We love Homin~

viernes, 2 de noviembre de 2012

Memorias de un gay. Cap 5






Antes que nada pido perdón por tardar, como algunas saben maté mi computadora por lo que tardé el doble. Agradezco haber grabado lo que había escrito en un pen drive ;_; en caso contrario estaría escribiendo nuevamente este capítulo. 
En fin gracias a todos/as las que leen este delirio que sale de mi cabeza, que, como siempre, a pesar de que tener una idea fija para lo que quiero escribir, termino sorprendiéndome a mi misma dado que, termino por escribir otra cosa completamente distinta.
Aún no se cuantos capítulos tendrá el fanfic, pensaba en hacerlo de aproximadamente 10 capítulos  no se bien, sin embargo tampoco planeo hacer muchos para no cansar a nadie ^^.
Debo de decir que amo, AMO escribir este fanfic a pesar de tomarme mi tiempo para hacerlo. Es tan delirante, como yo. Pido perdón por algo que leerán  sin embargo no quiero dotar tanto, TANTO de sentimentalismo, al menos no por el momento, ya que saben la posición de Changmin.
en fin, disfruten y bienvenidos a los nuevos lectores ^^ y gracias a los que todavía leen esto.
 P/D: tardaré un poco -quizas dos semanas- en publicar el próximo capitulo ya que, ademas de entrar en exámenes en la u estoy sin compu. ^^
Las quiero~



Cap 5: Porque tener un plan nunca está mal.



-Changminnie… - y encima osaba pronunciar mi nombre… agh… que molesto podía ser, sin embargo el show había comenzado, si tenía que alejarlo de HeeChul, o como lo nombre “el enemigo público número 1 de Shim Changmin” sabía que debía cambiar un poco.



¿Y porque aún seguía molesto? Porque el departamento era de YunHo y mío, no había lugar para nadie más, solo para dos personas, y oh coincidencia, ya vivían dos en ella. ¿Por qué de repente a este sujeto se le ocurría pasarse allí al menos 3 horas diarias? Solo quería que la cortara, no me quería ver obligado a cambiar la cerradura y dejar encerrado a mi hyung, si MI hyung allí dentro. Pero si debía de hacerlo entonces lo haría, todo con tal de seguir siendo el centro de atracción.



-¿Si YunHo-ah? – pregunte con la mejor sonrisa que podía poner, una forzada, tal vez una que, made in Junsu, aprendí años atrás, pero aguanté lo patético que me podía ver en esos momentos, y solo suavice mi voz, pestañeando cada tanto, tal vez, el corte que llevaba ahora ayudaba a darme una imagen más dulce, una que según yo no existía del todo. -¿sucede algo?



-Minnie… -murmuró arrugando el ceño, tal vez un tanto descolocado, debido a que, cuando ladeaba su cabeza era o porque estaba ido en sus propios pensamientos, o porque estaba muy concentrado en algo y llevó uno de sus dedos a sus propios labios, indicándome algo… No entendí bien, solo arrugue el ceño, joder, ¿a quién mierda se le ocurría jugar a hacer mímicas en un momento tan importante como este? Volví a llevar la porción de pizza a la boca, queriendo dar un nuevo mordisco. Si de por si comer en el suelo, en la sala de ensayos era incómodo, hacerlo con un cavernícola rudimentario como YunHo lo complicaba un poco más, es decir ¿para que existe el habla si no dirá nada. –Tienes… un poco de.. queso en la boca –murmuró extendiendo su mano hacia mí, haciendo que por reflejo mi cabeza fuese hacia atrás.



-Pero que carajos… -solté el trozo, con tal rapidez que incluso alcancé a darle un manotazo para alejarlo, obteniendo de su parte solo una risa, y por casualidades de la vida aquella persona, si Heechul caminaba por los pasillos, frenando junto a la puerta que daba entrada a la sala que ocupábamos y en la cual no era bien recibido –Espera.. –detuve a mi hyung tomándolo por la muñeca, el me miro, pude ver sorpresa en sus ojos, creo que este hombre es tonto para no mirar por el espejo que su novio o lo que fuese estaba por entrar.



-¿Qué? –me preguntó un tanto perdido en la situación. No lo pude evitar, seguramente si alguien me veía en esos momentos podría jurar que algo planeaba, pero YunHo, alias el ser más distraído del mundo seguro tenía la cabeza pensando en caballos alados y cuernos, y toda la cosa que por la cabeza de personas “dulces” seguro pasa. O al menos yo imagino cosas así en el resto.



-Mejor ayúdame… -mi voz cambió, a una más suave, aghh definitivamente, pasar tanto tiempo con Junsu en el pasado había tenido sus secuelas. Sonreí de manera disimulada, mientras sus dedos se paseaban por mis labios. Su tacto era suave, por lo que no pude evitar que mis ojos se cerraran…



-Listo –retiró su mano, haciendo que bufase y mi ceño se arrugara, al igual que mis labios, que se movían gesticulando cosas por lo bajo. Y me di cuenta, el que hiciera eso me había gustado. Definitivamente, necesitaba una novia. Desvié mi vista, sin darme cuenta Heechul se encontraba junto a nosotros, vistiendo aquellas prendas tan llamativas que solo él podía ser capaz de usar. Dios ¿a caso no se daba cuenta que ver eso era malo para la salud? Definitivamente, le diría a Kyu, un cambio de closet no le vendría mal.



-Hyung… -murmuré un tanto, ¿atontado? Quizás, por la situación, era tan asquerosamente cursi que el hecho de que fueran dos hombres y uno de ellos mi hyung alias “quiero despertar y lo primero que vea sea el rostro de la persona que amo” lo hacía incluso más empalagoso de lo que ya era. Aghh que horror, ahora tenía un motivo más para que las cosas dulces no fuesen de mi agrado a la hora de comer, aunque, debía de admitir que incluso así no me negaría a comer algo de ese tipo.



-Changmin… -moví mi cabeza con rapidez, saliendo de aquel trance en el que estaba, no sé en qué momento lo deje hablando solo, quizás… desde que se había sentado frente a mí y según yo comenzaba a mover la boca, ¿Qué a caso no se cansaba de hablar tanto? Yo sabía lo que haría… “sonrisa, mover la cabeza para acomodar sus cabellos, sonrisa de nuevo, oh… aplauso y si por fin cubrir apenas sus labios mientras ríe” un momento… Nuevamente aquel brusco movimiento de mi cuerpo- Oye no vine para que me dejases hablando solo. –se quejó, por lo que sí, asentí utilizando la típica excusa.



-Te estaba oyendo, hyung –rodé los ojos, que descaro el mío, si supiera que jugaba a adivinar lo que hacía.



Su rostro se ladeo, y de forma interna comencé a rogar que aquella pregunta no llegase. Buda si aun tienes compasión de mi solo – Entonces ¿Qué te pregunte? – olvídalo, ya ni tú me haces caso.



Me observó expectante, diablos, no quería darle la razón, odiaba darle la razón, sea el u otra persona. Tomé aire y dije lo primero que se vino a mi mente- mi respuesta es sí –murmuré tratando de sonar lo más normal posible y de paso sea acertar en la respuesta o lo que sea que quería escuchar.



-Genial – sonrió, feliz tomándome por los hombros, creo que si no lo conociese diría que estaba… entrecerré mis ojos. ¿A caso tan rápido pensaba cambiarme? Entonces la respuesta nuevamente vino a mí, necesitaba una novia urgente.




~memorias de un gay~




El destino a veces nos juega malas pasadas. Y dios lo mío fue no escuchar a YunHo y por cosas como esas me encontraba en este... antro? Agh no se qué es esto pero ¿Cómo la gente no se aturde con el sonido tan fuerte? Reí irónico ante mi propio pensamiento, quizás MinHo tenía razón, era un viejo ermitaño al que solo le faltaba mudarse a la montaña. Moví mi cabeza con rapidez, tratando de borrar aquella imagen mental de mí. Y, queriendo lucir lo más elegante posible guarde ambas manos en mis bolsillos, para dirigirme, sonrisa de por medio hacia la barra donde una de las empleadas allí no dejaba de mirarme.



Debo de admitir que a pesar de trabajar allí la forma de vestir e incluso los ademanes que tenían no parecían encajar, era, a simple vista, alguien bastante dulce, incluso parecía frágil. No sé porque la primera imagen que a mi cabeza vino fue la de SeoHyun. Tsk… mejor me alejaba de esas cosas que las fans escribían. Nuestras miradas se cruzaron, haciendo que su vista bajase, quizás avergonzada de aquel simple acto. Sonreí. A pesar de todo aun podía confiar en Buda, en este momento debía de admitirlo, la vida me sonreía. –¿Cómo te llamas? –pregunté sin rodeos, la sutileza no iba conmigo y con el paso del tiempo lo poco que quedaba de esta se había ido perdiendo por completo.




-Hye..HyeRi –murmuro, haciendo que a duras penas pudiese oírla. Demonios, justo en un lugar como este venía uno a conocer a una chica así.




-HyeRi –repetí tratando de lucir lo más ronco posible- lindo nombre, Changmin –me presenté como si de un tipo más se tratase. –Un gusto.




-¿Desea pedir algo? –preguntó de repente, haciéndome sentir en parte ignorado. Si, quizás exageraba, pero era yo, se suponía debía de morir por mí, bueno, quizás exagero con eso, pero al menos ummm como se dice en algún pueblo por allá lejos “aflojárseles las piernas” -  Lo siento, estoy trabajando.




-Está bien descuida –trate de sonar lo más normal posible, admitir que mi ego se encontraba herido en esos momentos debido a un “pseudo rechazo” sería demasiado. Sin embargo allí seguía, no se si era realmente que la chica realmente llamaba mi atención o simplemente quería comprobar que, los sucesos recientes no me habían afectado en lo más mínimo. Cerré mi puño, haciendo un pequeño movimiento con dos de mis dedos, libres, consiguiendo que se acercase, un poco debido a la barra que nos separaba y deslice por la misma una pequeña tarjeta. Quizás, si uno de mis amigos me viese habría de pensar que era todo un galan, pero a quien engaño, realmente lo soy.




La chica solo sonrió, observando la tarjeta mientras que parecía buscar algo en sus bolsillos, y bingo, a la vista ahora se encontraba tecleando, supongo que mi numero, haciendo que mi celular sonase, dejándome así saber cuál era el suyo, cortando instantáneamente. Mi sonrisa se amplió guiñando uno de mis ojos, antes de voltear hacia donde mi hyung se encontraba y nuevamente volver hacia la joven, sin embargo no pude no comprobar dos veces lo que en un simple pestañeo había visto. –Pero que carajos –murmuré, dejando a la chica allí mismo para ir en dirección hacia donde él “en este momentos alegre hyung que habla de un mundo multicolor y no se que mierdas mas” se encontraba. Dios por cosas como estas, o mejor dicho siempre, terminaba preguntándome si realmente YunHo era el mayor. Observé a su lado y pude notar a un HeeChul muy sonriente, quizás y no me extrañaría, el causante de todo esto. Entre cerré mis ojos tironeando uno de los brazos del mamut, o mejor dicho “la bolsa de papas” de mi Hyung, dios, incluso en ese estado se reusaba a colaborar. Si consiente era pesado, en ese estado de alcohol su peso parecía duplicarse.




Yo no sé cómo fue que llegamos al estacionamiento… me corrijo, como fue que lo llevé hasta el coche. Quizás debido a que internamente pensaba en mil y una forma de venganza o porque quizás parecía hablar en un dialecto en que solo él era capaz de entenderse –Quédate aquí – lo empuje contra la puerta del auto, en lo que mis manos se disponían a buscar en sus bolsillos la maldita llave del auto. El solo reía y seguía diciendo no se qué cosas. Y entre tantas cosas que balbuceaba y yo que buscaba lo otro sentí mi nombre, de manera vaga salir de sus labios.



YunHo no era alguien de beber mucho, si se encontraba en este estado no era por tomar demasiado, al menos se acordaba mi nombre y no me llamaba “hey chico” o algo por el estilo pensé en lo que alzaba el rostro, encontrándome con el suyo, observándome con seriedad. Me le quedé mirando, incluso olvidé lo que hacía, ¿sucedía algo a caso? -¿YunHo? –pregunté extrañado, y el no colaboraba en nada. O eso pensé hasta que sentí sus manos sobre mi rostro, abrí mis ojos, horrorizado, queriendo hacer mi cabeza hacia atrás cuando lo vi acercarse, sin embargo todo fue inútil, el solo lograba afirmarse más, y lo único a lo que atiné fue a cerrar los ojos con fuerza mientras él, YunHo me besaba.