extendió la mano y casualmente pasó un dedo por la mitad de mi vientre. - Grandiosos abdominales, hombre.
-Gracias, YunHo- Me quedé mirando su dedo largo y estilizado, totalmente hipnotizado. Se cernía a nivel de la cintura de mis pantalones empapada de sudor, empujando la tela hacia abajo sólo un poquito. Si seguía el contacto otro momento, mi creciente erección iba a rasgar la entrepierna de mis pantalones cortos y golpear sus nudillos.
-Changmin-la voz de Tiffany era estridente y quitó la mano de YunHo alejándola de mi estómago. -A nadie le importa tú o tus estúpidos abdominales. Ahora vete. YunHo y yo tenemos cosas de que hablar.- Ella me miro con odio antes de pasar a YunHo, sus rasgos fundiéndose con la sonrisa falsa de nuevo. - Vamos a hablar de la boda, cariño.
YunHo le dio un beso en la frente antes de volver su atención hacia mí. Tiffany seguía sonriendo, pero el esfuerzo de mantener la fachada era evidente. Sus ojos se encontraron con los míos y pude sentir su malevolencia escupiendo en mi camino como ácido de batería.
YunHo era ajeno a nuestro drama entre hermanos. -Bueno, sea lo que sea que estés haciéndole a ese cuerpo tuyo, seguro que está funcionando.- Me miró apreciativamente. - Tengo que tener cuidado o me vas a dejar en el polvo.- Extendió la mano y casualmente pasó un dedo por la mitad de mi vientre. - Grandiosos abdominales, hombre.
-Gracias, YunHo- Me quedé mirando su dedo largo y estilizado, totalmente hipnotizado. Se cernía a nivel de la cintura de mis pantalones empapada de sudor, empujando la tela hacia abajo sólo un poquito. Si seguía el contacto otro momento, mi creciente erección iba a rasgar la entrepierna de mis pantalones cortos y golpear sus nudillos.
-Changmin-la voz de Tiffany era estridente y quitó la mano de YunHo alejándola de mi estómago. -A nadie le importa tú o tus estúpidos abdominales. Ahora vete. YunHo y yo tenemos cosas de que hablar.- Ella me miro con odio antes de pasar a YunHo, sus rasgos fundiéndose con la sonrisa falsa de nuevo. - Vamos a hablar de la boda, cariño.
Después de ver a Tiffany arrastrar a YunHo hasta el
sofá, deje a la feliz pareja y subí por las escaleras hasta mi habitación. Me
desate mi Nikes, quité los calcetines sudados y patee mis pantalones cortos en
dirección a la creciente pila de ropa para lavar en la esquina de mi
habitación. Agarré ropa interior limpia y atravesé el pasillo hasta el cuarto
de baño, cerrando la puerta detrás de mí.
La privacidad siempre fue difícil de encontrar en
nuestra pequeña casa, llena de gente, y la próxima boda solo había hecho las
cosas peores. Si no me gustara tanto YunHo, mi único deseo sería que el fiasco
hubiera terminado tan rápido como fuera posible. Así las cosas, odiaba ver a
YunHo tomar esa caminata fatal por el pasillo con la barracuda de mi hermana.
Entre en la cabina de la ducha, abrí el agua al
máximo y me apoye en las baldosas frías. A medida que el agua lavaba el sudor
de mi carrera, cerré los ojos y pensé en YunHo. Incluso ahora, podía sentir sus
caricias en mi cuerpo. Mi polla tiesa, obviamente, lo recordaba así. Agarré el
tallo hinchado y blando en mi mano derecha y me entregue a gemir por el hombre
condenado a ser mi cuñado.
Conocía a Jung YunHo de toda mi vida. Habíamos
vivido en el mismo barrio, ido a las mismas escuelas, y asistíamos a la misma
iglesia donde su padre era el pastor. El es dos años mayor que yo y siempre le
he tenido un poco de temor, porque fue uno de los atletas de la escuela.
Siempre había sido un chico bien parecido, y cuando se hizo hombre, se
convirtió en devastadoramente guapo. Me había permitido un poco de culto al
héroe durante la escuela secundaria, pero solo había pensado en el de una
manera más o menos vaga hasta que empezó a salir con mi hermana en serio. Fue
en ese momento que mis incoherentes fantasías sexuales adolescentes finalmente
me llevaron a la conclusión ineludible de que yo era gay.
Una vez aclarado esto, también debo admitir que tuve un flechazo serio con Jung YunHo. No, retiro lo dicho. No fue un flechazo. Yo estaba enamorado de él. Ninguna otra cosa podría explicar las sensaciones que se agitaban en mi interior cada vez que ponía los ojos en él. Ninguna otra cosa podría explicar la furiosa erección que experimentaba cuando me tocaba, erecciones que se negaban a ceder hasta que me masturbaba dos o tres veces pensando en él.
Acaricié mi polla, dejando que mis dedos giraran brevemente alrededor de mis testículos. YunHo siempre había sido amable conmigo, y ahora que se iba a casar con mi hermana, estaba más atento a mí que nunca. Siempre venía a mi habitación cuando se le antojaba, por lo general con nada más importante en su mente que mantener conversaciones estúpidas por unos minutos, de hombre a hombre. De alguna manera siempre esas conversaciones largas y complicadas duraban hasta que Tiffany subía las escaleras buscándolo. Un par de veces, me había dado cuenta de que un surco de dolor aparecía entre las cejas de YunHo cuando oía su voz, exigiendo que la siguiera abajo de nuevo. Se levantaba como el obediente novio que era, e iba con ella, pero siempre hacía contacto visual conmigo antes de desaparecer y me dedicaba una sonrisa torcida que me hacía derretir.
Me acaricié desde la entrepierna hasta el cuello, con el deseo de que la mano que exploraba los contornos esculpidos de mi torso perteneciera a YunHo. Como ya he jugado conmigo mismo, me acordé de una tarde un par de semanas antes. Todo había empezado con una discusión sobre el entrenamiento con pesas, y lo siguiente que supe, es que se había despojado de la camisa y estaba de pie frente al espejo de mi habitación, comparando nuestras constituciones físicas.
Una vez aclarado esto, también debo admitir que tuve un flechazo serio con Jung YunHo. No, retiro lo dicho. No fue un flechazo. Yo estaba enamorado de él. Ninguna otra cosa podría explicar las sensaciones que se agitaban en mi interior cada vez que ponía los ojos en él. Ninguna otra cosa podría explicar la furiosa erección que experimentaba cuando me tocaba, erecciones que se negaban a ceder hasta que me masturbaba dos o tres veces pensando en él.
Acaricié mi polla, dejando que mis dedos giraran brevemente alrededor de mis testículos. YunHo siempre había sido amable conmigo, y ahora que se iba a casar con mi hermana, estaba más atento a mí que nunca. Siempre venía a mi habitación cuando se le antojaba, por lo general con nada más importante en su mente que mantener conversaciones estúpidas por unos minutos, de hombre a hombre. De alguna manera siempre esas conversaciones largas y complicadas duraban hasta que Tiffany subía las escaleras buscándolo. Un par de veces, me había dado cuenta de que un surco de dolor aparecía entre las cejas de YunHo cuando oía su voz, exigiendo que la siguiera abajo de nuevo. Se levantaba como el obediente novio que era, e iba con ella, pero siempre hacía contacto visual conmigo antes de desaparecer y me dedicaba una sonrisa torcida que me hacía derretir.
Me acaricié desde la entrepierna hasta el cuello, con el deseo de que la mano que exploraba los contornos esculpidos de mi torso perteneciera a YunHo. Como ya he jugado conmigo mismo, me acordé de una tarde un par de semanas antes. Todo había empezado con una discusión sobre el entrenamiento con pesas, y lo siguiente que supe, es que se había despojado de la camisa y estaba de pie frente al espejo de mi habitación, comparando nuestras constituciones físicas.
-Mirarte a ti me hace sentir gordo- YunHo se quejo.
El era más grande que yo, sus bíceps bulbosos, sus pectorales gruesos y
redondeados, mientras que los míos estaban más planos y más angulares. Me
superaba por lo menos en quince kilos, cada gramo de solido musculo.
-Estoy buscando, pero no veo nada de grasa, YunHo.
-No puedo creer que esto sea mío- dijo empujando su
perfectamente musculado vientre con el dedo índice.
-Ni yo puedo- murmure, con mis ojos parpadeando
sobre su abdomen.
-Compruébalo, Min- Me agarro por la muñeca y me
apretó la mano contra su vientre. El poco vello que cubría la caliente, dura
pared de músculos rozaba débilmente mis dedos y me hacia cosquillas en la
palma. Mire hacia arriba, mas allá de su enorme pecho, hacia su hermosa cara.
Vi su largo cuello, la pequeña cicatriz que en este portaba, su masculina y
bien formada barbilla, la sombra de barba incipiente, un solo pelo rubio en sus
cejas oscuras. Sus labios rojos oscuros eran del mismo color que sus pezones.
Sentí un golpeteo en mis oídos. Era el frenético latido de mi corazón.
El había me había sonreído entonces, con la mano aun
sosteniendo la mía apretada contra su abdomen. Estaba empezando a decir algo
cuando la perra de mi hermana lo llamo desde las escaleras, con su voz
chillona, exigiendo su presencia inmediata. El se encogió de hombros, me
alboroto el pelo y se fue, dejándome de pie en mi habitación, mi palma apretada
contra mis labios.
Me agache en la ducha. El agua me golpeaba los
hombros y la parte superior de mi cabeza. Apreté mis muslos, atrapando mi polla
entre ellos, y luego encorve mis caderas. La protuberancia purpura que coronaba
el eje se alzaba brevemente, y luego retrocedió hasta que casi desapareció.
Frote la punta de mi miembro, desparramando el lubricante que se había filtrado
fuera de mí, sobre la cúpula brillante e hinchada. Mis testículos se frotaron
contra mis piernas mientras yo seguía tocándome y pensando acerca de YunHo.
En otra ocasión, YunHo y yo habíamos estado en mi
habitación de nuevo, de pie, uno al lado del otro, en frente de un espejo
montado en la puerta de mi armario, comparando la musculatura de las piernas.
Puedo correr casi diez kilómetros al día, así que tengo una excelente
definición en mis muslos y las pantorrillas a pesar de no ser macizas. Me
sonrió con placer mientras me elogiaba, y yo mantenía en secreto el hecho de
que hubiera cambiado todos mis músculos definidos, duramente ganados, por la
oportunidad de frotar mi cuerpo sin vello arriba y abajo de su pierna peluda.
-Creo que vamos a ser muy buenos cuñados Min-había
dicho, poniendo su brazo sobre mis hombros. El movimiento me atrajo hacia él,
rozándonos desde el pie hasta la cadera, al menos, una parte de mi deseo de
tocarlo se hizo realidad. Su gran mano colgaba sobre mi pecho y comenzó a tirar
distraídamente la hinchada protuberancia de mi pezón rosado pálido. Si alguien
me hubiera metido un cable de alta tensión por el culo y prendido el
interruptor, no podría haber sido tan intenso.
Siempre pensando en el contacto eléctrico de YunHo,
me retorcí mis tetillas duras y la punta de mi polla se hincho. Me tumbe en el
suelo de la ducha y apoye mis pies contra la pared. Levante mi culo y mis
piernas más ampliamente, dejando al descubierto mis bolas anudadas y la
dolorida polla al asalto del agua. Las gotas eran como agujas que enviaban
sacudidas de placer sensual a través de mi cuerpo. Tire de mis pezones y frote
mi vientre duramente, conteniendo la respiración al sentir el orgasmo que se
estaba construyendo.
El placer subió más y más, pronto se convirtió en
insoportable. Los músculos de mi ingle comenzaron a contraerse rítmicamente,
llevando lentamente la leche a lo largo del tallo de mi polla. Gemí en voz alta
y me agarré con las dos manos, bombeando furiosamente, rociando mi corrida en
el aire. Vi las estrellas, y luego sentí el líquido pegajoso, caliente, en mi
piel, que lentamente era arrastrado por el agua. En mi mente, la blanca y
espesa corrida era de YunHo, bombeada fuera de él cuando se puso sobre mí, a
horcajadas. Mucho después de que lo último de mi carga fuera ordeñada, yo
estaba allí en la ducha, soñando despierto sobre YunHo.
¡Hey, Min! Vamos.- Fui corriendo por las escaleras y salí al porche delantero.
David me había invitado a la despedida de soltero que sus amigos habían
organizado para él. Se sentía como que íbamos a salir en una cita y fui
secuestrado por completo. No iba a ser nada lujoso, sólo una antigua fiesta de
cerveza, que tendría lugar en una cabaña a orillas en el lago cercano a la
ciudad.
Aun
así, había pasado más de una hora tratando de decidir qué camiseta llevaría,
optando finalmente por mi favorita, aquella color café que hacía juego con mis
ojos. Se había lavado un millón de veces y era un poco estrecha, pero yo sabía
que me veía bien con ella. La noche era caliente y húmeda y me había puesto
unos pantalones cortos. Eran blancos, lo que estilizaba aún más mis piernas haciéndolas
ver más largas de lo que realmente eran. YunHo me miró de arriba abajo cuando
aparecí en la puerta y asintió con aprobación.
Tú
eres malditamente más guapo que tu hermana- bromeó, bajando la voz. -Definitivamente
tienes mejores piernas.
Sentí
un estremecimiento de culpable placer en eso. Los muslos de mi hermana eran más
pesados.
-No
seas asqueroso, YunHo. -Mi hermana había aparecido de la nada. La expresión de
su rostro no era bonita. -Me gustaría que no fueras a esa cosa estúpida de
soltero. Creo que es muy juvenil.
-Lo
siento, Tiffany, pero mis amigos han estado planeando esta fiesta durante una
semana. Diablos, les tomó mucho tiempo transportar toda la cerveza al lago.- Él
me dio un codazo en las costillas y los dos rompimos a reír. Mi hermana no se
nos unió.
-No
sé por qué querrías invitarlo.- Tiffany me fulminó con la mirada, sus ojos
clavándome puñales. Yo le devolví una sonrisa con suavidad. -Sólo va a
estorbar. Probablemente tome una cerveza, se enferme y pierda el conocimiento.
-Es
mi amigo, cariño. Voy a mantener una estrecha vigilancia sobre él, créeme. No
voy a dejar que nada malo le suceda- le dio a mi hermana un beso en la mejilla
y luego se volvió hacia mí con una sonrisa. -Vamos, campeón.
Lo
seguí hasta la acera donde su Fiat Spider estaba aparcado. Era un automóvil
pequeño y precioso, incluso si YunHo pasaba más tiempo trabajando en él que
conduciéndolo. Me subí en el asiento del pasajero y me acomodé. El coche
arrancó con un rugido de macho y corrió por la calle. Cuando pasó de la tercera
velocidad a la cuarta, sus nudillos rozaron mi muslo. No moví mi pierna. YunHo
dejó su mano sobre la palanca de cambios.
En el momento en que llegamos al lago, los
amigos de YunHo ya nos llevaban una caja de cerveza de delantera. Conocía a la
mayoría de ellos, pero todos eran mayores que yo, por lo que realmente no había
socializado mucho con ellos en la escuela. Sé que una diferencia de edad de dos
años no es gran cosa, pero puede parecer toda una vida cuando justo acabas de
graduarte de la escuela secundaria. Tomé una cerveza y me acomodé en la sombra,
contento de escuchar los chistes malos y los cuentos sobre YunHo toda la noche.
No importaba, con tal de que pudiera estar cerca de él.
A las dos de la mañana, se oían más
ronquidos que conversaciones. Vi luciérnagas parpadeando por la orilla del
lago, la última voz se desvaneció en un murmullo torpe, luego cayó en el
silencio. Escuché los chirridos de los grillos durante mucho tiempo, después de
eso, me abrí camino a través de las moles dormidas que eran los amigos de YunHo,
y fui al baño.
Cuando salí, me puse a buscar a YunHo. No se
encontraba entre el grupo de roncadores en la cabaña. Caminé a lo largo de la
orilla del lago iluminado por la luna, en ambas direcciones, pero no estaba por
ningún lado. Decidí tomar un baño antes de continuar mi búsqueda.
Me desnudé y me quedé en la orilla, mirando
la luz de la luna parpadeando en la superficie del agua. Justo cuando estaba a
punto de sumergirme, un par de brazos me rodearon y me tiraron contra algo
duro, peludo y desnudo.
-Hey, campeón- susurró YunHo en mi oído. -Te
he estado buscando.- Su aliento era caliente contra mi cuello. Sus grandes manos
extendidas sobre mi estómago, sus dedos se enredaron en los vellos que crecían alrededor
de la base de mi pene.
-Por
favor, YunHo- jadeé, mi cuerpo tenso como un resorte.
Hey,
Min, lo siento. Su agarre se aflojó sobre mí y comenzó a alejarse. -No haría
algo que no quisieras. Pensé…
-Pensaste
bien, YunHo- dije, dando la vuelta, todavía cerca, aun tocándolo. Podía sentir
su polla frotándose contra mi muslo. Me permití el lujo de poner mis manos
sobre su pecho. Podía sentir su corazón golpeando contra mis palmas.
Tomé
una respiración profunda y comencé a escupir todo lo que tenía dentro. -Mis
sentimientos por ti son tan intensos que no creo que pueda estar contigo una
vez, para después perderte para siempre. Adoro el suelo que pisas, YunHo.
Cuando entras en una habitación, siento como un puño en el estómago. Cuando
estoy cerca de ti, me duele por lo que no puedo hacer contigo, entonces, cuando
te vas, me duele aún más. Yo...
Me
hizo callar con un beso. Sus labios tocaron los míos, y luego deslizó su lengua
entre mis dientes y apretó contra mi lengua. Supe en ese instante que él sentía
lo mismo que yo. Confiaba que él no fingía para conseguir lo que quería. Seguro
en ese conocimiento, envolví mis brazos a su alrededor y empecé a frotar su
ancha espalda. Dejé caer mis manos a su culo desnudo. Era firme como el
infierno.
YunHo me
agarró el culo y empezó a amasar mis musculosas mejillas. Gemí y encorvé mis
caderas, frotando mi polla a través de su piel llegando al ombligo. Me apretó
el culo más duro y condujo su lengua profundamente en mi boca. Me acerqué más,
si eso era posible, presionando mi carne contra su carne, piel a piel, músculo
a músculo, hueso a hueso. El sudor corría por el abanico de vellos en su axila,
goteaba sobre mí y se mezclaba con el agua salada que brotaba de mis propios
poros en esta noche húmeda de verano.
Levanté mi
pie derecho y lo froté contra la dura curva de los músculos de la pantorrilla
de YunHo. Los vellos de la pierna rozaron la piel sensible dentro de mi muslo
como un débil soplo de aire, haciendo que mi polla saltara dura.
YunHo se puso de rodillas, llevándome junto
con él. Me apretó de nuevo en la hierba suave y fresca. Me quedé allí, con los
brazos y las piernas de par en par, mientras besaba mi barbilla, mi cuello, mi
pecho, bajando a lo largo de mi vientre a mi polla. Sentí su aliento, la barba
en el mentón y la suavidad sedosa de sus labios contra mi sexo inflamado y
palpitante. Me lamió y gemí, hundiendo los dedos profundamente en el césped
exuberante.
-Yo quiero...- comenzó.
-Cualquier cosa- suspiré, aprobando todas
sus acciones con antelación- Nunca he
hecho nada antes y quiero probarlo todo.
-Yo soy virgen, también, amigo- susurró
YunHo, levantando la vista de mi entrepierna, sus ojos brillando a la luz de la
luna.
-¿Tú? -Me apoyé en los codos y lo miré con
curiosidad. - Tú eras el chico más popular de Seoul. Podrías haber tenido a
cualquier chica que quisieras.
-Esa es la cuestión, Min. Nunca quise lo que
podía tener, y hasta ahora no sabía cómo pedir lo que necesitaba.
-¿Así que nunca...?
-Nunca- me sonrió. -Soy el hijo de un
predicador. Le dije a todo el que me lo pidió que me estaba guardando para la
persona adecuada. ¿Qué podrían decir?
Le devolví la sonrisa, con el corazón
disparado.
-Ahora sé lo que quiero. Quiero follar tu
culo hermoso.
Asentí
con la cabeza y él se sentó sobre sus rodillas. Antes de que pudiera hacer otro
movimiento, me coloqué sobre mis manos, me hinqué y metí su polla sudorosa y
pegajosa en mi boca.
Yo saboreaba el sabor salado, el sudor, y la
textura del líquido picante y pegajoso que rezumaba de la ranura ubicada en la
punta. Mientras su olor almizclado comenzaba a hacerme cosquillas en la nariz,
respiré hondo, aspirando su esencia en mis pulmones. La textura de la piel de
su polla en mi boca deslumbró mis sentidos. Ahuequé las bolas en mi mano,
acariciándolas con la lengua.
Las manos de YunHo eran fuertes e
insistentes mientras él me agarró, me levantó, giró mi cuerpo y me tiró hacia
atrás entre sus piernas extendidas. Sentí su pecho contra mi espalda, el vello
enmarañado por el sudor, la cabeza de su polla húmeda empujando en mi coxis, la
presión de los dedos por entre mis piernas. Me levantó, las extendió y las puso
por encima de sus fuertes muslos. Con las manos en mis caderas, empezó a tirar
de mí hacia él. Miré hacia abajo. Su polla sobresalía por debajo de mis bolas,
la cabeza púrpura, el eje marcado por las venas gruesas. Me agaché y lo
acaricié, mirando el glande, arrastrándolo a través de mi mano, mi muñeca, por
la piel pálida y tierna de mi antebrazo.
-¿Estás de acuerdo?- Asentí con la cabeza. YunHo
puso sus manos entre mis piernas y me levantó un poco. Por instinto más que por
conocimiento agarré su polla y la empujé hasta que se alojó en la ranura
fruncida detrás de mis bolas. Hubo un exquisito cosquilleo de los nervios con
el primer contacto, y luego una presión y luego un dolor punzante cuando me
resistí y me penetró. Me senté en posición vertical, el movimiento me empaló en
su polla dura y gruesa.
-Lo
siento- murmuró en respuesta a mi grito ahogado. - ¿Quieres que me detenga?
No,
no te detengas. Sólo tienes que ir más despacio.- Mi cabeza cayó hacia atrás
contra su hombro y mis dedos se cerraron alrededor de sus antebrazos ligeramente
gruesos. YunHo continuó abrazándome cerca, susurrando palabras ininteligibles,
su aliento caliente en mi cuello. El dolor inicial de la penetración se
desvaneció cuando la sensación más increíble comenzó a inundar mis entrañas. Un
punto de calor floreció en mi vientre, creciendo y extendiéndose hasta que me
hormigueó de pies a cabeza. Eché un vistazo a mi polla. Estaba enormemente
hinchada, sobresalía de mi pubis, parada paralela a mi vientre.
YunHo
estaba detrás de mí, debajo de mí, dentro de mí, moviéndose lenta y
rítmicamente, con los músculos hinchados y contraídos cuando él folló mi culo
color cereza. Alcancé a darme vuelta, frenético por tocarlo. Levanté los brazos
por encima de mi cabeza, cerré las manos detrás de su cuello grueso, fuerte.
El
fuego en mi vientre rugió a través de mí. La respiración de YunHo se hizo más
fuerte, más trabajosa, cuando él resopló en mí oído como un toro en celo. Su
polla me penetró profundamente, enviando chispas, el disparo envió un
cosquilleo a mis nervios, empujándome peligrosamente cerca del borde, que era
lo que yo más deseaba. Yo flotaba allí, tratando de retirarme, contuve la
respiración. YunHo sintió mi cuerpo tenso y me tocó, decidiendo la cuestión por
mí. Su gran mano envolvió mi polla, apretando con fuerza mientras su propia
polla seguía pistoneando en mi resbaladizo agujero.
Los
dos empezamos a gemir en voz alta en el mismo instante, nuestras voces subiendo
de tono y volumen, entrelazadas al igual que nuestros cuerpos se entrelazaban.
Sentí un calor nuevo, diferente de todos los demás, inundar mis entrañas. Los
brazos de YunHo me apretaron con tanta fuerza que no podía respirar cuando su
semilla me llenó profundamente, haciendo de nuestros dos cuerpos uno solo. Eché
hacia atrás la cabeza y lo besé en la barbilla sin afeitar mientras mi propio
semen se derramaba, rociando mi pecho y mi vientre, los macizos brazos de YunHo,
y la hierba verde y fresca debajo de nosotros.
Después, cuando su polla se ablandó y se
deslizó fuera de mí, no había necesidad de hablar. A los dos nos parecía saber
lo que era inevitable, lo que tenía que venir a continuación en el curso
natural de las cosas. Salimos de la cabaña sin que nadie se despertara, nos
metimos en el coche y conduje en dirección oeste, hacia las montañas, los
océanos y las puestas de sol tan densamente hermosas en ese borde del mundo.
La
carretera de Seoul pasaba por mi casa de la infancia, por lo que vi el lugar
por última vez, la luz del porche encendida, la ventana de la habitación de mi
hermana en la oscuridad antes del amanecer. La saludé con la mano en silencio
mientras aceleraba hacia nuestro camino, riendo al pensar en cómo iba a
reaccionar cuando descubriera lo que había ocurrido. Yo le había robado su boda
y me escabullí con él, me apoderé de su corazón como un ladrón en la noche. No
sentí un momento de culpa, ni siquiera uno. YunHo y yo estábamos destinados a
estar juntos, unidos en cuerpo, mente y corazón. Sabía que lo iba a apreciar
mucho más de lo que ella jamás podría. Miré al otro lado y le sonreí. Él estaba
aquí junto a mí, saliendo a la carretera abierta, con el pelo en movimiento,
con los ojos brillantes, su enorme mano cálida y reconfortante en mi pierna.
Fin

