We love Homin~

lunes, 30 de junio de 2014

Drabble: Las 5 cosas de Changmin



Fanfic: Las 5 cosas de Changmin
Couple: HoMin
Clasificación: Drabble, One Shot.
Terminado: Si.
Sinopsis: Yunho y un diálogo bastante raro.


03.08.2011
Querida libreta.
Amiga mía.
¿Libreta?
Hola Yunho, soy yo, Yunho.

—No —murmura a medida que escribe, concentrado, con el ceño sumamente arrugado, pero lejos de denotar enojo, tan solo busca expresar concentración. Nuevamente comienza.

¡Hola! Soy yo de nuevo.

—Un poco mejor. —pronuncia expresando cierta felicidad. Si alguien lo viese pensaría que está loco, pero se encuentra solo, disfrutando de que él menor ha salido a comprar víveres para él, pues luego de un largo sermón en donde le explicó lo bueno que es hacer las compras diarias, ha decidido que Yunho debe abastecer la heladera. La heladera de ambos.

Creo que hoy me sinceraré un poco. La esposa de Mickey, como he decidido llamarle, por si alguna vez esto cae en sus manos, hace que tenga sentimientos encontrados. ¿Crees que se de cuenta de quién hablo? Kkkk yo creo que no, no hay forma de que lo haga.
Siempre he pensado que la primera dama de Disney es perfecta, pero, ¿realmente lo es? No lo se. He intentado enumerar un par de ellos.

1- Minnie mousse está obsesionada con la limpieza.
¿Es normal eso? Digo, entiendo que no soy el sujeto más ordenado del todo, pero creo que ella exagera. "YunHo has esto", "YunHo no mojes el piso del baño", "Yunho no tires tu ropa", "Yunho la pasta de dientes". 
Me pregunto cuantas veces al día dice mi nombre. ¿Será que está obsesionado conmigo? Tampoco es que siempre sea yo así, lo juro, estoy siendo objetivo con esto.
Aún no entiendo como con tanto orden que lo rodea, su cabello suele ser un completo desastre.
Punto para Yunho.

2- Desarrolla un apego emocional hacia ropa que ya le queda chica.
No se si esto es realmente algo malo, pero debo quejarme. Muchas veces me lo he preguntado. ¿Es que a caso no se da cuenta que esa camisa ya no le cierra? Kkk no creo que sea porque engordó, él nunca engorda, por mucho que coma. (Luego hablaré de ello.) Muchas veces le dije que la ropa que le queda pequeña debería de donarla si es que aún está en buenas condiciones.Pero la esposa de Mickey no parece querer desprenderse de esas cosas que, hace más de 3 o 4 años no le entran. Kkk Ah, aún así es bueno ver como se las ingenia para usar sin que alguien note el porqué su camisa no cierra. Me pregunto si sus fans se habrán dado cuenta ya.

3- Me hace pagar por sus cosas.
¿Es normal esto? Muchas veces me he preguntado que hace con su dinero. Siwon dice que ella me invita para que yo pague, pero dudo mucho que eso sea así, aun que es verdad que yo he pagado, pero ¿Qué culpa tengo yo de que ella olvide su billetera? Claramente esas cosas le suceden a cualquier persona, y ella es humana también. 
Sin embargo, el escuchar sus "Hyung paga", "Hyung dame dinero", "hyung compra eso por mi" en el freeshopp, me hacen replantear en qué gasta su sueldo. ¿Será que tiene deudas?
Algún día olvidaré yo la billetera.

Ríe de solo pensar en esa situación, definitivamente se convence de hacerlo alguna vez. Su mano abandona el bolígrafo y busca en sus bolsillos, sin encontrar aquel contenedor de dinero. —Changmin-ah... —Se queja sin poder creer que nuevamente el menor le ha quitado la billetera.

4- Me controla.
"¿hyung a donde vas?" "¿Con quién vas?" "¿A que hora vuelves?" "¿Aun no vuelves?" "Tenías que estar aquí hace 2 minutos, ¿qué haces que aún no llegas?" "Yunho responde." "Maldito infeliz contesta". Eso sin sumar las 103 llamadas perdidas que puede hacerme en cuestión de pocos minutos.
Ella dice que la ignoro si hay más personas. Cree que si le hablo y hay alguien más estoy mirando hacia otro lado que no es en su dirección, me golpea por eso, luego arruga su ceño y abulta sus labios, recriminándome cosas imaginarias. Yo nunca le daría mi atención a nadie más, pero a veces, debo saludar a mis superiores.
Minnie Mouse me golpea si le sonrío a alguien, yo no logro entenderle, no se si quiero hacerlo.

5- Todos sus defectos son sus mayores virtudes.
Al menos para mi es así. Eso es la cosa que más me molesta de ella, que me enamoró en base a sus defectos y por eso, las cosas que nombré, no terminan siendo si no, más que lo que me gusta de ella. ¿Entonces qué debería decir de Minnie Mouse? No tiene defectos. Tan solo tiene ese algo que a mi me ciega, en donde incluso sus golpes me saben a amor.
Estoy loco.
Chang... ella me vuelve loco.
Ella hace que no quiera mirar más allá de donde se encuentra.
Ella hace que le ame.


Deja de escribir, se estira en su lugar. Suelta un pequeño quejido, sinónimo de cansancio.

Se levanta, prefiere ir hacia el balcón del departamento que ambos comparten, su sonrisa aún es grande, sus pensamientos sobre el menor lo hacen perderse en la nada misma, tan solo importa Changminnie.

Suspira, la noche parece calma. Se sobresalta, adolorido cuando un golpe lo sorprende por la espalda. Sabe de quién se trata, más no entiende por qué. —¿Así que soy un ella? ¿Un ELLA? —Sonríe notando lo inteligente que es el menor para darse cuenta de quién hablaba. Un nuevo golpe. —Y esto por decirme histérico y posesivo. —Nota como el menor se da por vencido con rapidez, parece cansado. —En fin, ¿qué cenaremos?

Ahora Yunho sabe, que tiene más motivos para amarlo que para encontrar cosas negativas de él. sus comisuras nuevamente se curvan, ya sabe sobre lo que escribirá.

domingo, 29 de junio de 2014

Drabble: No me beses.


Título: No me beses.
Clasificación: OneShot, Drabble, Yaoi PLZ
Couple: HoMin
Sinopsis: Yunho quería un beso, Changmin solo lo quería lejos de él.

—Changmin-ah, dame un beso.

—No.

En eso se habían basado las conversaciones de ese día.  Donde un Yunho carente de afecto reclamaba por aquello que su "dulce" novio a diario le negaba. Su relación no era normal, quizás jamás lo había sido, ni si quiera cuando intentaban ambos hacer el amor, y eso a Yunho, le gustaba.

—Mi beso —Pidió Yunho con esa sonrisa que, inconscientemente hacía que una de sus comisuras se alzara más que la otra. ¿Cuantas veces lo había pedido ya? Daba igual, parecía nunca cansarse de las negativas que el menor tenía para consigo, ni siquiera le molestaban los golpes que tan cargados de afecto venían por parte del otro cuando intentaba acercarse, o simplemente tocarlo. Estaba tan acostumbrado a todo lo que el estar con Changmin conllevaba, que para él, aquello, era un mundo color rosa.

Lo observó por el espejo que ambos compartían en aquellos momentos, y a diferencia de lo que su rostro expresaba, el menor solo demostraba lo cansado que se encontraba, o mejor dicho, lo perturbado que ya se sentía a esas horas del día. —¿Por qué coño sigues insistiendo, hyung? —Cuestionó aún cuando intuía lo que el mayor podía decirle. El mayor se movió por el camerino hasta la puerta, y el más alto tan solo lo siguió, con la mirada por aquel enorme cristal que cubría de punta a punta la pared frente a la cual se hallaba parado.

—Es obvio ¿no?  —Colocó traba a la puerta, y desde donde se encontraba pudo percibir el pánico que eso provocaba en el más joven y que, parecía incrementarse a medida que sus pies lo acercaban a él, por detrás, hasta encontrarse abrazándolo por la espalda, compartiendo distintas miradas a través del reflejo que frente a ellos se proyectaban.

Sus formas de amarse eran tan distintas, que simplemente encajaban la una con la otra, porque ambos sabían, que pese a ser opuestas se complementaban, haciendo que uno encontrase en el otro, aquello que les faltaba.

 —No, a no ser que yo lea tu mente. Explícame. —Pidió el menor, cruzando sus brazos por delante de su propio cuerpo, mientras una de sus cejas se alzaba, nerviosamente, debido a la poca paciencia que con el mayor tenía.

—Me gusta que me niegues las cosas. —Comunicó un tranquilo líder, ignorando como siempre, aquellos síntomas nerviosos que el menor comenzaba a mostrarle, como la forma en que sus labios se movía pese a no decir nada, o el ruido de su pie golpetear contra el piso donde ambos se hallaban. Yunho se había vuelto con los años, un maestro para ignorar aquellas cosas que Changmin a veces parecía mostrar, y que eran las mismas que al menor le molestaban, sabiendo que eso justamente, era lo que el mayor adoraba de él.—Mientras más me dices que no, más las quiero, se vuelven una necesidad —finalizó por lo bajo, debido a lo cerca que sus labios se encontraban de aquella oreja.

—¿Entonces si te doy ese maldito beso dejarás de molestarme? —Sus pelos estaban de punta, joder, ¿Cómo alguien podía sacarlo tanto de quicio? El mayor debía ser alguna especie de enfermo para ver justamente sus cosas malas y aún así amar aquello de él. Se volteó con rapidez y tomó su rostro, depositando eso que el mayor tanto había querido —Ya está. No molestes más. —Finalizó, intentando apartarlo de él, más sin embargo el mayor afirmó más aquellos brazos que le rodeaban, dejando que sus pechos y cada parte de su cuerpo se encontrasen, incluso sus propias bocas, de la forma más suave y dulce posible. Cada roce, cada pequeño movimiento, le quitaban no solo el aire, también las fuerzas de luchar contra él.

Sus brazos rodearon el cuello del mayor, y fueron sus labios quienes aceptaron la iniciativa del mayor. Definitivamente Yunho era un gran besador. Su lengua se acoplaba tan bien a la suya, y el calor de su vaho tan solo lo hacían volver loco, mandando a la mierda cada negativa que podría haberle seguido dando durante lo que quedaba de aquel día. Definitivamente, cada "No" era positivo si así lograba que Yunho lo besara de esa forma.


Y eso le gustaba también a él, la insistencia del mayor para con él, el saber que no se rendiría ante lo que él podía decir. Porque sabía que él jamás sería capaz de llevar a la práctica con YunHo, aquellos impulsos que al otro solían dominarlo. Porque pese a Yunho expresar abiertamente que lo amaba, Changmin tan solo prefería aquellos roces que podía darle, a escondidas, donde la timidez que escondía bajo sus acciones no importaban.

—Estúpido.—musitó algo agitado contra la boca del mayor, debido a la falta de aire. El mayor río, con ese timbre infantil que tan solo provocaba que sus ojos se volvieran dos finas líneas.

—También te amo, Changminnie.

Fin.